viernes, septiembre 24, 2004

Bloque de olvido

Velocidades y lentitudes se integran en la forma musical, empujando a esta unas veces a una proliferación, a microproliferaciones lineales, otras a una extinción, una abolición sonora, involución, y las dos cosas a la vez. El músico es el más indicado para decir: "Odio la memoria, odio el recuerdo", y precisamente porque afirma la potencia del devenir. Un caso ejemplar de este tipo de diagonal, de línea-bloque, podemos encontrarlo en la Escuela de Viena
(Mil Mesetas, Deleuze & Guattari, Pre-Textos, 2002, p. 296).

Los "fragmentos de olvido" y los "desarrollos ausentes" en Debussy...

En los escritos de Boulez se encuentran excelentes artículos sobre estos temas. Pero yo sólo tengo el volumen Puntos de referencia, en donde no obstante hay importantes artículos sobre la citada escuela musical...

Cuando le pones a alguien una obra de Webern, del mismo Boulez, o de Berio, por poner ejemplos que aparecen en esta obra, enseguida te miran raro --si la persona no está familiarizada con este tipo de música-- , lo primero que dice: ¿y la melodía, por qué no puedo acordarme de esto? Pero la tarea del músico es lanzar al espacio ese bloque móvil y mutante --el cromatismo, los agregados y notas complejas-- , una diagonal hecha de líneas y de espacios sonoros muy complejos: procede a la desterritorialización. La micropolifonía en Ligeti, en sus grandes obras de los 60. Devenir música.