viernes, septiembre 28, 2007

Laberinto de la noche

veo a la negra que cruza la calle va a su lado un tipo bien vestido y con una tarta en la mano, se dirigen a un coche, ella entra y se sienta del lado del copiloto, lo sabía...

... escucho laberinto de la noche de Carlos Satué, una obra que es un concierto para saxofones, ensemble y electrónica en vivo, suena a cosa caótica, visceral pero todo eso ha sido meditado largamente, y la sombra de Francisco Guerrero se nota, no muy lejos, y me gusta que el autor hable en el descanso de sus comienzos jazzísticos y de su admiración por el último Coltrane, veo Sun Ship en una tienda de discos y me gustaría comprarlo, pero antes tengo que viajar en el Blue Train, emociones contenidas, como este Tree Line de Takemitsu con que acaba el concierto en Alicante, anoche...

... suena la Sinfonía nº 1 de Balakirev, es muy rusa, las dinámicas están muy conseguidas, hay muchos matices, suena el arpa con toda su belleza desparramada, Svetlanov dirige a la Orquesta Philharmonia (Hyperion, 1991), también hay un poema sinfónico llamado Rusia, y en cierto momento de la sinfonía, en su precioso movimiento lento, capto ciertas melodías de un tema de Franco Battiatto, cuando le dio por la Perspectiva Nevski...

... el día antes estoy con Michael Tippett, él mismo dirigía en 1993, cuánto tiempo ya, a la Sinfónica de la BBC, en sus sinfonías nº 2 y nº 4, si la primera es un poco convencional, hasta en sus cuatro movimientos, la Cuarta (que ya escuché una vez en la radio) es una obra de veinte años después, de plena madurez, una pieza "del nacimiento a la muerte", que crea con un teclado MIDI una respiración alucinante, que por momentos parece tan real que pone los pelos de punta, ese aliento vital que al comienzo es una exaltación y un impulso hacia delante y que en el momento final es un último aliento de la persona que se despide, que busca el camino, el viaje hacia las sombras; y esta música se convierte así en memento mori, y es tocar el cielo...

... compro nuevos CD's, nuevos vinilos que son ya viejos, que hablan las voces de unos años gloriosos para la fonografía, Thomas Beecham y su Haydn y su Mozart y su Richard Strauss; o los conciertos para piano de Mozart por Geza Anda; o los cuartetos a Haydn de Mozart por el Cuarteto de Praga; y la Quinta Sinfonía de Mahler por Tennstedt y la London Philharmonic; o las sinfonías de Beethoven por Bernstein y la NYPO...

... y Rubinstein tocando Chopin, y Benedetti-Michelangeli tocando el Carnaval de Schumann y otras piezas, y algo más que se me olvidó, como los Años de Peregrinación de Liszt, los buenos años por Suiza e Italia...



... me pierdo por casas que no son mías, que no conozco, cambio de libro y me marcho a los Tristes Trópicos, en donde los primitivos son más desgraciados, es lo que la gente no piensa, que son felices y pueden ser desgraciados, ordeno las Solitudes, de Tamia y Pierre Favre, me escondo detrás del barril destripado por la lluvia y la humedad, salto los charcos, veo animales que están en peligro, miro la marrana a punto de dar a luz, veo L'enfant de los hermanos Dardenne, estoy en la calle, tengo sueños venturosos, creo en unas cuantas cosas simples, la vida sencilla, el último libro de Peter Sloterdijk en La Central del Reina Sofía, a la hora de cerrar, una luna colgada allí sobre la estación de Atocha.

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miércoles, septiembre 26, 2007

La noche en negro




Keith Jarrett, en la noche, la melodía, contigo. No importa que llueva, adentro el sol es radiante, y lo que pase en el Matadero nos trae sin cuidado, las performances estúpidas que sólo pueden gustar a los imbéciles, entramos a una nave y Las Luisa gritan, dan su sermón de mujeres "liberadas",

ya no me vas a tocar el coño nunca más,

y alguien replica, cerca de nosotros

pues si no te lo tocamos nos vamos,

y eso es lo que hacemos, largarnos, en otra nave más allá de Júpiter el suelo vibra demasiado, son los decibelios que hay que esparcir por el universo, unos travestis hipermodernos están sacudiendo algo, un ping pong galáctico, una música "rayante", dice alguien para el cronista,

y se echa a llover y hay que buscar unos servicios, y es una cloaca ella me sostiene la puerta, tengo que aguantar el olor a podredumbre

qué pasa con los muertos, la casa se llena de poltergeist



En la radio dicen que Glenn Gould hubiera cumplido setenta y cinco años, pero murió hace veinticinco, lo hará en octubre, murió con cincuenta años, pero los aprovechó bien; veo algunos vídeos, por ejemplo tocando la sonata nº 30, op. 109 de Beethoven, en un escenario desnudo, hay unas columnas por donde juega la cámara, él está sentado en su silla, no hay quien se la quite; y en otro aparece tocando el piano en el concierto de Brandemburgo nº 5 de J. S. Bach, con Julius Baker a la flauta y Oscar Shumsky al violín, parece realmente un teclado, un clave de esa época gloriosa.

En la noche musical, suena un piano que es una celesta que es un gong visto en una tienda china en la zona de Cuatro Caminos, que es un manto negro, que es un dolor, que pertenece a Takemitsu, que ha visitado el viento, sopla fuerte, es otro vídeo de K. Zimerman dirigiendo la Fca. de Viena en el concierto para piano nº 2 de Beethoven, la música romántica que se extiende por la lluvia que cae al otro lado del mundo y los relámpagos iluminan el paisaje que duerme.

Veo Ordet (La palabra) de Dreyer y sé que la muerte está al otro lado, y que la última palabra tiene que ser "la vida", y los milagros, son necesarios.

Otras cosas son prescindibles.

En la Fnac suena Z. Preisner; escucho a Ludovico Einaudi, simplemente, esperando que venga a Málaga para el directo, el 1 de noviembre.

La noche nunca se queda en silencio; el silencio es una ilusión.

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jueves, septiembre 20, 2007

En Israel

Amos Oz nos invita a conocer su infancia, su familia, su vida en suma: Una historia de amor y oscuridad (Siruela, 2004).

No conozco apenas nada de este territorio. Mi idea de él es de guerra, campos con mucho polvo, como si todo el polvo del mundo se acumulara en esa región, y ultraortodoxos, y persecuciones a los palestinos.

Espero que la lectura de este bello libro me haga cambiar de parecer.

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martes, septiembre 18, 2007

Caos (II)

Veo vídeos de Metallica, de su disco negro, Metallica, The Unforgiven, Enter Sandman, Nothing Else Matters, mi amigo Thomas se irá con su amigo Harald y su amiga alemana a Extremadura, yo me iré a Madrid, pensamos en Snoopy, en los buenos tiempos que no volverán, mucha policía, poca diversión, estoy muy borracho, no acierto a las teclas, es el largo día que acaba, leo a Amos Oz.

Sólo espero que aparezca de nuevo la chica de negro, que huele a moras, es toda negra y apretada, imagino su coño, el olor, el momento de la siesta, todo apretado, qué lees ahora, dímelo, Metallica.

Oye, es sólo un vídeo, un juego, el perro olfatea, Puente de Vallecas, vídeos porno que no me atrevo a ver con ella, un nombre muy común, María Jesús, Metallica, tal vez mañana te salga al paso, te diga vamos a tomar una cerveza, con los alemanes, luego el coño, el olor del perro, tal vez chocolate, Lidl, es algo, nos vamos a la frontera, y allí, muchas moras, todo negro de trufas hasta hartarnos.

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Caos

John Zorn..., John Zorn SÍ

Amos Oz, ... aMOS OZ SÍ

Andrés TRapiello, andrés trapiello NO

Francisco UMBRAL francisco UMBRAL NO

Walter Ruttmann walter ruttmann SÍ

Walter Benjamin walter benjamin SÍ

LUIS GORDILLO luis gordillo NO

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lunes, septiembre 17, 2007

La mujer ideal

Escribe Jordi Costa su reseña de En la ciudad de Sylvia de José Luis Guerín:

En la ciudad de Sylvia es, en definitiva, la obra de un poeta sin imposturas, con un control absoluto -y ajeno a intoxicaciones coyunturales- del lenguaje cinematográfico. Supongo, no obstante, que es legítimo no compartir su visión adolescente de la vida, apoyada en alguna que otra monserga: para José Luis Guerín, detrás de cada mujer se esconde un misterio.

No estaría de más que alguien le contara que, en ocasiones, más que un misterio lo que se esconde es una neurótica, una pesada o una víbora. No hay nada en la forma y escritura de Guerín que no le parezca a este crítico poco menos que irreprochable: el contenido es otra cosa.


La mujer ideal, "renacentista", no existe, como cualquier cosa que se diga ideal.

La mujer ideal es una furcia, pero, ¿quién busca a las furcias? Los que están desesperados y no tienen otra opción...

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Comunión de sangre

Hombres que participan de algo intenso en común. Jugadores de póquer, o terroristas unidos por la poderosa causa (golpear el narcisismo de Occidente). Un pasaje estupendo es el de las páginas 114-119, en donde se describe el ambiente autoimpositivo de esos jugadores. Players, otra novela del mismo autor.

-- Según él, esa gente, los yihadistas, tiene algo en común con los extremistas de los sesenta y setenta. Según él, son parte del mismo esquema clásico. Tienen sus teóricos. Tienen su visión de la fraternidad mundial.
(p. 172).

Lianne y Elena, en el sótano de la lavadora y la secadora. Algún tiempo después del enfrentamiento. Por la música alta que Elena pone:

La cuestión estaba en si cruzarían alguna mirada antes de que la otra saliera de la habitación. Ésta era como una celda de monje con un par de gigantescas ruedas de oración batiendo sus letanías. La cuestión era si una mirada daría lugar a palabras y si las palabras darían lugar a qué.
(p. 177).

Virtuosismo verbal, imágenes poderosas, como en este fragmento o en el comienzo mismo de la novela. La palabra justa. Diálogos secos, directos, con momentos imprevisibles. Violencia contenida (v. g. Lianne). Paranoia progresiva. "No es un juego de niños".

Escalofriantes los pasajes que presentan a uno de los terroristas, Hammad, preparándose para el martirio. Hermandad de sangre. Amar la muerte, "ésta es nuestra fuerza" (p. 208).

Don DeLillo ha escrito la mejor novela sobre el 11-S, y una de las mejores novelas de este siglo XXI.

El libro se llama El hombre del salto (Falling Man), lo ha publicado Seix Barral, ahora en septiembre de 2007, lo estamos leyendo, lo estamos disfrutando, aunque la traducción podría mejorarse un poco.

El nombre exacto de las cosas :: Una conversación entre Antonio Muñoz Molina y Don DeLillo

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viernes, septiembre 14, 2007

No se sabe

Me pongo a escuchar Day Is Done de Brad Mehldau Trio, un disco que no me entra del todo, la verdad es que no sé si es el mejor pianista de jazz del momento, puede que sí, pero no me conmueve como Jarrett, lo encuentro más tibio, en una página un argentino dice que se acomoda, es lo malo de esta gente y de los artistas en general, que encuentran su fórmula y se acomodan, en Mehldau hay chispazos de magia que se agotan enseguida, por eso voy a Shostakóvich, a una música que no se agota nunca y que siempre es chispeante y mágica, sobre todo en versión de Mravinsky, la Octava Sinfonía, o el movimiento lento de su concierto para piano nº 2, que es etéreo, como si el tiempo se hubiera detenido, y luego el Largo de la Quinta sinfonía, y me siento bien, después de tanto desasosiego.

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jueves, septiembre 13, 2007

El loco de la calle

El Último de la Fila, el grupo pop de los 80 con las mejores letras (a veces también acompañaba la música), escucho sus canciones, algunas realmente conseguidas, otras sencillamente geniales, por esa mezcla de desesperación y lirismo.



Luego más tarde, tal vez algo de la clásica de siempre, Chopin y sus viejas polonesas por el más viejo aún Artur Rubinstein, o las obras para violoncello de Saint-Säens o Lalo o Fauré tocadas por Gaspar Cassadó, otra momia que tocaba como los ángeles, la vieja música, la música de los muertos, los que participaron de una orgía en unos tiempos antes de todo.

Pero no puedo borrar las imágenes de tuporno.tv, las imágenes borrosas de carne en movimiento, la chica que juguetea con semen ("Bibi for love"), en un plano sostenido muchos tormentosos segundos; o de nuevo Celia Blanco y los tres tíos de la playa; imágenes de la corrupción y la inocencia vuelta otra cosa, expulsión del paraíso cuando los ángeles no tienen hélices, y para qué sirve una hormiga, un escarabajo es devorado por las negras que se abren a la influencia de una polla macarra, el quejido, el débil placer, todo por dinero, ahí baja la calle, "la candidata perfecta a violencia de género", el placer que se compra, todos tus caprichos Anna Domino, desde Bélgica con chocolate y amor, amor no, mejor todos los agujeros, un cactus espuma del mar, labios de fresa sabor de amor pulpa de la fruta de la pasión, Torremolinos parasiempre.

Veo vídeos de Jan Garbarek, un posible sonido del cielo...

Tengo mis días porno, mis caprichos, mis cervezas con desconocidos, ya no leo nada porque no hay nada que merezca la pena, nada de humor, los años ya no vuelven, el Misterio del Tiempo, estoy pensando en abrir un nuevo fichero, una carpeta que registre todas mis amnesias, para luego, para cuando se pierdan los sentidos, una sonoridad perdida en el fondo gelatinoso de otra película porno, en donde Celia Blanco, blanca en sus partes íntimas, se masturba con una polla gigante de goma, y no hay sonido, no hay banda, el saludo es el de la muerte que se abre de piernas para tragarte entero.

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martes, septiembre 11, 2007

La poesía de las ratas muertas

Me acerco a la casilla de la basura, allí asomo la cabeza y qué es lo que me encuentro, algo viscoso y reptante que todavía no ha sabido cuál es su lugar en el mundo, entonces me doy cuenta de su voracidad, las noches en vela que he pasado por su causa, causa de todas mis penas, asoma su cabeza sonrosada, como la de un bebé, feto muerto encontrado en un contenedor, un contenedor como éste, aguas oscuras, el segurata le señala al alemanote que no se puede beber de las fuentes oscuras, aguas que haz de pasar y correr cuanto más lejos mejor, el ayer de nuestros padres, las noches oscuras del alma, mi alma está clavada en la pared de un sucio bar, NUNCA TE PERDONARÉ SO PUTA, las horas pasan como espinas se clavan a mi sangre la sangre es más dulce que la miel, la miel de caña de Salobreña, los niños ya tienen que volver a la puta escuela, asoma su cabezota de sanguijuela y escupe sobre el pañuelo que le ofrezco, la muy puta no recibió la educación básica, su rostro lo dice todo, el largo camino a casa, la arritmia que acaba con su vida, sólo veintiún años y ya no sabe asomarse a las ventanas, su voz de pito, POR FAVOR QUE ME HOMOLOGUEN EL TÍTULO, pero so puta, si tú nunca cursaste nada decente, en la puta Argentina sólo manifestaciones politiqueras y luego la orgía sudamericana, das asco a cada sílaba, pero es mejor que te calles y que revientes.

Me encuentro con Thomas, nos tomamos unas latas de cerveza, hablamos de los colegas que ya no están, suspiros de esta España nuestra que da asco, las horas pasan lentas, abandono una bolsa de papeles, si eso fueran euros, las furcias de la hora de comer, el desayuno inglés de las tres de la tarde, cómo me gustan los baked beans, no soy nada del lugar, no leo en español a no sea que no me quede más remedio, no sé si encontraré el camino a casa.

Mi alma está sellada, el cubo de la basura no es negro sino verde botella, dice HEINEKEN te hace amar la cerveza, Spencer gusta de rematar el día con Lumumba, que es algo así como brandy con chocolate.

Escucho pornografía clásica, es decir, las rapsodias de Liszt, las húngaras o gypsy, y luego o antes, monta tanto, Enesco y sus rapsodias rumanas, que me hacen pensar en los verdaderos gitanos, los que danzan al son de sus penas, las curvas de la mala suerte, una carta callejera, tres de tréboles, las mujeres ya están que se salen, las curvas de la muerte, yo suplico desde el fondo del cubo de plástico, pero nadie me escucha, para qué me sirvió leer tanto y esperar tantos minutos su llamada, si en la hora más solitaria tengo que enfrentarme yo solo, y dolido, con lo que más duele.

Mala puta.

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lunes, septiembre 10, 2007

Vida = Cagarro

La vida es una gigantesca obra realizada por chapuceros.
Salgo de casa y lo primero que encuentro es una furgoneta con las puertas traseras abiertas y ahí un sudamericano, puede que ecuatoriano o vete tú a saber, descargando sacos se supone que de cemento, yo de esto no entiendo, ya es suficiente para que me amargue el día porque me temo lo peor, nuevos días y semanas y tal vez meses de más ruidos a las puertas de casa, en un lugar se supone que idílico, pero en donde no he podido disfrutar de calma auténtica más que en un mes o dos, ya que la mayor parte del tiempo alguien se pone de obra, como la zorra que se mete en el servicio de mujeres y se pone de parto, y alumbra un cagarro, es decir, que caga y lo que sale es una cosa fea, como un jabalí, pero más feo aún, un cagarro, como Marcelino en la canción de Albert Pla. Las obras es el divertimento de los idiotas que tienen demasiado dinero para gastar, que no saben qué hacer con tanto, o los que piden créditos al banco para lucir sus casas mejores, renovadas, bienvenido a la república independiente de tu casa, un día de estos iré al nuevo Ikea de Málaga, hijos de puta explotadores.
La vida es una porquería, ya lo sé, un carrusel que se ha vuelto loco, lo dijo el tango aquel, la vida es una diversión como en la última noche de los Proms, todos los años la misma monserga, los mismos comentarios, el presentador enamorado de una voz, de una ternura de días hechos triza por los mismos ruidos, las mismas palabras, los abortos espontáneos.
La vida es un aborto, nunca llegarás a nada, lo que sale es un esbozo de lo que tendría que haber sido, pero nunca fue, lo que iba a suceder fue abortado por las fuerzas de seguridad, la masacre iba a ser monumental, esta vez en Logroño, los peregrinos no sabrán nada de esto, las noticias son basura, el domingo es del deporte, y del tedio, y si la vida fuera sólo un hombre disfrazado de mujer, de puta, y se quita en cualquier momento el sexo postizo, y se queda con el hueco entre las piernas, esperando la acometida.

La dejo o no la dejo, ¡no puedo!, me dije que la iba a dejar, este mismo verano, pero ya ves, no puedo, y me encuentro sumido en una serie de pantallas borrosas, las de tuporno.tv, miroteando minipelículas en donde tías lascivas se lo montan con tres tíos en una playa, entre las rocas (Celia Blanco), o una blanca con dos negros y la cosa se titula "chocolate blanco", o la otra que folla al tipo, el culo moviéndose con un ritmo demoledor. Y me dejo arrastrar por la maldita pornografía, ese cáncer de Occidente, en donde los viejos mueren solos y son encontrados en sus casas días después, tras la irrupción de los bomberos.

Estoy harto, de tí y de todos, estoy harto de palabras que no significan nada, y estoy más que aburrido de las mismas canciones, un tema y sus estúpidas variaciones, estoy harto de esos viajes al crepúsculo, en donde la mente no tiene ya nada que decir, y su tormenta de ideas, que no cesa ni en mitad de la noche.

Estoy pensando en acabar con todo.

Pero me asusta lo que pueda encontrar al otro lado.

Demonios reclamando venganza; almas rojas de ira, en busca de su carnaza.

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viernes, septiembre 07, 2007

Conexiones (III)




Escucho Éclat, y luego, o tal vez antes y muchas veces porque fue hace años cuando la caja de la edición Hans Zender, Rituel, in memoriam Bruno Maderna, una obra monumental, de más de veinticinco minutos de duración, para ocho grupos orquestales, dividida en quince secciones, de un estatismo que puede parecer orientalizante, una larga procesión fúnebre para el amigo muerto demasiado pronto, un despliegue en la percusión como pocas veces se ha visto, el juego de lo estricto y lo que se deja hacer más o menos libre. Y no puedo escuchar Éclat/ Multiples, la continuación de la otra obra de 1965, la work in progress que tanto gusta a Boulez, y que casi dobla en duración a la pieza original, casi el doble de tu vida, y no llegarás a nada. Rituales, de Cees Nooteboom.



Finalmente, escucho Figures, Doubles, Prismes, una pieza de finales de los años sesenta, en donde Boulez muestra su particular fascinación por la mezcla de timbres. En Rituel, en cambio, el juego es el de la espacialización, y eso es más difícil de reproducir en una habitación privada.

Leo Hotel Nómada de Nooteboom, me embarco para Citerea, quiero decir Gambia, quiero soñar que estuve en un país de ríos anchos y de aguas sucias, pero no me acuerdo bien, voy a escribir un panfleto sobre la misoginia, tengo que reordenar el cuarto, mandar cajas de libros que no sirven para el sótano.

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jueves, septiembre 06, 2007

Conexiones (II)

Por otra parte, la estructura serial de las sucesiones disuelve la dualidad horizontal-vertical, dado que componer implica disponer según dos coordenadas: la duración y la frecuencia, fenómenos sonoros; de este modo nos desembarazamos, mientras no se alegue en contrario, de toda melodía, de toda armonía, y de todo contrapunto, ya que la estructura serial ha hecho desaparecer estas tres nociones esencialmente modales y tonales.
(Puntos de referencia, Pierre Boulez, Gedisa, 1996, p. 120).



Rituel in memoriam Bruno Maderna parte de una antinomia entre dos estados fijos: muy lento y moderado. Grupos de instrumentos en el escenario, dirigidos todos por un percusionista (¿no es una de las más bellas obras de Maderna un Quadrivium en el que cuatro percusionistas despiertan un mundo sonoro, misterioso, resplandeciente?). Material de base; siete sonidos presentados horizontal o verticalmente (...) Por todas partes se encienden los fuegos, las fuerzas, bocanadas de llamamientos luminosos que se dirigen a ese hombre que parte, a Maderna, compañero de la misma aventura.
(Pierre Boulez, Martine Cadieu, Espasa-Calpe, 1985, p. 114).

Alguien en Amazon habla de las Structures para dos pianos como "la más bella pieza de música que puedo imaginar". Alguien desde Perth, Australia, en la otra parte del mundo. Escucho este disco, y me recojo ensimismado en toda su belleza.

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miércoles, septiembre 05, 2007

Conexiones

Veo un vídeo en donde Pierre Boulez ensaya el Concierto para orquesta de Bartók, con la Orquesta Filarmónica de Berlín, en el bello escenario de la iglesia de Santa María de los Jerónimos de Lisboa, creo que es en 2003, el documental es una producción alemana del canal ARTE (Sentimiento y Análisis), pero transmitido por un canal italiano, Boulez habla en alemán y hay subtítulos en italiano. Dura unos 50', y a la vez que se asiste a esos ensayos y Boulez explica las particularidades de la obra (que antes no me gustaba y ahora es maravillosa), el espectador puede conocer un poco cómo fueron las circunstancias del compositor en la nueva tierra, Estados Unidos.

Y Boulez escribió la mejor de sus obras, para mí, que es su Rituel, in memoriam Bruno Maderna, ritual-passacaglia-tombeau, 25' de pura música, una procesión circular, con la percusión destacando el dolor contenido por la pérdida del músico más brillante de su generación, muerto tan pronto, es la Orq. Sinf. de la BBC con el propio Boulez al frente, en el documental también nos cuenta cómo decidió dirigir, al no encontrar más que dos directores capaces de acercarse a la nueva música, que fueron, en aquellos años duros y enérgicos, Hans Rosbaud y Hermann Scherchen.



Me compro un CD con obras de la última época de Boulez, está a muy buen precio en ECI, me compro otra versión más de las Goldberg, si antes había sido por Trevor Pinnock, ahora es la de András Schiff, la conexión húngara para el gran piano de cualquier época.

Escucho en el PROM 68 la Música para cuerdas, percusión y celesta de Bartók, por la Orq. Fca. de Viena que dirige Barenboim, es una buena lectura, viva y colorista, aunque en el último movimiento los tempi son algo caprichosos; ese tercer movimiento siempre tan inquietante.

En la segunda parte más música húngara, mejor dicho, de compositores que nacieron allí, cuando eran otros tiempos, tal vez peores, pero se creaba mejor música. Kodaly con sus Danzas de Galanta, recuerdos tal vez de una infancia feliz; y Ligeti y sus Atmósferas, con ese comienzo que es un cluster que cubre ocho octavas, 89 partes, 56 de ellas para cuerda, no hay percusión, es una música-magma que se transforma constantemente, pero sin choques.

Stanley Kubrick utilizó tanto la obra de Bartók como la de Ligeti en sus películas. Kubrick el visionario.

Un perro muerto en la cuneta, parece que está dormido, al día siguiente está cubierto de moscas, la boca es una hendidura negra, una pata rígida, demasiado...

Un día de agosto salvo a un camaleón de ser atropellado.

Una tarde de agosto en el agobiante Madrid estoy a punto de ir al cine y ver La soledad de Jaime Rosales.

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lunes, septiembre 03, 2007

Coltrane parasiempre

El otro día escuché My Favorite Things, pero no el álbum de 1960, que contiene éste y tres temas más, sino una jam session apoteósica, de casi una hora de duración, en donde el tema estrella es variado hasta lograr que el oyente levite, o casi. Comienza con un solo de contrabajo, que dura más de 15', para luego hacer su entrada los otros tres músicos (y a partir de aquí el sonido es brillante, antes hay un poco de reverberación); el saxo soprano es siempre la estrella indiscutible. El estribillo aparece con toda su calidez y lirismo, pero luego la obra se aleja, a veces muchísimo, de ese terreno conocido, y a veces parece perderse en regiones extrañas, tal vez interestelares. Pero luego vuelve, y como ya digo, cerca del minuto cincuenta se produce un clímax emocionante, con el instrumento de metal brillando como nunca, en un paroxismo maravilloso. Así, poco a poco, se va descendiendo hasta ese minuto 57, y luego los aplausos de un público que seguro que disfrutó de lo lindo. Me gustó también ese momento de diálogo piano-batería, antes del clímax indicado.

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Los benditos 80

Dicen ahora los de marketing que los ochenta vuelven, la década prodigiosa y blablabla. Pues para los niñatos será eso y demás, pero para mí los ochenta fueron mis años. Viví en ellos, siendo todavía un niño en la primera parte, adolescente en la segunda, y cuando acabaron y empezaron los malditos 90, fue el principio del desastre, bueno, para mí no fueron tan malos, pero musicalmente sí, quiero decir, a lo que la música popular se refiere.

Escuchaba estos días atrás un CD recopilatorio de aquellos grupos maravillosos, cuando todavía se cantaba, y no como ahora con el coito-rap y toda esa basura sudamericana, iberoamericana en general. Gabinete Caligari y sus malditos refranes

pero al final algo sí se cumplió
pues quien bien me quiso sí que me hizo llorar
¡malditos refranes,
no quiero escuchar más!

Hombres G (el domingo en el rastro encontré La cagaste Burt Lancaster, que yo tenía, en cinta, y que luego debí de tirar, ya que no me gustaba, era música de los pijos):

por qué te has ido
aprenderé a bailar break-dance
llámame a la hora de comer

(¡y entonces no había móviles, malditos niñatos!, y qué felices que éramos)

Duncan Dhu

una calle de París, allí quedó la infancia destripada

(Ciudad en movimiento)

Muere el de The Clash, se ha tirado sin mirar atrás --muere el rock, y el punk, con quién vas a pelear, cuando el pop vuelve es que algo va mal, ese mal del que hablaban Kortatu

Camino Soria, el camino del descanso un jardín de rosas en donde poder tirarse y pensar --qué viene tras la tormenta de ideas

Maldita melancolía de final de verano
lejos de Madrid, pensando en los malentendidos y en los mercadillos tirados por el suelo, el zoco improvisado en la explanada de Atocha

veo a tres niñatos en el metro, uno de ellos lleva una camiseta con la leyenda en la espalda
LA MUERTE ES MI NEGOCIO
(dibujo de una metralleta)
EL NEGOCIO VA BIEN

Los neonazis atacan en Alcalá de Henares
algo aquí av mal, hay que ponerse en guardia
contra los calores del verano eterno
emprender el viaje sin maletas, el corazón desbocado
serenarse un poco, con las manos en los bolsillos
un libro de Cees Nooteboom en la mochila
El desvío a Santiago
un día u otro tienes que perderte y desaparecer
"Mi Australia era una ficción"
cuando lo más sensato sería empezar a buscarte a ti mismo
"Vamos a ver una cosa", Andrés Ibáñez, leído en el tren de vuelta de Segovia
¿ha quedado claro?

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Albert Pla--El lado más bestia de la vida

Es su tema más conocido, una versión macarra de un tema muy conocido de Lou Reed, algunos dirán que la letra es penosa, pero a mí me encanta.

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Resumen de verano




Cees Nooteboom, el escritor que he descubierto, con esta bella novela,breve e intensa, sobre el mito del paraíso perdido, con la acción que transcurre principalmente en Australia, un país-continente que parece encarnar aquí lo lejano y lo posible, y que no será más que una ficción a fin de cuentas. La ficción que toma la realidad, en ese final sorprendente y melancólico.



John Coltrane, la música, mis cosas favoritas, un amor supremo. Imposible no sentirse tocado por este saxo soprano, por la magia de su armonía perfecta y sus melodías cambiantes y ese estribillo, y la percusión de Elvin Jones que es el único capaz de seguirle el ritmo. Mi verano de jazz, definitivamente.



Sueño de una noche de invierno, de Goran Paskaljevic, una película dolorosamente hermosa, tal vez la mejor que he visto en mucho tiempo, una historia trágica sobre las consecuencias de una guerra y un lugar equivocado, sobre la incomunicación y la posibilidad de otra vida, que al final se rompe porque "los ángeles no pertenecen a este mundo", y así ese final de ensoñación, entre los grandes árboles floridos, la detonación, el silencio eterno.

Pero quien realmente me acompañó fue Albert Pla, algunas de sus canciones como una idea fija que no me dejaba ni de noche ni de día, por eso...

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