miércoles, octubre 13, 2004

El peso de los días

Mañana se marcha mi amiga Carola. La verdad es que ya me cansan sus conversaciones, sus explicaciones, hasta su risa. Dice que "todo es destino", que ella lo tiene todo, que es feliz, sólo una pequeña nube, su hijo, que no trabaja y no puede dejar el hachís... Al final, por mucha "filosofía", por mucha historia que me cuente sobre sus problemas en su juventud, todo se resume en algo contundente: su padre le dejó el suficiente dinero como para que no tuviera que trabajar, su padre vino a rescatarla cuando le hicieron un juicio por robar en un supermercado y no sé qué más. Su vida "hippie" terminó cuando se vio con la vida asegurada. Dice que su marido es una persona madura, que la ha centrado bastante, y que... en fin..., no tiene más que pedirle a la vida. Me da asco escucharle que lo suyo, su aspecto de "sol radiante", le viene de los genes, que su hermana nunca fue así... Pues vale.

Sueños, mis sueños, mis pesadillas, algo que me reclama, tengo que escribir ese relato que me presiona desde hace ya varios días. Concentrarme, aislarme, esa burbuja...

Ojalá pudiera estar así, en un mundo cerrado, jardin clos, sin palabras de nadie, sólo la música, el murmullo de pájaros, una cascada, y que esos recuerdos también se esfumaran.