viernes, noviembre 05, 2004

Los espigadores

Los marginados, esos nómadas a la fuerza de nuestra sociedad opulenta, se buscan la vida como pueden. Esta expresión, "buscarse la vida", es la que más sale de sus labios. Duermen en la playa, en los lugares en que hay; o en alguna obra abandonada, o en el metro, o en cuevas que se buscan, en las afueras. De día, se los puede ver tirados en las plazas, en los lugares típicos, en esas plazas echadas a perder, como la de Tirso de Molina en Madrid. Lo más triste es verlos ahí en la acera, delante de una iglesia, mendigando, a veces en posturas inverosímiles. Hay mendigos más afortunados que otros, en las grandes ciudades parecen verdaderos desechos. Un sitio en donde nunca fallan es en las puertas de los supermercados. Ya he dicho que durante un tiempo me relacioné con ellos, era un tiempo triste. Solía ir a la playa, allá parecían pequeños robinsones en una isla desierta, aunque con la diferencia de que su desnudez no podía ser tan explícita, había bañistas cerca, volvías a la realidad de la Costa del Sol, que es un lugar miserable. Muchas veces me quedaba a comer con ellos, había un italiano que hacía unas pastas estupendas; y una vez Snoopy hizo una sopa-mejunje muy fuerte, a él le encantaban las especias, abusaba de ellas. El pensionista que había sido obrero nuclear, nosotros nos burlábamos y le llamábamos mutante...

Por la noche íbamos a "reciclar", es decir, nos acercábamos al Mercadona, el supermercado más popular, para recolectar en los contenedores las sobras de esta puta sociedad. Tiran casi todo lo que está por caducar, sobre todo bollería, fruta y verdura. Con la carne es más difícil; luego hay precocinados, yogures y esas cosas que también sirven. Lo malo es que mucha gente ya sabía de la puerta, de la hora, y a veces nos habían limpiado el sitio. Otro punto donde encontrar comida era el rincón de los contenedores de uno de los Supersol, el más grande de la localidad. Ahí íbamos los sábados por la noche Alois y yo, y volvíamos cargados, las bolsas se nos rompían por el peso. Él casi que era vegetariano, podía cocinar con frutas y verduras, así que no necesitaba mucho más. No le podía faltar el vino blanco, eso sí. Austríaco feroz, qué mal acabaste, no eras muy amigo de la policía local...

Hay dos películas de Agnès Varda que tratan de esta gente que aprovecha lo que la sociedad consumista tira, porque es así de derrochadora. No he podido ver ninguna, pero me gustaría mucho. Sé que en países como Argentina están los cartoneros, que hacen su pequeño negocio. En los vertederos, no falta la actividad. En nuestras calles, tampoco. Pero la gente de bien señala, sale con su carro repleto, y como mucho, te da la moneda cuando se va. Dicen que otro mundo es posible. Pero de momento, no vemos la luz al final del túnel.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

De Brisa

Lukas te encontré por casualidad blogeando por ahí, y la verdad es que me ha gustado tu mirada... hablas de un mundo dentro de otro mundo, q parece q la mayoría deseemos ignorar, de como con lo que unos desechan otros viven, de como en un momento compartiste eso con ellos, pero sabes lo que más me ha gustado de todo?

Me ha gustado que recuerdes y no olvides..., me ha gustado q nos muestres personas que aunque parece que vivan a la sombra de otros, probablemente si nos molestáramos en mirarnos veríamos que nos dan luz y nosotros somos en realidad los que hacemos la sombra de esa luz.

Me has enseñado la ternura de un corazón que describe otros corazones, y me has recordado la triste de la insolidaridad que se vive en nuestra sociedad y de la que todos somos un poco participes. Gracias por todo eso Lukas, un beso y hasta pronto!
De Brisa desde mi claraboya y que también necesito esa luz.

4:17 p. m.  
Blogger lukas said...

Gracias, De Brisa, por tu comentario. ¿Tienes tú blog? La verdad es que desde este espacio modesto sé que no se puede cambiar nada, pero si de alguna manera se puede pensar de otra manera, y hacer un poco de luz en el laberinto y esa "casa oscura" que es nuestro mundo, ya es algo!

Magda, no sé qué pudo pasar, recién esta tarde ví el mensaje, la diferencia horaria hace que cuando uno duerme por acá, tú andes trasteando por allá ;-) Sí, otro mundo es posible, ya se ha convertido en lema..., yo creo que estamos en el umbral de cambios importantes, pero no sé si nosotros los viviremos! Besos.

7:40 p. m.  
Blogger Unknown said...

la blogosfera crítica supone una de esas microrevoluciones en marcha.

con el amigo lukas y otr@s tant@s estamos formando una red de blogs que son granos de arena que podrán, acaso, para la maquinaria.

os animo a hacer vuestro propio blog y enlazarlos con los nuestros...

9:39 p. m.  

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