miércoles, noviembre 03, 2004

Una pasión que no se consume

Fuera de la música, todo, incluso la soledad y el éxtasis, es mentira. Ella es justamente ambos, pero mejorados.
(Emile Cioran).

Anoche en el programa de radio que sigo hubo una entrevista con Silvano Bussotti, con motivo de la representación de dos óperas suyas, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, a partir de mañana y hasta el sábado. Para los que asistan (yo no podré, por desgracia), fue un prólogo muy bueno, en donde se comentaron anécdotas y aspectos técnicos de las obras, además de hablar el compositor de otras inquietudes suyas, como el cine o la pintura.



De momento, y hasta que pueda ir a Madrid para un concierto sinfónico, me tengo que conformar con las grabaciones, limitadas aunque a veces llenas también de una suave magia, como la de Patrick Cohen tocando Satie. Las Gnossiennes y las Gimnopédies se van alternando con otras piezas igualmente breves, como las Piezas frías. Este pianista no apuesta ni por la jovialidad ni por la fluidez blandengue, articula muy bien y es expresivamente seguro, firme, con esa poesía del despojamiento que el músico francés quiso transmitir, a contracorriente de su tiempo. Uno de los anarquistas y quínicos mayores que han existido.