lunes, diciembre 13, 2004

Dialogos al borde II



Anoche la levitadora de Radio Clásica nos propuso de menú un plato no al gusto de todos los paladares: Neither de Morton Feldman, una antiópera basada en palabras de Samuel Beckett. Dos nombres, se diría, condenados a encontrarse, aunque el encuentro real fue más bien frío al principio, y luego de mutua comprensión, cuando el compositor estadounidense le hizo entender al escritor apátrida que lo que pretendía no era poner música a su texto, que ésa no había sido nunca su pretensión en las demás obras vocales que había escrito. Muy lejos de Feldman la mera ilustración de un poema, un escrito cualquiera: lo suyo era la deriva hacia la desaparción, justo el trabajo al que se había entregado un austero y casi anarquista Beckett. Como ya Ana Zugasti nos presentó muy bien este trabajo al límite de las posibilidades expresivas (no tanto por su dificultad técnica como por la "actitud" ante la misma posibilidad de la obra), me limitaré a decir que la escucha de Ni... es una experiencia momentánea de casi insostenible fuerza, una negación y un aliento que se interrumpe constantemente, la voz de Sarah Leonard alzándose para volver a caer (el ser humano como exaltación rota), y los músicos de la Orq. Sinf. de la Radio de Frankfurt (especialistas en estas empresas nihilistas-minimalistas), bajo la dirección de Zoltan Pesko, cumpliendo bastante bien su cometido de subrayar, gritar, anhelar y caer de nuevo, insistiendo, infausto, que ha visto a los espectros, los fantasmas del sonido, la vigilia que deviene sueño pesadillesco, pariente de la muerte es su velo, que cubre los altos muros de este encierro. Y así, cincuenta minutos de ir y venir, palabras siempre a la misma altura, con la misma entonación, o eso parece, o es justo que antes de evaporarse, el alma se arrastra, como un gusano, dice "sí" cuando quiere decir "no", o "quizás", y el barro, es el barro-cadencia esquizo hasta que se congela en una nueva inquietud.

1 Comments:

Blogger lukas said...

No sé si los hombres de hoy están ya preparados para la obra de Beckett, como para la música de Feldman, me parece que no. De nuevo reina en literatura el folletón, la novela de suspense y aventuras, la historia medievalizante. En música, se asiste a un neorromanticismo, a un eclecticismo que busca recuperar el público y la comunicación, aunque por el camino se pierdan los hallazgos de los maestros. Tiempos neutros, asépticos, poco aventurados en lo radical. Por eso titulo estos post "diálogos al borde", es algo que está al límite, y los hombres no soportan mucha herida.
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ESTRAGÓN.~Esperamos.
VLADIMIRO. -Sí; pero mientras esperamos...
ESTRAGÓN.-¿Y si nos ahorcáramos?
VLADIMIRO.-Sería una manera de ponerse cachondos.
ESTRAGÓN.-¿Se pone uno cachondo?
VLADIMIRO.-Con todas las consecuencias. Y donde cae eso, crecen mandrágoras. Por eso, cuando se las arrancan gritan. ¿No lo sabías?
"Esperando a Godot", SB.

6:22 p. m.  

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