miércoles, diciembre 22, 2004

Una fantasía



¿Una sinfonía en un solo movimiento, y escrita en 1924?, eso no puede ser... Así que los críticos y comentaristas se aprestan a realizan un pequeño esquema, para que la obra quede enmarcada en al menos tres partes, que corresponden al cacareado tripartito exposición-desarrollo-recapitulación. Eso al menos es lo que se puede leer en la contraportada del disco de vinilo que escuché, cuya foto pongo arriba. Pero Sibelius, ese mago del norte que supo retirarse a tiempo, decidió que esta sinfonía no fuera como las clásicas, con sus temas reconocibles y que vuelven a escucharse en algún momento, con sus progresos y su carácter más o menos predecible. Aquí no encontramos nada de eso, y lo único que se mantiene a lo largo de la obra son dos elementos, la caída de un tono y el ascenso de un semitono, presente en el último sonido, magistral, que escuchamos. También destaca como persistencia el trombón a solo, que tras su aparición en la "primera parte", tendrá un papel destacado en ese "final", muy breve. Frente al colchón sonoro de las cuerdas divididas, sólo destacan las flautas. Como ya digo, no es posible ajustarse a un orden, porque no lo hay, y en la tercera parte aparecen esos "temas" desordenados, y en el "scherzo" central hay un cambio de velocidad maravilloso... Esta grabación de The Hallé Orchestra bajo la dirección de Sir John Barbirolli, es de comienzos de los años cincuenta, y en la cara B aparece la Quinta de Rubbra, un compositor inglés poco conocido, pero que aquí suena muy bien, con sus dos allegros unidos por un scherzo, con su dominio del contrapunto y su manera de tratar la orquesta casi como un órgano gigante.

Y todo esto, porque ayer leí una reseña maravillosa de Andrés Ibáñez en Revista de Libros, sobre una antología de John Ashbery, otro mago, éste posmoderno. No se puede escribir mejor, para animar a la gente a conocer a un poeta difícil pero de gran belleza. En el comienzo, se burla de los habituales críticos de poesía. También se refiere a esta Séptima de Sibelius. Panta rei.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Yo no sé donde consigues esos peasos de discos :) con la séptima no he podido meterme mucho, aunque he podido notar que es una obra extraña, habla como el siglo XIX, pero piensa con el XX Sibelius redimensionó el lenguaje romántico, creo que se nota en obras como esta septima sinfonía, la cuarta o la quinta.

Gracias por descubrirme a Rubbra.

Andy

2:14 a. m.  

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