sábado, enero 29, 2005

En la frontera


Hay todavía un compromiso dentro del mundo del cine, y tal vez una de esas artistas que gusta de arriesgarse en estos tiempos cómodos es Chantal Akerman. En el año 2002 realizó un documental sobre los mexicanos que intentan cruzar la frontera hacia Estados Unidos, en donde piensan que van a encontrar mejor vida, cuando lo que consiguen algunas veces es toparse directamente con la muerte. Esto, por desgracia, nos es bien conocido en estos lares, muchos africanos mueren en el Estrecho y también cerca de las costas de Canarias, y el Gobierno sólo sabe hablar de las mafias que empujan a esta gente hacia la muerte, no ven los motivos reales del desplazamiento, pero bueno... La directora belga de origen judío (ahora que se conmemoran los sesenta años de la liberación de Auschwitz, hay que recordar que sus abuelos y su madre fueron a parar allí) cuenta que el impulso para rodar el documental le vino cuando leyó o escuchó hablar de estos mexicanos que trataban de cruzar la árida frontera, de cómo los del otro lado se referían a la "suciedad" de esos pobres que querían una mejor vida para ellos y sus familias; entonces, hizo la asociación con otros momentos de la Historia, se dio cuenta del fascismo profundo que subyace a esas palabras. Con esta manera de trabajar demuestra que no sólo es una concienciada del problema social, sino que tiene un estupendo oído para los matices lingüísticos, ahí donde se esconde el racismo y demás. Además, ese muro, esas alambradas que separan los dos países americanos, recuerdan bastante otras alambradas, otros muros.

De l'autre côté no es documental al uso, dominan los planos fijos, el travelling muy lento, que de alguna forma se adaptan al tempo del desierto. La habilidad de Akerman para hacer que miremos, que reflexionemos durante el visionado, es algo poco frecuente. Entre "entrevista" y "entrevista" (sólo escuchamos su débil voz, nada que ver con los documentales propagandísticos de Moore), planos estáticos, paisajes desolados, imágenes oníricas (como la de la vigilancia policial en la noche), ese viento que parece decir: "aquí se acaba todo", el muro, las luces finales hacia el Sueño Baldío...

La directora estaba presente en la sala, llegó un poco tarde, pero al final mereció la pena. Resulta que en la sala estaba un hombre de cabello muy blanco y largo y no menos poblada barba, parecía un viejo sabio de los cuentos infantiles, y como no empezaba la película, decidió levantarse y hablar un poco, invitando al público a expresarse. Un imbécil del final aplaudió, y él contestó que eso no significaba nada, o "cállate", si tenía algo que decir, ¿por qué no lo decía? Luego durante la proyección, también hizo el intento de hablar, colándose por entre el silencio tenso de las imágenes, y le hicieron callar. Lo que más me gustó fue cuando le cortó el rollo a la galerista Elba Benítez, en donde precisamente Chantal iba a inaugurar una instalación basada en este filme. ¡Así se hace!, esa tía me estaba poniendo enfermo, con su lista de exposiciones y demás verborrea estúpida, los galeristas son lo peor del mundillo artístico, con diferencia. Que hable Chantal, y bien que lo hizo (como el día antes, presentando Toute une nuit), breve y yendo a lo esencial. Dijo lo de la suciedad, lo que piensan los rancheros de esos "intrusos", a los que llegan a matar con sus escopetas, pues aman por sobre todo la propiedad privada, y como se dijo en la cinta, se los caza..., esa gente que puede transmitirles enfermedades (escalofriante la entrevista con los fascistas rurales, y con el sheriff).

Pues aquí está, Chantal ha venido para quedarse, en febrero se verán muchas más de sus películas, muchas experimentales, como la ya citada, de 1981, encuentros y desencuentros, baile, calor y lluvia en una larga noche de verano. De ella sólo conocía la deliciosa, pero comercial, Un diván en Nueva York, y ahora descubro su fascinación por los grandes paisajes, por los grandes problemas, y la siento cercana.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Lukas, no conocía el nombre de Chantal Akerman y me has llamado mucho la atención al resaltar su documental. Sabes que por obvias razones me interesaría verlo. Ojalá pueda lograrlo. Gracias.

Loriana

5:58 p. m.  
Blogger lukas said...

Estimada Loriana, ojalá sea así, y puedas ver este magnífico documental, pues el tratamiento que ofrece de este problema es hermoso y a la vez valiente, tanto en las entrevistas como en esos planos-secuencia que es su sello. Hay escenas que son duras, y te dan ganas de saltar del asiento y gritar contra tantas injusticias, como animaba el "hombre de blanco". De ella voy a ver otras películas, espero, y ya contaré.

También me gustaría, por tu parte, que me comentaras algo sobre Bolaño, al que leo ahora (los detectives salvajes), y sobre palabras muy de allá.

Besos.

6:11 p. m.  
Blogger lukas said...

Perdona, no había leído tu otro comentario, Loriana. Bueno, la poesía parece que es lo principal en estas primeras páginas, aunque no me gusta mucho el hecho de que sea un diario y escrito por un chaval de 17 años. Al parecer, el real visceralismo surge como una tendencia poética que sería una versión americana del surrealismo, ¿o estoy diciendo tonterías?

El desierto, Sonora..., sí, esto me gusta. Hablaré más adelante de Arturo Ripstein, uno de mis favoritos.

6:24 p. m.  

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