miércoles, enero 19, 2005

Fascismo cotidiano IV

Me gustaría no tener que seguir con esta serie, pero no podrá ser así. Esta sociedad es sumamente perversa, eso bien lo sabía Buñuel, que por otro lado pensaba que la imaginación era inocente, y todo lo que fantaseamos es permitido, es deseable además. Lo que no puedo soportar es la autocomplacencia de la gente, su estar ahí como si nada sucediera, y peor aún, engañarse, a lo grande. Supongo que la mayoría se ocupa de sus pequeñas cosas, porque no puede hacer más, o no da más de sí. Pero es en las pequeñas cosas, en los actos aparentemente minúsculos, donde se encuentra escondido todo el odio, toda la maldad, la perversa maldad de este mundo que no tiene remedio. No me cansaré de decir que es en los pequeños pueblos, en las ciudades medianas, donde el fascismo echa raíces y goza de mejor salud. En las metrópolis, por su naturaleza rizomática, eso es imposible, por eso la sentencia "no hay vida fuera de las ciudades" es una gran verdad.

Al final del día de ayer me encuentro con un tipo que pide sentado en el escalón de una casa, abrazado a un perrito que no es suyo, con el culo cortado de una botella lleno de unas pocas monedas. No llevo nada, le pregunto por Michael, y me hace un gesto como que "no anda muy lejos". Tampoco llevo tabaco, vaya. Cuando voy a dar la vuelta al final de la calle, me topo con el tal Michael, sonriente, con una litrona en la mano. Yo mismo la abro y doy el primer trago, luego va él. Hablamos un poco de todas esas cosas resabidas, pero que hay que decirlas una vez más: que la policía los molesta, que aunque ya está harta de ellos, va una y otra vez, encima una policía le dice que se baje los pantalones... "¿Tienes algún problema?", le pregunta el pitufo, y Michael le responde que ninguno, que tú tienes un problema, y el poli tal vez sonríe cínicamente y contesta, bravucón: "Sí, tú". ¿Qué harían estos payasos, supuestos guardianes de la gente corriente y brazos armados de la Ley, sin los pobres hippies, los seis o siete que hay en el pueblo? Un pueblo fascista a más no poder, que se relamía en las bostas del franquismo, y que ahora sirve a los "guiris" y sonríe, sonríe cínicamente. Michael tiene razón: los pitufos ya están hartos de ir a buscarlos, de mandarlos a Torrox (porque esta pobre aldea, que quiere campo de golf, no tiene ni partida judicial), para que todo el circo vuelva a empezar. Lo que esta gentecilla que llama a la policía no puede soportar, es que esos hippies se diviertan, se hagan sus fiestas, estén tumbados al sol sin hacer nada productivo, mientras ellos y ellas han hipotecado sus vidas a la "sociedad del bienestar". Leo en el panfleto local: A prisión por vandalismo en la Fuente de Europa, ¡seis días de cárcel y pagar la limpieza de las pintadas que hicieron con spray! Mentira, todo mentira: las pintadas las hicieron los niñatos del pueblo, los imbéciles que se reúnen en la dichosa fuente todos los días, con sus pedorras motos, los mismos que han grafiteado medio pueblo, pero claro, la policía no hace nada con ellos, son menores de edad, y sobre todo, son los cachorros fascistas del bendito pueblo.

En Cortegana (Huelva), un pueblo aún más pequeño, pues tiene unos cinco mil habitantes, el 1 de enero mataron a un deficiente mental. Detuvieron a dos tipos de etnia gitana. Hace pocos días, hubo una manifestación popular (dicen que promovida por el alcalde) y la cosa acabó en batalla delante de la barriada gitana, en donde viven unas doscientas cincuenta "personas". Hubo insultos, gritos, rompieron coches, quemaron contenedores, también la emprendieron con sus cultivos y los animales. La Guardia Civil tuvo que intervenir, y ahora el pueblo estaba bajo vigilancia constante, por temor a nuevos incidentes. Los gitanos dicen que a la próxima no se quedarán encerrados, que se tomarán la justicia por su mano. Risas amargas: ¿acaso no es lo que han hecho siempre? ¿de qué se extrañan, cuando son ellos los primeros en atacar? Lo siento, no puedo pensar de otra manera, no me gustan los gitanos: todavía no he conocido a un gitano que sea buena persona, desde el cabroncete que estaba en mi clase en la EGB hasta los mierdas que viven encima de la casa de mis padres. Por no hablar de casos más graves, como un famoso bailaor que atropelló y mató a un hombre en Sevilla, huyó sin prestar auxilio, yendo como iba sin carnet de conducir, y encima, metió a su hermano menor en toma la trama. Los gitanos al parecer se salen con la suya, por eso de vez en cuando tienen lo que se merecen. Pero no, hay que ser correctos, pensar que "no todos son iguales", y que ya está bien de que por uno paguen todos. Lo que me sirve es lo personal, no las estadísticas: y la experiencia me dice que son gentuza, que no pueden vivir con el resto de la gente.

Bueno, habrá que hacer algo, me susurra mi demonio. Sí, algo habrá que hacer...

P.D. Se me olvidaba algo: en los últimos días, al cruzar un paso de cebra habitual, justo cuando voy a pasar, un coche se acerca, ve claramente que voy a cruzar, y en vez de parar, ¿qué hace?, ACELERA! La segunda vez, ayer, iba en compañía de Tomás el polaco: la escena se repite. ¿Y quién creéis que conducía?, una mujer..., para que luego digan que tienen mejor comportamiento al volante. La pobre, tendría tanta prisa, algo urgente que atender, seguro... Tomás me dice que en otros sitios, un coche no pisa jamás un paso de cebra. En Galicia me dí cuenta que, aunque les gusta correr, los pasos de cebra son respetados con fuerza. Luego yo le conté cómo el otro día dos descerebrados en moto atropellaron a la perra que yo iba paseando (menos mal que fue sólo la perra, si me llegan a tocar a mí, les parto la cabeza, a esos dos mierdecillas que salieron rodando con la moto por delante). Él también sufrió algo parecido, esta vez en la carne de su hijo pequeño, él sólo se desahogó rompiendo una botella de cerveza al lado de esa gentuza motorizada.

7 Comments:

Blogger Unknown said...

Uh, las generalizaciones son peligrosas.... Pero tan asquerosamente cómodas!
Un saludo.

8:09 p. m.  
Blogger Gabby De Cicco said...

Uf lukas, huele a racismo este post y mi piel se eriza toda. No me gusta y tengo que decirlo. Y sí las generalizaciones son muy peligrosas.

9:04 p. m.  
Blogger Gabby De Cicco said...

Uf lukas, huele a racismo este post y mi piel se eriza toda. No me gusta y tengo que decirlo. Y sí las generalizaciones son muy peligrosas.

9:05 p. m.  
Blogger Gabby De Cicco said...

Uf lukas, huele a racismo este post y mi piel se eriza toda. No me gusta y tengo que decirlo. Y sí las generalizaciones son muy peligrosas.

9:06 p. m.  
Blogger Gabby De Cicco said...

No sé porque no me deja postear hoy. Uf.

9:07 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me he sorprendido mucho al leer tus comentarios, Lukas.
Demasiado violentos, en mi opinión. Considero que no sirve de nada echarse las manos a la cabeza, rasgarnos las vestiduras ante la violencia latente y existente en el mundo y la sociedad en que vivimos y por contra contribuir a ella con odio y deseos de pelea.


Abogo por el no hacer,me interesan más en este mundo los que sufren y los perdedores que los agresivos que imponen su criterio mediante la violencia física o verbal o mediante la erudición vacía o la impostura intelectual.

Concedamos el beneficio de la duda, al menos. Lo demás creo que es intentar apagar un fuego con cerillas.

1:56 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me he sorprendido mucho al leer tus comentarios, Lukas.
Demasiado violentos, en mi opinión. Considero que no sirve de nada echarse las manos a la cabeza, rasgarnos las vestiduras ante la violencia latente y existente en el mundo y la sociedad en que vivimos y por contra contribuir a ella con odio y deseos de pelea.


Abogo por el no hacer,me interesan más en este mundo los que sufren y los perdedores que los agresivos que imponen su criterio mediante la violencia física o verbal o mediante la erudición vacía o la impostura intelectual.

Concedamos el beneficio de la duda, al menos. Lo demás creo que es intentar apagar un fuego con cerillas.

1:58 p. m.  

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