sábado, marzo 05, 2005

En el centro del aullido

A sugerencia de Iria, decidí buscar anoche, en la "casa de citas" de Milan Kundera (su Pequeño diccionario de palabras incomprendidas que se incluye en su novela La insoportable levedad del ser), la entrada MÚSICA, y copio entero el fragmento, porque así no se pierde el sentido de la dialéctica que se entabla entre los amantes, también en su actitud ante lo sonoro:

: para Franz es el arte que más se aproxima a la belleza dionisíaca entendida como embriaguez. Uno no puede embriagarse fácilmente con una novela o un cuadro, pero puede embriagarse con la novena de Beethoven, con la sonata de Bartok para dos pianos y percusión o con las canciones de los Beatles. Franz no distingue entre la llamada seria y la música moderna. Esa diferencia le parece anticuada e hipócrita. Le gusta tanto el rock como Mozart.

Para él la música es una liberación: lo libera de la soledad, del encierro del polvo de las bibliotecas, abre en su cuerpo una puerta por la que su alma entra al mundo para hermanarse. Le gusta bailar y lamenta que Sabina no comparta esta pasión con él.

Están los dos en un restaurante y mientras comen se oye por los altavoces una sonora música rítmica.

Sabina dice:

--Esto es un círculo vicioso. La gente se vuelve sorda porque pone la música cada vez más alto. Y como se vuelve sorda, no le queda más remedio que ponerla aún más alto.
--¿No te gusta la música? --le pregunta Franz.
--No --dice Sabina. Luego añade--: Puede que si viviera en otra época... --y piensa en el tiempo en que vivía Johann Sebastian Bach, cuando la música era como una rosa que crecía en una enorme planicie nevada de silencio.

El ruido disfrazado de música la persigue desde su infancia. Cuando estudiaba en la academia de pintura, tuvo que pasar unas vacaciones enteras en la llamada Obra de la Juventud. Vivían en unas habitaciones comunes y trabajaban en la construcción de una siderurgia. La música aullaba desde los altavoces a partir de las cinco de la mañana y hasta las nueve de la noche. Le daban ganas de llorar, pero la música era alegre y era imposible escapar de ella, ni en el retrete, ni en la cama bajo la manta, los altavoces estaban por todas partes. La música era como una jauría de perros de presa que hubieran soltado tras ella.

Entonces pensaba que esta barbarie musical sólo imperaba en el mundo comunista. En el extranjero comprobó que la transformación de la música en ruido es un proceso planetario, mediante el cual la humanidad entra en la fase histórica de la fealdad total. El carácter total de la fealdad se manifestó en primer término como omnipresente fealdad acústica: coches, motos, guitarras eléctricas, taladros, altavoces, sirenas. La omnipresencia de la fealdad visual llegará pronto.

Cenaron, subieron a la habitación, hicieron el amor y a Franz se le confundían las ideas en el umbral del sueño. Se acordó de la ruidosa música durante la cena y pensó: "El ruido tiene una ventaja. No se oyen las palabras". Se dio cuenta de que desde su infancia no hace otra cosa que hablar, escribir, dar conferencias, inventar frases, buscar expresiones, corregirlas, de modo que al final no hay palabras precisas, su sentido se difumina, pierden su contenido y se convierten en residuos, hierbajos, polvo, arena que vaga por su cerebro, que le duele en la cabeza, que es su insomnio, su enfermedad. Y en ese momento sintió el anhelo, oscuro y poderoso, de una música inmensa, de un ruido absoluto, un bullicio hermoso y alegre que lo abrace, lo inunde y lo ensordezca todo y en el que desaparezca para siempre el dolor, la vanidad y el nihilismo de las palabras. ¡La música, la negación de las frases, la música, la anti-palabra! Anhelaba estar durante mucho tiempo abrazado a Sabina, callar, no decir ya nunca más una sola frase y dejar que el placer se funda con el estruendo orgiástico de la música. En medio de aquel feliz ruido imaginario se durmió.
(Círculo de Lectores, 1989, pp. 98-100).

Los que me lean desde hace un tiempo podrán imaginar de qué lado estoy: del de Sabina, esa pintora llena de un oscuro deseo. Ella y Quignard comparten similares argumentos para detestar la música, en este tiempo de aullidos organizados y consentidos (esto es lo peor, que casi nadie protesta). Es posible que media humanidad esté ya tarada, y cada vez suba más el nivel de esa "música", en cada vez más potentes altavoces, antes podías ir por la calle pero ya casi es imposible, los coches, contaminando en todos los campos... Sabina desearía vivir en otra época, la de la lentitud (otra novela de Kundera tiene este título). En cambio, los argumentos de Franz son más inestables. Él se refugia en la música (en donde mete, como en un cajón de sastre, cualquier cosa que suene; esta no discriminación entre música perdurable y música popular es algo muy posmoderno), porque lo que desearía, pero no se atreve a decir en voz alta, es que le flipa el sound-Moloc al que se refiere Sloterdijk en Burbujas, ese estar-dentro-de-la-sonosfera-infernal, como una matriz de confusión y de carácter asemántico, un retorno al ombligo del mundo, rítmico drum & bass como una droga total. Sin embargo, esta embriaguez, ya sea wagneriana o de love parade, no deja más que una rescaca y un abombamiento mental de efectos impredecibles (es como el éxtasis, la droga de los descerebrados). Estar dentro de Sabina, carne dentro de más carne, es provisional. Los que se drogan con chirridos y graves infernales necesitan más dosis mañana, y pasado... Franz puede que sea un literato amargado, o que está harto de las palabras que nos permiten "hacer sentido", pero no creo que nadar en sones y canciones sea la liberación. Es caer en brazos de una hidra llena de venenos y cadenas restallantes.

Me gustaría recabar de los lectores y lectoras del blog opiniones y decires sobre este problema, de qué parte están (me refiero a los personajes del novelista checo), con argumentos a ser posible.

Gracias también a Litae por su apoyo constante y por darme parte del antídoto.

18 Comments:

Blogger lukas said...

Yo creo, Iria, y se me olvidó comentarlo en el post, que Franz y Sabina piensan en cosas diferentes cuando reflexionan sobre el fenómeno sonoro. La primera se da cuenta del ascenso del ruido bruto, de la masa informe que puebla ya nuestras ciudades y hasta el campo. Y de la utilización de la música como tortura, algo que Quignard repasa bien en uno de los tratados de su libro, buscando el origen en los lager nazis. Y es por eso que no puede soportar música ninguna, pues asocia ésta con el horror, y anhela pues un tiempo ido. En cambio Franz se permite hablar de un "bullicio alegre y feliz", una orgía de sonidos que tapan por fin la cháchara que es para él el ruido insoportable. Él sí que puede instalarse en ese nube sonora, no dándose cuenta que entre los Beatles y Mozart está un abismo de tormento. La verdadera música, ya sea la que a mí me gusta, o ese Piazzola que tú escuchas, es ya un conjunto de islas en un mar embravecido de fatum mortífero, ruido de consumo. He conocido a mujeres como Franz, pero todavía no a una como Sabina.

6:31 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues no veo tan claro las diferencias entre ambos, más bien una fusión.

No me gusta hacer distinción entre Arvo Part o Lila Downs, o MAria Callas, Ben Harper...hay inmensidad entre cada uno de nosotros...precisamente por ser cada un@...La música se vive, sobretodo pasivamente, es cuando penetra más, es el arte así...yo estoy todavia poseida por la meditación -sin brazos- de Rodin, aunque he intentado empezar a pensar, pero me ha salido a posteriori... en el momento que me planté delante me aterrizó el pensamiento, sobretodo aquel que está más allá de la filosofia..y solamente tenia rondando a Zambrano..bueno y a otros...

La música forma parte de mi dentro desde que era pequeña.., sólo digo una cosa: no me fio de la gente que dice que no le gusta la música, la gente que en su casa no tiene música, o jamás está afectado pasivamente por ese arte...esa gente me da algo raro...

sigamos...da pa largo!!!

litae

11:50 a. m.  
Blogger lukas said...

Litae, la música sólo se puede vivir pasivamente: de ahí su peligrosidad, porque entra muy fácil, pero no estamos preparados para cualquier música, este es el error de la posmodernidad y del "todo vale", esta ingesta de todo, mezclado, sin criterio alguno. Normalmente la gente elige música tonal, melódica..., esto es como el deseo de que-no-pase-nada, lo trato de explicar en un post próximo sobre el programa de radio de anoche...

Haces bien en no fiarte de la gente a la que no le gusta la música, ¿pero conoces de verdad a a alguien a quien no le guste? A mí, mejor, me gustaría conocer a alguien que no le guste, porque está saturada de tanta basura...

1:07 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Lukas

Cuando te refieres a la posmodernidad lo haces peyorativamente, no? Pues no lo entiendo...porque precisamente después de Nietzsche, el último moderno, estamos en la posmodernidad. Esta categoria temporal es lo que somos...pero creo que tu lo utilizas para referirte a cierta escuela,no?? Si no es así, no entiendo nada.Y eso del todo vale es nihilismo no otra cosa.Y la posmodernidad=nihilismo es un igual que yo no comparto en absoluto, si quieres lo comentamos con más profundidad. No te confundas.
El todo vale es un manera de hacer nazi, en el sentido, como todo vale, pues le meto a éste, me meo en la calle, me autodestruyo.., no sé si me explico. LA posmodernidad no tiene que ser nihilista, es una confusión putilizada por el poder(Foucault)para que te entierres vivo, consumas como un loco, te pudras...es una cosigna del sistema, nacido del pensameinto único...me estoy enrollando, pero es que he visto eso, y es una mezcla un poco...peligrosa.

Yo queria decir que el criterio lo hacemos cada uno en el sentido de que tenemos que partir del todo vale, para hacer nuestra propia construcción o criterio.

En cuanto a la gente que no le gusta la música he conocido a dos, y me dan mala espina...


Lukas, la saturación es un problema de falta de dosificación, no?...siempre pasa..

litae

3:13 p. m.  
Blogger lukas said...

Litae, sí, es posible que haya confundido posmodernidad y nihilismo ("todo vale"), pero yo no soy tan optimista como tú cuando rompes esa equivalencia fatal. Ya Nietzsche auguró una época nihilista, la nuestra, que duraría bastante, hasta el tiempo de los "últimos hombres", pero no es el nuestro todavía. Claro que al poder (la opresión dulce de la que habla Noël) le interesa esta confusión, y sobre todo, la pasividad de los consumidores, sobre todo de imágenes (qué peligroso, que las imágenes ocupen el lugar del pensamiento).

En música, esa pasividad tendría que dar paso a otra actitud, y ésa es la que plantea la música contemporánea, los artistas y músicos que se mueven en su órbita: una acción continua, una vindicación del silencio y de los ruidos feístas, frente a la saturación sonora y complaciente de las ciudades y oídos de la gente común. Es verdad que el criterio lo podemos hacer nosotros, a partir de una escucha activa. Yo antes escuchaba sólo pop-rock, y pasé a la MC porque hice rizomas hacia ars sonora y otros experimentos al borde, luego me suavicé también ;-)

¿Gente que no escucha nada de música?, no me lo puedo creer, pero sí, será una gente muy rara y hay que estar lejos de ellos. Especifica, please.

4:47 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Lukas,

Yo pensaba que leias a Deleuze!!!, y a Sloterdijk, que intentan romper ese conjuro de Nietzsche...:-),quizás estés pasando el desieto, nos toca a todos...pero cuidate y regalate Spinoza!, y Giorgio Agamben, y cultiva la amistad:-))

Bueno, respecto la música. Pues sí, hay gente muy rara.. ésas que te digo no les gsuatba, pero a parte de no bailar, por miedo, supongo, no escuchaban música,por tanto, cuando lo hacian sólo escuchaban cualquier esisora de radio..en los dos casos me dieron poca confianza...
LA música nace con nosotros, hay gente que te deja canciones, no a un autor, sino sólo canciones, sueltas..me recuerda la teoría de la unidad de la significación.

Para dejarse penetrar hay que dejar-se emocionar..., escuchar con el corazón, pero no todo.Claro que no todo, me niego a escuchar lo que no quiero, teniendo en cuenta los buenos músicos que hay por ahí....

¿Como se construye un criterio?
Es algo muy personal, yo tengo músicas sólo por lo que vivia cuando las escuché por primera vez. Es como preservar el recuerdo,aunque sea horrible, aunque siempre pasa, el pasado pasa...porque el presente nos dice: esto urge, y los planes del futuro apremian, y como apremian...


¿porque repetimos tanto cuando una música nos gusta? porque la musica se come el tiempo?? por la fascinación? por actualizar el placer???ay...Epicuro!!! cuanta falta nos haces!!!

La música es la más efimera de las artes????

se sueña con tono de Amelie...

5:39 p. m.  
Blogger lukas said...

Litae, leo a todos esos autores menos a Spinoza, y eso que me lo recomendó hace tiempo mi amiga Carola, es una laguna importante, lo reconozco. Atravesar el desierto, eso es una tarea tremenda, y yo se ve que estoy en ella. Pero hay que librarse de querer "salvar" a la humanidad, porque no tiene remedio. Tal vez el estoicismo mejor que Epicuro, no??

La gente escucha canciones, no a músicos y menos a compositores. Esos aparatitos de mp3 recogen miles de canciones, qué importa quiénes son los autores. Vamos ya hacia una masa indistinta, la anulación de la música, lo que importa es el ritmo, el D & B espantoso, que nos recuerda a cada momento los latidos del corazón, y que vamos hacia la muerte. Contra esa música fascista-hacia-la-muerte, ese ruido infernal, opongo mi música viva, la que está plagada de silencios, irregularidades y ruidos estudiados, no pedorros.

Hay algo aquí que va MUY MAL. Al menos, no a todos les da igual.

12:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Lukas,

el estoicismo me gusta un poco, pero me parece reprimido.En cambio Los epicureos saben del placer, y su pasión..., y por eso lo miden. Los dos son medidos caminos, pero Epicuro siempre cultiva, cultiva sin cesar, (¿por que parar???)aunque yo siempre dije que le falta profundidad. Por eso a veces lo necesitamos...para no caer al pozo...ay!! que diría enfurruñado Bataille de todo esto de la medida...él que escribió desde el exceso en su plenitud!!! corporeo-mental...


Lukas, de esa música viva, cuenta...amigo, comparte...hoy estoy un poco mejicana...nomás...
mejico, te llevo en le corazón!!!!aaayyy...(suspiro)

hasta ahorita...

4:59 p. m.  
Blogger lukas said...

Precisamente esa música viva es de la que hablo hace tiempo en el blog, ¿o es que no leíste? ;-)

Claro que para la mayoría, esa música viva es el pop, un gran error que se da por hecho. Así, mismo en los diarios, se habla más de flamenco o rock o hip hop que de verdadera música. Anoche se habló de ello en LNC de Radio Clásica.

No he leído apenas a Bataille, otra laguna, qué le vamos a hacer..., qué me recomiendas para empezar, tal vez "El ojo"?

7:06 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

claro que te leo, que si...sólo quería que te cabrearás un poco...ji, ji...

El ojo pineal es un poco fuerte, empieza con El erotismo (tusquets), o el concepto de soberanía(paidós), tiene mucha obra pero no excesivo. Era amigo íntimo de Blanchot, lo sabias??? La amistad, traducido aqui como la sonrisa de los dioses nombra a Bataille, a Duras, a Levinas, y a otros...todos amigos...en fin ...maravillas francesas....

Bataille era sociologo, pero su Sur Niezsche, o éste que te recomiendo, o sus novelas eróticas son filosofia, pasa en pocos casos...y hay que aprovecharlos...no crees???


bataille tiene tb unos libros sobre el mal muy buenos, ahora parece que en pretextos, taurus y otras están sacando cosas, en cambio sus poemas están faltos de fuerza, creo que el dominio de la prosa no le alcanzó en la lirica.

Georges Bataille... no he encontrado su web, o una web maja, como la de Deleuze, por ejemplo. ES curiosos que no se le incluya en temarios de facultad.
Un dia paseando por Madrid vi el local de putas que le gustaba, está en un libro la referecia, le gustaba el sur. l egustaba España, y los toros. Gran hombre, esencial prosa.

litae

9:37 p. m.  
Blogger lukas said...

Vale, me quedo con esas referencias de Bataille, supongo que se podrán encontrar en bibliotecas, tal vez empiece con El erotismo, y luego esos sobre el mal... Ya que estamos, ¿qué local de putas era? ;-)

Aclaraciones:
--El hip-hop no es música, es un engendro sonoro para descerebrados.
--El rock es Noise Pollution, ya lo dicen ellos mismos...
--El tecno y todas sus modalidades es trance y éxtasis en dosis torturantes, pero que deja secuelas.
--Los cantautores son poetas frustrados.
--La new age es sedante, música funcional que se evapora entre sahumerios.

Así, sólo queda la llamada música clásica, y la contemporánea, es decir, la culta que se hace en nuestros días, por compositores y músicos que han estudiado muchos años y tienen autoconciencia de sus creaciones.

5:12 p. m.  
Blogger lukas said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

5:13 p. m.  
Blogger lukas said...

Iria, dices que mi posición es extremista, y no iré a negarlo directamente, pero es que estoy un poco harto de posiciones suaves y respetuosas, correctas, en donde se nos dice que hay muchas opciones, que todas pueden servirnos, dependiendo del momento, de nuestro estado de ánimo..., yo creo que esto es muy tibio. La música culta o perdurable es precisamente ésa que nunca nos cansaremos de escuchar, que tiene una riqueza imposible de hallar en la música popular, o el jazz o cualquier otra manifestación de la música "para las masas". Puedo escuchar música barroca, o música viva, o bien el repertorio romántico y de principios del siglo XX, y algunos exquisitos también se adentran por la música antigua. No creo que en la música popular haya un rango tan amplio para expresar estados de ánimo, conocimientos o atmósferas, como en la música culta.

La música popular, o de ambiente, o étnica, es muy limitada. Hay buenos grupos en el pop, pero básicamente son siempre lo mismo, y las letras de rabia, de sentimientos o de cosas bobas son variaciones limitadas. La mayoría de los paquetes idiotas vienen de esos campos. Es verdad que no es lo mismo Talking Heads o ciertos grupos industriales, que Ricky Martin o Beyoncé, pero si te paras a pensar, es música para pasar el rato, no para abismarse.

En la música culta, hay paquetes idiotas, por ejemplo, en ese hilo musical que ponen por aquí en Renfe (los trenes), o en algunas emisoras no especializadas como era Sinfo Radio, pero la mayoría de emisoras clásicas son muy selectas con su programación. La música culta investiga, la música popular repite fórmulas.

10:49 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Bueno, por fin puedo escribir, parece que puedo cultivar ni reputación de pesada:-)))

en fin, estaria de acuerdo con Iria, por cierto...HOla!!!Que tal???, por que eso que dices Lukas de abismarse está bien, pero es como decir que hay sentimientos más nobles que otros..o emociones con más pedigri que otras...por este camino caemos en un moralismo a la velocidad de la luz...
Pero por otro lado, lo de investigar está muy bien, aunque el country viejo...sea una delicia, o ciertos fandangos de Camarón...
Está bien que defiendas al amúsica clásica, denota tu pasión, pero asií llegamos a la zona de peligro anunciada por Iria...en fin...no estaría nada de acuerdo, porque nos encontrariamos rechazando casi la mayoria de música (que no avanza segun tu).Es un criterio personal con limitaciones.

bueno, sobretodo lo del jazz, se está juntando ahora blues con jazz y es muy emocionante, por no hablar del viejo soul y su rey: Sam Cooke.....Yeah!!! inigualable, en todos estos años....

Tienes razón en la mayoria de pop, y de rock, aunque yo soy rockera básicamente...no es más que repetición,pero es que después de Hendrix, n'existe pas d'autre!!!.....él mismo Ben harper es entrañable, buenisimo, pero está dentro de su tradición(rock, country, blues...lo que pasa que no te lo acabas...mmm....


divina música
no pares
sueño en verde
lloro con bach
pero me rio con body count!!!


ay...

litae

3:06 p. m.  
Blogger lukas said...

Bueno, Litae, a veces pasa que Blogger no funciona como debería, pero gracias por insistir! La verdad es que tu mensaje expresa una amplitud de miras poco común en la escucha de músicas muy diversas, y me hace tener que exponer algunas cosas a modo de confesión (para variar!):

Yo crecí con el rock y el pop en todas sus variantes. A lo mejor un día lo escribo mejor en un post, o varios (mi educación musical, demasiado informal para ser considerada educación). Escuchaba de todo, desde el pop español que triunfaba en los 80, hasta cosas de fuera (siempre dominando el mercado anglosajón), también algún que otro cantautor... Mis gustos eran un poco negros hacia el final de esa década. Me gustaban todos los underground, y luego me fui desviando peligrosamente hacia la electrónica. Cuando conocí a mi ex, dedicada a la música culta, mis gustos dieron un giro radical, empecé a ir a conciertos, escuchar Sinfo Radio (para acostumbrarme al nuevo clima) y luego la Clásica. Fue una pasión tremenda. También conocí a un tipo mayor que yo, de otra generación, que gustaba del minimalismo en clásica, y que había bebido del mejor rock y jazz. Fue una ocasión desaprovechada, porque la amistad duró poco, y sus enseñanzas se perdieron. Así que mi amor siguió por una sola dirección. "Ella" amaba la música antigua, y yo la contemporánea. Me volví más ecléctico y flexible con los años, pero ya no he sido capaz de volver a lo popular.

Uno asocia la música con sus amistades, con sus afectos, y la verdad es que mi época pop-rock es algo que prefiero olvidar. Por suerte, alguien vino a mostrarme la luz. Escuchar de nuevo lo pop sería viajar en el tiempo, eso no se puede... Ahora, podría ampliarme hacia el jazz..., y de hecho, me gusta el de vanguardia, como John Zorn o la Viena Art Orchestra. Estoy abierto todavía a cosas nuevas, siempre que sean experimentales.

No es que piense que hay emociones mejores que otras, eso es una tontería, sólo digo que lo que puede asociarse a esas canciones es algo que no me gusta..., cuando me siento muy mal, curiosamente, me da por escuchar canciones muy sentimentales, y eso lo detesto!

5:31 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Amicci,

el pasado no vuelve, ni queremos que lo haga..ja!
Lo que transporta con precisión de imágenes al pasado es el olor.Inexplorado sendero...

La música...tiene que sonar, aunque estemos tristes, aunque si Lukas, tampoco hay que provocar ese sentimiento, ni recrearse que el psicoanalista es muy caro..ji, ji..

Me confieso babeante de Mertens y su voz castrati, aunque no siempre me apetece. Ponerse música sin pensar también te ayuda a pensarte...


Vi este verano los tambores de Burundi, son tambores enormes, muy grandes, yo creo que sonaba su eco en la otra punta de la ciudad...

Al principio era exaltación, ellos saltan repetitivamente...duró muchos minutos, y en ese sonido tan monótono encontré melancolia, porque al principio sonreian y al final de su actuación no reian tanto..no sé...

Litae

3:44 p. m.  
Blogger lukas said...

Pues sí, el olor es la inesperada vía de acceso a ese pasado, y también los sabores, y si no, ved el ejemplo de Proust y su famosa magdalena ;-) Aunque son sentidos menores en relación con vista y oído, pero para estos transportes, más eficaces. Pero dejo esto, porque no sé muy bien la relación que guardaría con la música, ya que ésta se suele experimentar en ambientes artificiales, incluso en casas particulares, en donde sabores y olores están mezclados. Y de repente, un olor, esa carta vieja, ese sobre, esa caja de zapatos, te hace viajar, y una canción, la de Verano del 42, que te impregna cada poro...

Las llamadas músicas del mundo sí que me parecen músicas para experimentar, ¡es tan poco lo que conocemos desde este lado del mundo, encerrados en nuestra burbuja de música culta o bien anglosajona...! Lo que me dices de los tambores de Burundi..., es algo..., la percusión es muy importante en África..., pero está por otro lado la sutileza de la flauta shakuhachi en Japón, y el koto... Hay todo un campo muy amplio para explorar ahí, te acuerdas de la serie Ocora de Radio France, qué grabaciones de campo tan excelentes! Y seguro que hoy hay muchas más, no sé si por nuestros lares... Aunque lo mejor es experimentar todo esto en directo, recuerdo un concierto al que asistí hace años, de música de la India del Norte..., genial! Y luego, las fusiones de Dissidenten, o bien TRilok Gurtu, pero esto es ya más comercial.

Bueno, menos melancólico..., vamos adelante!

5:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

ahora..En radio3, en directo Johnny Lee Hoocker junior!!!!área reservada tiene un gusto....

el cuerpo lukas, hay que bailar, y te aseguro que bailar es lo más sublime...

elevate Johnny!!



mmmm...joder me falta un guiski...

Litae

2:10 p. m.  

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