viernes, mayo 06, 2005

Trío

Hace tiempo leí una novela realmente divertida a la vez que ingeniosa, del más francés de los escritores ingleses contemporáneos, Julian Barnes: Amor, etcétera. En ella, aparecían tres personajes un tiempo después de sus primeras andanzas, que hablaban de sus cosas con una naturalidad no exenta de dudas y conflictos. Todo empezó en la que ahora leo, Talking it over, y que en castellano se tradujo como Hablando del asunto. Los que hablan ante la cámara, ante el invisible interlocutor o periodista, son Stuart, Gillian y Oliver, amigos para siempre, como dice la canción pachanguera. Los dos primeros son ahora pareja, se han casado hace poco, y parecen ciertamente felices..., si no fuera porque Oliver, el pedante y vividor Oliver, se entromete demasiado en sus vidas, con la excusa perfecta que es el amigo más viejo de Stuart, pues se conocieron ya estando en el colegio. La novela, ahora leída en su idioma original, es de una ingeniosidad verbal inigualable, sobre todo cuando topamos con los parlamentos de Oliver, que usa palabras como "steatopygous"o "crepuscularity", amén de aderezar su discurso con términos y expresiones francesas, que es un guiño claro a ese afrancesamiento del autor. Los otros se expresan de forma más natural, Stuart es el típico yuppie pero sin ínfulas, y Gillian es un poco desconfiada al principio, luego se va soltando. Lo que nos cuentan son pequeñas escenas de la vida cotidiana, y lo bueno de todo es que, al hablar por turnos cada uno de las mismas cosas, se nos van ofreciendo distintas versiones de los hechos, y aquí está lo gracioso, porque hay diferencias y a veces abismos entre los relatos de unos y otros. Esto en la segunda parte me hizo reír mucho, y aquí otro tanto, aunque ahora es más difícil la lectura, claro.

Me hacen pensar en Alain de Botton, el más inglés de los nacidos en zona francesa...

Qué bueno cuando se refieren a la película ya mítica de Truffaut Jules et Jim...

Después de una novela que no es precisamente humorística, tenía ganas de leer algo más distendido, aunque también de alta calidad literaria. Ya aunque sólo sea para reconocer todas las referencias que suelta Oliver, está uno bien servido. Luego, por las reflexiones que hacen sobre el siempre variado tema amoroso, vale la pena perderse en estas páginas (Picador, 1992), que recomiendo encarecidamente.



P.D. "He doesn't understand about money or business or politics or machines; he thinks black vinyl are better sound than CDs. What can you do with someone like that?" (op. cit., pp. 109-110).
Me parece que Oliver y yo tenemos algunas cosillas en común, jeje...