martes, julio 19, 2005

Irrealidad

Hay veces en que me parece estar moviéndome como durante el sueño, en un escenario blando o de pesadilla. Escenas grotescas, situaciones inesperadas (como si no hubiera algo inesperado en todo lo que nos ocurre). Cuando voy llegando a la plaza de abajo veo a Luis (¿Luis?) en pantalón corto, sus piernas canijas como cañas, nunca lo he visto de esa guisa, la verdad, y me extraña, y más al verlo que está atareado montando un puesto para poner sus pulseras y demás manuales, está con otro tío que se dedica a eso..., paso tan cerca que pienso que tendría que verme y saludarme, pero no, sigue a lo suyo: fantasmas. Cuando llego al otro extremo, y detenido un poco por no saber si bajar o no, contemplo otra escena cotidiana, pero que no deja de tener ese aire surrealista, de dejà vu, porque es justo lo que decían el otro día, y ahora tiene lugar, varios días después y al ralentí: la Pareja Feliz, o sea, el Sevillano, con una tajada que para qué (¿alguna vez está fresco?), moviéndose nervioso y zalamero en torno a su enamorada, la ex del Papagayo (que es un chiringuito ahora llevado por otra gente), mucho mayor que él, hecha una pelandusca, una tía que pasó de una vida cómoda a vivir en la calle con este menda, y es que el amor es ciego, ¡y que lo digan! Van como discutiendo, pero en realidad debe de ser el calor, el amor a sus anchas, el esfuerzo del día a día, los efluvios del alcohol forever. Luego, por la entrada de atrás del Mas, veo saliendo del portal a Stefan con una bolsa de basura, sin camiseta, el tatuaje en uno de los brazos, las gafas de sol..., cuando ya me despido me salta con que tiene una entrada para el concierto del grupo ése, Arrebato, que no tiene ganas de ir, son 12 €, ¿que si yo voy a ir?, pues no, mira, no, y lo mejor que puedes hacer, le digo, es venderla..., sí, eso es lo que haré, contesta no muy seguro, porque eso es mucho arrebato..., sus juegos de palabras, su errática cháchara, Stefan: surrealismo andante.

Y en el parque grande de atrás, un escenario en la explanada, focos, gente mirando desde arriba, más gente abajo, Niñas Cantoras y gritos de "¡torero, torero!". Desde luego, es mejor pensarlo así: que estoy en un sueño, y que pronto despertaré. En el sueño uno se encuentra con una tía que lleva casi todo el carro cargado sólo de cartones de huevos y yogures, y algún melón para disimular..., en ese sueño, quiero llevarme dos carros unidos con monedas en la ranura, pero justo cuando lo estoy tratando de sacar viene el "dueño", la discusión consabida, que si yo no sabía, que estaba solo en un rincón, medio abandonado... En la vida onírica de todos los días, una persecución fascista-mafiosa-baturra, dos coches que no pueden estar en la misma carretera, el agresor la emprende con el otro que le llamó la atención, y que desea matarlo..., y a punto estuvo. No, desde luego, no es el mejor de los mundos posibles.

Para que el nuevo día no pierda su barniz de irrealidad, en otra plaza, en un banco, como sin querer, se me aparecen de nuevo la Pareja Feliz, esta vez el pantalón recortado del Sevillano parece no tan sucio, su comportamiento más recatado, y ella sigue tan fiera, pero al menos no chilla. Los personajes se desplazan del sueño 1 al sueño 2, combinan rasgos, reorganizan las fases vitales, recomponen las situaciones, y un día sucede algo que te reta a un cambio, que te guiña, como una mujer frívola subiendo la escalera camino de la habitación, tras cuya puerta, nadie sabe.

5 Comments:

Blogger Magda Díaz Morales said...

Lukas, tu texto me ha recordado unas palabras de Montyerroso: "La vida no es un ensayo, aunque tratemos muchas cosas; no es un cuento, aunque inventemos muchas cosas: no es un poema, aunque soñemos muchas cosas. El ensayo del cuento del poema de la vida es un movimiento perpetuo: eso es, un movimiento perpetuo..."

7:26 p. m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Primer plano, escenas continuas, tramas diversas, caminar dándole la contra a los fatalismos, la risa, el paisaje marino, la ciudad arde, el invierno tarda... la vida.

Por aquí, Lukas, el extremo: frío profundo y a veces la gelidez se filtra por un resquicio...

8:14 a. m.  
Blogger Dulce M González said...

Desde que lo mencionaste por primera vez, me interesó Bruce Chatwin. Y ahora tengo urgencia de leerlo, sobre todo después de las citas y comentarios de los últimos posts. Lo del cuadrado negro me recordó lo que dice PS en su conversación con Oliveira, parece que él también considera que se trata de un asunto místico: budista. Seguramente recuerdas eso que dice acerca de que el alma, al experimentarse, encuentra el vacío como su sustrato más profundo. Un vacío "existente". Y luego la imagen de la pantalla en blanco, sin texto. También recordé el cubo negro de Tony Smith (Die), de principios de los 60: un vacío de tres dimensiones, que se da la vuelta como un guante y muestra su interior también vacío, lo de afuera: la noche. Dado negro (Die): la muerte de la representación. Algo así. Nunca había relacionado a Malevich con el minimalismo de Smith. El cuadro negro, el cuadrado negro, en fin, mejor me voy a dormir, y soñar, y aquí llegamos al mundo de irrealidades que dices (espero la llegada de un ciclón, leyendo sobre un tal Chatwin, lo cual es bastante irreal). Bona notte.

10:25 a. m.  
Blogger Dulce M González said...

PD: Me quedé pensando: Creo que el cuadrado de Malevich es el vacío pleno de la existencia, y curiosamente, sí hay una representación. En cambio el de Smith es el vacío de la muerte (lo sugiere el nombre mismo) y ahí no hay misticismo alguno. En fin. Basta.

10:48 a. m.  
Blogger lukas said...

Magda, muy buena esa cita de Monterroso..., precisamente mi próximo post irá por ese camino del movimiento perpetuo, qué bien que coincides en esto!

Vir, ¿y los encuentros se tocan? La noche, el día, los encuentros (la fascinación que sentí siempre por los cruces de miradas, los momentos supuestamente azarosos). Arde el mar, no, arde el bosque, y con consecuencias trágicas...

Dulce, estupendos los comentarios que haces, yo también estaba pensando en lo que dices de Sloterdijk, es cierto que se refiere a la obra de Malevich en el orden del misticismo, y más allá, al existencialismo moderno. Lo de Tony Smith no lo sabía, pero desde luego, la plenitud del fondo vacío (sin expectativas) nada tiene que ver con la repetición-compulsión-hacia la muerte. Muy buena la distinción!

12:20 p. m.  

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