lunes, julio 18, 2005

Largos días del verano III


"Malevich was touched by mystical yearnings. In his hands the non-objetive canvas became an icon of anarchy and inner freedom: this is what made it dangerous to Marxist materialism. On his painting Black Square he said he had felt *black nights within* and a *timidity bordering on fear*, but as he decided to break with reality and abandon the image: *a blissful sensation of being drawn into a "desert" where nothing is real bur feeling, and feeling became the substance of my life*. Now this is not the language of a good Marxist, but of Meister Eckhart -- or, for that matter, of Mohammed" (Bruce Chatwin, op. cit. p. 163).

Estupenda la penorámica que traza del arte vanguardista ruso antes de que fuera prohibido por las autoridades soviéticas. Lo que cuestiona Ch. es que eso se realizara por simple ignorancia. No: los mandamases del Partido no podían permitir una nueva iconoclastia, y los bolcheviques, como toda sociedad autoritaria, amaban las imágenes porque reforzaban la cadena de mando en todos los niveles de la jerarquía. Se enfrentaban, con estos artistas de vanguardia, al anarquismo renacido de los pueblos nómadas, que odian y destruyen las imágenes. El Volga es la frontera nómada de la moderna Europa, como dice en el artículo que sigue. Malevich, como otros artistas de aquellos años, sintió una pasión repentina por las máquinas, e hizo una llamada al hombre para construir un nuevo mundo que sólo le perteneciera a él. El más terrible y equivocado de todos fue Mayakovsky, el poeta estrambótico, "la nube en pantalones", que tras visitar Estados Unidos y decir que era buena para las máquinas pero no para los hombres, pidió amnistía para Rembrandt antes de meterse una bala en el cerebro. Con su muerte en 1930 era obvio que el Movimiento Izquierdista había fallado. El Partido lo aplastó. Pero también murió de fatiga, concluye el lúcido Chatwin.

La vida urbana enriquecida por la velocidad, que tanto los fascinó al comienzo, pronto les desencantó; las máquinas eran el enemigo. Incluso un genio como Varèse se equivocó al elogiar el "sound" que editaban las motocicletas de la juventud. Hoy día, con coches-discoteca por doquier y ruidos como sonosfera infernal, y el feísmo (la grasa de las capitales) de la vida urbana, desde luego, está más claro todavía.

Los buscadores de la Séptima Dimensión..., los Molokany o Bebedores de Leche, que influyeron a Tolstoy...
***

Con el calor tan intenso de estos días es difícil hacer otra cosa que no sea... El Rastro en sus horas más bajas, el sudor es el protagonista. Libros en inglés a 1 €, pero ninguno vale... Una obra estupenda de Bernstein, los Chichester Psalms, el sábado por la tarde, luego un aburrido concierto para violín de Alan Rawsthorne, del que se cumple ahora un siglo de su nacimiento (estos ingleses...). El domingo está mucho mejor el programa El mundo de la fonografía, dedicado a Louis Kentner, acompañado por Menuhin al violín y Cassadó al cello, en obras de Schubert (Trío nº 1), Brahms (Trío nº 1, op 8) y Ravel (su Trío en Sol), luego viene Mozart pero ya es demasiado... Después de cenar, un nuevo programa de sugerente título, La catedral vegetal, que pillo ya comenzado, y que tiene como centro Nobody knows (the trouble I've seen), que es un espiritual que de alguna manera usó el también suicida Bern Alois Zimmermann en su Concierto para trompeta, de aires jazzísticos. Un fragmento del War Requiem de Britten dio paso al final de la Canción de la tierra de Mahler, el famoso Adiós en la voz de Christa Ludwig. Lo mejor vino luego, con el juego desarrollado por Uri Caine a partir de ese mismo fragmento, colocando una voz judía allí donde estaban los estertores del romanticismo, ¡realmente sorprendente, y que capta las entrañas de una música en su sentido profundo!
***

Uno nunca sabe lo que late en los sueños, en el ombligo el sueño, en las burlas macabras de sus imágenes. Tampoco sabemos lo que las voces traen, y qué sorpresas nos depara la corriente de la vida.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

(soy ivian) Según decías aquí necesitas ir a buscar féminas cantoras. Enga, amos.

Acabo de ver en el ordenata la semicomedia, peli que he visto-vivido tragicómicamente, como en "catarsis" creo que se dice: es "no sos vos, soy yo".

Y vaya, es para morirse de la risa lo mío con mi eterna melancolía también.

Se pasa tan mal...

La película, como al parecer tienen que ser cortas, pues está bien, aunque parece un museo de lo que ocurre con esta gente como nosotros y tantos, etc.

Imagino que miles de pelis y libros habrán hecho catálogos similares, ¿no?

Justo hace poco también con lo del calor he tenido ataque de siesta a deshoras y de no querer-poder hacer nada. Vaya, y a veces con buenas compañías, sintiéndose querido/a/e ocurre como que uno percibe que podría dar para tanto... y luego ver pasar el tiempo sin eso que crees haber percibido es una m. Pasa y pasa.

Bueno, y eso, ¿cómo andas de lo tuyo?

5:39 p. m.  
Blogger lukas said...

Ivian, pues aquí sigo, si me lees, podrás encontrar algunas huellas y tal vez algunas claves...

No he visto esa película, tal vez pienso que es muy típica, tópica, demasiado argentina, no? En fin, prefiero ver cosas como "El viento", aunque te parezca un poco pasada y hasta cursi, y a lo mejor no te gusta el Luppi...

El tiempo pasa, y las compañías vienen y van, y sí, no somos del todo conscientes de los hechos, o sólo los valoramos cuando todo ya pasó, en el maldito recuerdo...

Lo que más me preocupa ahora es: la inconstancia. Gente que surge de repente y luego desaparece sin dejar rastro... Uno, a cierta edad, necesita ya ciertas constancias, saber que puedes contar con alguien...

12:24 p. m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

El azar, los aleteos de la muerte,
y entre el alba y la noche algo inasible nos rodea...

8:02 a. m.  

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