viernes, agosto 05, 2005

Fascismo, otra vez

Quisiera escribir, antes de las vacaciones, de lo que más me gusta, de lo que llena mis días, de lo que me hace feliz. Pero no puedo. Que no me queje, me dicen. Pero cómo no quejarse ante las injusticias que recorren el mundo, y no hace falta irse muy lejos. Ayer leía en el periódico que un agricultor de Roquetas de Mar (Almería) murió el pasado 24 de julio (hace ya doce días) en un cuartel de la Guardia Civil. El hombre llegó para poner una denuncia porque había tenido un altercado con un grupo de gitanos (otra vez los gitanos de por medio; a los lectores de este blog fuera de España les digo que los gitanos de aquí no son los gipsy del Este de Europa, sino una especie mucho más peligrosa y conflictiva). El hombre dicen que llegó muy excitado, y que le dijeron que tenía que pasar el control de alcoholemia. Como seguía de esa manera, lo esposaron y pasó a estar detenido. Un teniente le golpeó con una porra eléctrica, que no es reglamentaria (¡no es un arma, es una defensa!). Luego, como el detenido se siguió resistiendo, lo tiraron al suelo entre dos y luego vinieron dos más (era un tipo corpulento y de casi cien kilos de peso), y uno de ellos le dio un rodillazo brutal en el pecho que le partió el esternón. Yo no estuve allí, pero me parece que este golpe fue el que lo mató, pues el informe forense dice que el hombre murió por asfixia a lo que le sobrevino una parada cardiorrespiratoria. Claro, si te rompen el esternón y se te llena de sangre la cavidad toráxica, ya no puedes respirar bien, y más cuando te siguen apretando cuatro bestias uniformadas. El cuñado vio el cadáver al día o dos, y dice que lo que vio le hizo confirmar sus peores sospechas: que no había sido un ataque al corazón como dijeron los picolos, sino que había muerto como consecuencia de la brutal paliza. El hombre tenía su rostro amoratado, hematomas en ojos, nariz, etc. También se habían ensañado con el resto del cuerpo, usando porras, spray y demás arsenal cuartelero. Lo habían matado. ¿Y ahora qué? El teniente que golpeó con la porra ha sido apartado, pero no dudo que lo volverán a meter cuando pase toda la polvareda. El director de la Benemérita dice que su expediente estaba limpio, y que sólo tenía algo relacionado con un joven que le dio un cabezazo. Lo que no dice este militarote es que, según el progenitor de ese joven de Roquetas de Mar, su hijo fue también torturado por ese teniente en febrero de este año, y que fue denunciado, sin que se tramitara nada de forma judicial. Al chaval le pegó esposado, luego se lo llevó a un cañizo y le pegaron más (quería tirarlo a la carretera para que lo atropellara un coche, pero no lo hizo por presencia de testigos). En el calabozo, en donde estuvo tres días, fue sometido a palizas intermitentes. El chaval le dio un cabezazo porque ya no podía aguantar más la humillación. Eso es lo que tenemos. Ahora ese hombre está muerto, y estos socialistas del Gobierno vuelven a tener un problema muy serio (¿se les olvidó lo de los GAL?). Así que tienen razón los de Amnistía Internacional, en España se sigue torturando. Y se encubren estos hechos, una comandancia no dice nada, los responsables de más arriba de vacaciones, dicen que ya lo hablarán en septiembre. Muy grave. Este país no tiene remedio. Ahora hablarán de que la circunstancia era excepcional: los guardias sólo resultaron con algunas magulladuras. Yo creo que si el hombre estaba agresivo, había maneras de reducirlo sin tener que matarlo. Pero no. El abuso de autoridad, sí. Tened cuidado si vais a denunciar algo en cuarteles o comisarías: podéis salir en un cajón...
***

Me quedo pensando en este comentario: seguramente dios también es una puta zorra negra

2 Comments:

Blogger Magda Díaz Morales said...

No amigo, Dios quizá sea lo que dices, pero blanca.

Aqui en México sucede también, está prohibida la tortura y se practica, aunque como allá, a lo bajito (pero ni tan a lo bajito, porque mira...).

Otro ¡uf!! de asco por todas estas cosas.

5:41 p. m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Veo a esa sorra de colores mezclados y terrible. Espantosa y expandiéndose con sus diferentes caras y tropelías.

Ante eso,lo que haces escribiendo, es una acción concreta, tu enojado disconformismo... Justo.

Sólo que cuando un latino, o una sudamericana como yo, esté en Berlín, por ejemplo, caminaré como siempre, erguida, aunque tal vez un policía me detenga en el camino, porque al verme con el color de piel trigueña, que para el caso, soy, seré tal vez considerada una de esas sudamericanas que vienen a ser la nota negra en su ciudad. Y eso que no me visto como puta.

Salutes.

1:15 a. m.  

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