miércoles, septiembre 07, 2005

Territorio Soler II

Estaba aprendiendo que los primeros círculos del infierno tienen su comienzo en este mundo y que, lejos de las monstruosidades que aparecían en su manoseado libro de versos, los tormentos del infierno se encuentran camuflados en la miseria de los días, en las sombras de unas escaleras gastadas por las que hacía muchos años que nadie subía con ilusión o en la respiración de una mujer, su madre, dormida en la penumbra de un cuarto donde nunca, desde que él tenía memoria, nadie se había reído.
(op. cit. p. 156).

Un poco antes: "Todo estaba tan lejos como los recuerdos, todo había ido a parar al otro lado del mundo" (p. 125).

Resulta emocionante cómo el narrador de esta historia, junto con las pequeñas aventuras y giros minúsculos de sus compañeros de aquel verano, nos brinda, desde su perspectiva de espectador intuitivo, ciertas reflexiones como las que acabo de señalar. Y uno sabe que son ciertas, que las cosas son así, y que ese bosque poco a poco se torna sombrío. Ya desde el "prólogo" (Soler y sus comienzos antológicos, casi perfectos), se nos anuncia el tono de esta historia llena de travesuras, conocimientos, pequeñas amarguras, fatales desenlaces. Lo que le sucede al Babirusa, es algo (su breve travesía londinense es para quedarse con la boca abierta); también el destino del padre de Paco Frontón, don Alfredo. Hay tantas historias, hay tanto dolor, hay breves chispazos de sol en esa piscina, en esas calles. Y luego, ya se sabe, viene el lento derrumbe de los sueños. Como salir del cine, sabiendo que ahí fuera hay mujeres vulgares, no la Lana Turner que nos ha embrujado hora y media...

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Magnífico fragmento, sin duda. Por cierto que tu ritmo de actualización del blog comienza a ser abrumador, llego casi sin resuello desde el mío. Aquí va otro fragmento, este de Las bailarinas... que conecta muy bien con el que has transcrito:

"Pero muy pronto empezarían a apagarse luces a mi alrededor, e incluso hubo un punto, pasados los años, en el que pareció que el universo fuese una batería agotada y sin energía, con los fusibles mohosos, o que las estrellas que me iluminaban no fuesen otra cosa que los pobres candiles de una feria sobre la que soplaba un viento furioso que arrancaba de cuajo las serpentinas de bombillas y reventara sus filamentos y su vidrio con un aullido que nadie podía escuchar".

Qué magia: todo este detalle y tanta imagen para captar un estado de ánimo, y eso en 250 páginas sin apenas respirar. Sí, un verdadero contador de historias.

7:58 p. m.  
Blogger Dulce M González said...

Qué tremedo que eres, esa velocidad, la mezcla de vida, música y literatura a la que ahora agregas una probada de arte culinario. Paf! Me abrumas con tu escritura excesiva, tus excéntricos platillos escriturales, el buen vino. Me has dejado "bodacha". Salud.

5:50 a. m.  
Blogger lukas said...

Gracias a los dos, Jacobo y Dulce, lectores tan fieles, a la vez que bloggers que tienen tanto que decir. Pues sí, Jacobo, sigo con la lectura de "El camino..." a la vez que leo en el diario Sur que Banderas acaba la preproducción para comenzar el rodaje de la película, en fin..., veremos qué es capaz de hacer con actores jóvenes de la tierra, más algún conocido... Reinventar Málaga, porque la acción transcurre en 1977 o 78, es algo!, esta ciudad ha cambiado mucho en esos veintitantos años.

Dulce, me gustan esos vaivenes, esos cambios, que yo no veo tan bruscos, porque de alguna forma trato de mantener ciertas constantes (vitales-culturales), y ya vas a leer hoy, jeje...

10:47 a. m.  
Blogger Magda Díaz Morales said...

Lukas, de acuerdo con lo que dice Jacobo, tu ritmo de aqctualización es de admirar. Vengo, leo y si no regreso al otro día, ya hay tres o cuatro artículos más, y siempre interesantes o_0

Este fragmento es excelente, pero sobrecogedor...

5:23 a. m.  

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