martes, octubre 04, 2005

Un cuento

El mismo amor, la misma lluvia, de Juan José Campanella, es una película argentina, muy argentina, que cuenta los encuentros y desencuentros entre Jorge Pellegrini, escritor un tanto amateur, y Laura, una chica corriente con aspiraciones a una mejor vida, que al final se casa con un hombre cualquiera, tras la mala experiencia de vivir un tiempo con Jorge, se aburguesa, pero acaba volviendo a encontrarse con ese fuego, el que siempre mantiene, por encima de todo, el escritor que en realidad es publicista, o crítico, vete tú a saber. De fondo, pero muy de fondo, la historia trágica argentina de mediados de los ochenta, el final de la dictadura, Alfonsín, Menem... Pero esto siempre lo vemos en televisión, sólo hay un momento en que Laura y Jorge son detenidos, pero eso dura poco. Lo bueno de esta película amable, tierna, soñadora, con ese ingenio verbal desplegado por los personajes (como buenos argentinos), es ese vaivén sentimental de los personajes principales, que resulta muy similar a la vida misma. Y sobre todo, la presencia de Ricardo Darín, tal vez el mejor actor de su generación. Y qué música, la de Emilio Kauderer...
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Nightfall (Al caer la noche) de Jacques Tourneur (1956), con Aldo Ray y Anne Bancroft, entre otros. 80' Cine negro. Ritmo trepidante. Vuelta al pasado, a ese lugar de Wyoming en donde quedó el maletín con el dinero, el cuerpo del médico amigo de Jim, las huellas en la nieve... Una película menor de este gran cineasta.
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Vuelvo a Soler, a su territorio, después de El espiritista melancólico lo normal es que contara ahora la historia de amor, durante la terrible guerra, de Gustavo Sintora y esa mujer que fue su única patria, y que una vez perdida, se acabó todo, más o menos. Es lo que hace en El nombre que ahora digo (Espasa Calpe, 1999; Premio Primavera de Novela de ese año). Con él aparece toda la comitiva que ya vimos aparecer de pasada en la novela anterior, tanto los soldados y hombres de lucha, como un conjunto de "artistas" que nos hace pensar en el ambiente de Las bailarinas muertas y La noche. El que cuenta es el mismo narrador de siempre, al que llegaron los cuadernos de Sintora, y por eso es todo un acierto que se mezclen la tercera persona de este narrador con la primera, cuando se nos "transcriben" los fragmentos del diario, que aparecen en cursiva de forma constante. Toda la poesía de Soler está en esos momentos directos, mientras que su ingenio y su humor tan andaluz aparecen a través de ese narrador que va contando las andanzas de estos republicanos maravillosos.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Como la tierra en la que me hallo es tierra de boxeo, repasaba estos días la historia de Kid Padilla en Las bailarinas muertas. Qué capacidad la de Soler para describir submundos en pocas páginas... Me fascinan las historias de los rings, de los que friegan el suelo con bayetas para quitar las manchas de humedad, de los que le dan al saco por las noches, cuando ya se ha ido todo el mundo. Por eso me fascinó también la última película de Eastwood. Este Soler es un pura raza, nos hacían falta narradores tan potentes y con ese sentido del humor del que hablas: "Mi padre está KO", dice Kid Padilla para decir que su padre murió años atrás. Y además, y creo que no lo digo con desprecio, es el perfecto ganador de premios: sus novelas, de mucha enjundia, también son muy legibles y creo que es lo que buscan los jurados. El resultado es evidente: Herralde, Primavera, Nadal. Creo que el 15 de octubre en la noche igual tenemos otra sorpesa mayor...

5:29 p. m.  
Blogger lukas said...

Pues entonces, Jacobo, tienes que animarte y leer la que ahora leo, "El nombre que ahora digo", ahí está de nuevo plena la galería de personajes cotidianos, marginales..., sí, es verdad que en una situación extrema, como es una guerra, y con una historia de amor imposible en primer plano. El oído maravilloso de Soler, que en esta obra coloca diálogos y expresiones muy de aquí, lo que hace esta novela la más popular y "coloquial" digamos..., y frente a eso, el arrebato poético de Sintora, con imágenes un poco de culebrón, como a tí te gustan, jeje...

10:51 a. m.  

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