viernes, noviembre 04, 2005

Fantasmas


Me quedo pensando en los acontecimientos de los últimos días, como los enfrentamientos con la policía y el caos que se ha adueñado de los lugares periféricos de París, esos banlieus monstruosos en donde vive la chusma. Dicen que todo se originó por la muerte de dos adolescentes en los días pasados, cuando huían de la policía, entraron en una central eléctrica y se electrocutaron: entonces, la culpa no es de la policía, fueron ellos mismos los que se mataron. Por descerebrados. Escucho lo que dice Dominique de Villepin, ese político, ahora primer ministro francés, que además es poeta, un hombre culto y refinado, tal vez el mejor de los políticos de este gastado continente. Pide que se reestablezca el orden, que haya justicia, no podemos retroceder ni ceder ante el ataque insdiscriminado de la chusma. Esto se veía venir, de hecho la quema de coches, contenedores, ataques a colegios y comercios, comisarías de policía y demás, nada de esto es nuevo, lo que pasa es que ahora la situación se agravó y puede convertirse en guerra callejera y vandálica como la que existe habitualmente en países en vías de desarrollo. Y esto en la querida Europa no se puede permitir. Europa aspira a la máxima civilización, por lo tanto, hay que frenar y erradicar a toda esta mierda. En la novela de Houellebecq, la penúltima, aparecía en cierto momento, a través de la ventana, una de estas escenas-reflexiones, que daba cuenta del estado de la cuestión: Francia se incendia poco a poco, la rabia adolescente, inmigrante y demás (que se alimenta con un cóctel explosivo: drogas, fanatismo, hip hop) acabará por poner en evidencia la crisis de las viejas medidas. Ahora, la chusma quiere protestar, y lo hace de la única manera que sabe. Contra la violencia, sólo cabe usar la fuerza, no hay otra medida. Pero este vandalismo ha de cesar, ha de ser eliminado. Los fantasmas volverán a sus agujeros.
***


Comienzo a escuchar otra ópera (ahora me dio por ahí), The Turn of the Screw de Benjamin Britten, basada en la novela corta de Henry James (la única obra de éste que soporto, recuerdo todavía la impresión que sentí al ver una serie de TV basada en ella). Es una ópera de cámara, con prólogo y dos actos, así que se ha grabado en dos discos. La grabación que escucho es de 1983, Philips, y fue dirigida por Colin Davis (existe una anterior por el propio compositor). Britten es el mejor operista del siglo XX, tal vez por detrás de Leos Janacek (ahora se puede ver/escuchar en Madrid De la casa de los muertos de éste). En la primera cara del primer disco (vinilo, vinilo), asistimos a la llegada de la nueva institutriz a la magnífica casa rural en donde transcurre la acción. Ella es la narradora en el prólogo, y aquí se cuenta algo que pasó hace tiempo, cuando le hicieron el encargo, peligroso, de ocuparse de dos pobres niños que no tenían a nadie en el mundo salvo a un tío tutor que siempre estaba fuera. Cuando viaja ya se siente algo preocupada por el recibimiento que tendrá, por si gustará o no a los de allí. Pero enseguida se da cuenta que tanto el ama de llaves como Miles y Flora son buena gente, y al poco tiempo considera Bly como su nuevo hogar. La primera mala sombra es la llegada de una carta en donde se dice que Miles fue advertido en el colegio, expulsado... ¿Acaso los niños no son un poco salvajes? Pero malo, ¡eso no! En toda esta parte, los niños aún no tienen protagonismo, canturrean aquí y allá, por el jardín, en un caballo de madera en el hall..., son tan inocentes... Hay una sombra en la torre, y la institutriz lo ve; y luego aparece de nuevo ese hombre extraño, en una ventana, y ahí se lo cuenta al ama de llaves, que exclama: ¡Peter Quint, es que esto nunca terminará? La pobre de la gobernanta pregunta asustada: ¿Qué pasó en esta casa, señora Grose? Magnífico final de la escena 5. Ni que decir tiene que la música es estupenda, marcando los distintos momentos-climas de la acción, con una instrumentación de un refinamiento supremo. (Continuará.)

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Villepin, poeta, hombre culto y refinado: cierto. Aristócrata, conservador, nacionalista francés: más cierto todavía.
La quema de coches, contenedores, comercios: ¿condenable? ¿chusma? ¿"contra la violencia, sólo cabe usar la fuerza"? ¿"ese vandalismo ha de ser eliminado"?
Pienso en lo que he visto, en lo que he leído. Céline. Peckinpah.
El vandalismo no se elimina. No se lucha contra la violencia. La policía no "lucha", ni "resiste". La policía sólo restaura. Restablece. La violencia desde abajo es otra cosa: tal vez sea violencia nihilista, quizá sólo buscan la destrucción.
Pues de eso se trata. Si construimos la paz de los cementerios, tal vez nos respondan con la guerra de los muertos contra los vivos. Habrá quien la defina como "barbarie". Estará en su derecho: las palabras no pertenecen a quien destruye.
Pero la destrucción está latente. Llegará antes o después. Cernuda: "Es mejor la destrucción, el fuego".

1:19 p. m.  
Blogger lukas said...

Muy cierto, Yegor, es violencia nihilista, es la mejor demostración del clima en el que vivimos, o malvivimos. Ya he dicho que lo que sucede ahora en los suburbios de París y otras ciudades francesas ocurre de alguna manera, menor, en cualquier otra ciudad, europea y de más allá. La globalización es esa semejanza de todos los arrabales del planeta: drogas, prostitución y ruido incesante, negro como las almas de las bestias que merodean en el cieno. Lo que pasó en una favela enorme de Río, hace unos días, con el enfrentamiento entre policía y traficantes, es significativo. Los muertos, sin embargo, se suceden, no importa quien muere, pues ya está muerto. La chusma no es libre, porque vive de adicciones feroces. La anarquía que quisiera, de forma permanente, es la vida de los muertos vivientes. SE nos tache de reaccionarios, o de lo que sea. La mejor medicina, el nuevo libro de Houellebecq!

6:14 p. m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Lukas, lo que me inquieta es que se identifique a los latinoamericanos como gente 'chusma', así de un tijeretazo discriminativo, con saña.

El término 'chusma' lo percibo cargado de un gran desprecio desde que estaba en el colegio, donde mis compañeras de clase, de familias banstante adineradas - allí estudié por decisión de mi padre- solian burlarse de la gente 'chusma', es decir de los que vivían en barrios pobres, o extendían tal palabra a una chica, hija de un comerciante,
del interior del país, o sea ignorante de las elegancias de la ciudad y de eso que llaman 'fashion'. Y las crueldades eran
cotidianas. Y fui dándome cuenta que la inocencia se pierde pronto y que es mejor perderla y dotarse de fuerzas conociendo nuestra Historia, de dónde venimos y por qué existe la miseria , cómo surge y si es que en verdad hay 'chusmas', o qué prejuicios hay tras de esa palabra.

Algo tan clásico como el señalar la necesidad de cambios estructurales no es vanO, sólo que ahora han cambiado las condiciones, en un mundo tan compLEjizado donde las relaciones humanas han cambiado, así como las de producción.
Justamente mucho por aprender hay en el blog 'Rizomas', siempre tan apasionante, pleno en sus posts que invitan a la liberación mental.

Sobre el libro referido, Lukas, sin dudas he de ubicarlo.
Sigo leyendo .

5:58 a. m.  

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