viernes, noviembre 18, 2005

Málaga by night

A las siete ya es de noche, al salir de la librería Luces, el marasmo cotidiano... Hay algunos adornos navideños, pero todo parece algo forzado, por los centros comerciales que están en otra parte, como el influjo de la luna sobre algunos animales, algo que viene de otra parte y manda sus mensajes, y todo el mundo se vuelve paranoico, qué voy a hacer ahora que acabé la novela de Pynchon, la novela que no se sabe cómo seguirá, pero que seguro que seguirá en otra parte, en otra dimensión, y Edipa se encontrará con otros hombres a los que llevará a la ruina, y entonces pienso en mi antigua colección de sellos, también arruinada en alguna caja, y los álbumes que tan felizmente soñé poder recrearme en ellos, la vida es una serie de proyectos sin continuación. Porque todo es breve, la vida es breve, y el tumulto (hurly burly) demasiado laaargo. A las ocho, después de una pequeña espera, en los bajos de la Plaza de la Marina, en donde han colocado el MIM (Museo Interactivo de la Música), hay una presentación del Año Mozart 2006, con las actividades que habrá a lo largo del año que se acerca. Hay un organista y profesor de la Universidad que nos habla durante unos minutos de la anormalidad de Mozart, tanto en su vida como en su obra (¿cómo es posible que escribiera tanto, y tan bueno, con ese carácter equilibrado, cuando su vida era un puro desequilibrio?). Luego la chica que he visto afuera hace un rato nos va enumerando esas actividades que organiza el propio museo, una para cada mes, algunas tan cogidas por los pelos como relacionar a Mozart con Shostakovich (con la cosa de que se cumple el centenario del ruso) o tratar sobre Mozart y la medicina, o Mozart y la arquitectura, en fin... Para ilustrar musicalmente el evento, viene el Coro del Colegio de Abogados de Málaga, que se formó hace un año, y que canta dos piezas del austríaco (Dona nobis pacem; Ave verum), dos villancicos antiguos, y un brindis que me hace pensar que éstos son realmente berridos leguleyos... Me fijo en Carolina, que ha hecho de solista en un villancico, me fijo en una muy alta con el pelo rubio rizado, me fijo en otra de rostro algo duro, y que me parece haber visto ya, en otra parte... Para celebrar el encuentro, dan como bis una canción gallega popular, que cantaron en Vigo en julio de este año, y que es lo que mejor les sale de todo el mini recital. A la salida, no se puede pasar porque están posando para los fotógrafos. Sí, a esta gente le gusta más posar que a un tonto un caramelo, como se solía decir antes. Y pienso que ya no vendré más a esta cueva, la sala es una verdadera cueva, con una cortinilla negra a la izquierda que no evita el ruido de los que pasan al museo o que van en busca de sus coches en el aparcamiento aledaño; a la derecha hay una muralla de piedra auténtica, y desde ahí, y desde la parte del escenario, vienen trastazos de los coches que salen del aparcamiento. Mientras hablaba el organista, un pitido enfermizo de un coche; durante las canciones, los coches que gruñen mientras cogen la rampa. ¿Y aquí es donde quieren celebrar al genio? No, Mozart se merece un sitio mejor.

Luego me voy a buen paso hasta el Palacio de Miramar, llego poco antes de las nueve y media, pero no es ahí, como me temía, lo de la cata de vinos, sino en el Palacio Monte Miramar, que está en la calle Monte Miramar, que está en la zona del Limonar, y por lo tanto queda en el quinto coño, y así pues, me doy la vuelta y no voy, ya no llego a tiempo, aunque tenía una invitación. No entiendo cómo un evento que pretende acercar el buen vino a la gente joven (de entre 20 y 35 años), organizado por la Asociación que Engloba a Bodegas de la D.O. Ribera del Duero, decide hacerlo en un lugar tan apartado, por fashion que sea el palacete. ¿No hubiera sido mejor hacerlo en el NH Hotel, que está bien céntrico? En fin, algo más que me pierdo, pero esta vez no lo siento mucho, porque en realidad, esos lugares tan elitistas nunca me gustaron.

A las ocho y media, en el María Cristina, Javier Perianes al piano haciendo obras de Schubert y Chopin. Pero ya es demasiado tarde para ir, son más de las nueve y media, las 21.36 exactamente. Así que atravieso el túnel de la Alcazaba para llegar hasta la dichosa Plaza de la Merced, luego en realidad me quedo en la placita detrás del Museo Picasso, en la Cinemateca dan Arvuyeda o algo así, que ni me interesa y además ya ha comenzado. Paseando por calle Larios, un rato antes, observo a los músicos callejeros, a la gente disfrazada de buena gente, de gente de bien, con dinero, con salud, con esas cosas que hace que la vida valga la pena, pero es todo muy falso, como los decorados para la navidad que se acerca. Más tarde, por las desvencijadas, abiertas en canal, calles del centro, cerca de Plaza de Uncibay, veo a una chica que parece llegar de viaje, con una pequeña maleta tipo neceser en la mano derecha, y un bolso en la izquierda, va vestida con una falda vaquera muy ceñida que le marca perfectamente el culo, y calza botas de ante, me parece, y la sigo durante unas cuantas calles, y luego se mete por un callejón, yo bajo de nuevo por Larios, mientras un furgón de la policía local parece seguirme durante diez largos minutos. La noche se va vaciando de gente, llega un momento en que ya no hay más, esto es impensable en una verdadera ciudad, como Madrid, en donde el centro no se vacía hasta las dos de la madrugada o así, y en fines de semana, nunca. Pienso en restaurantes adonde alguna vez iré, Palo Cortado que he visto antes en Avenida de Príes; al lado han puesto un asiático algo cutre; veo que está abierto Manducare, el sitio de moda. Pienso en Altos de Tamarón crianza 2002, que me tomaré otra día, como revancha...

2 Comments:

Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Mozart se burlaría de todo ese barrullo, con esa piedra inmensa bloqueando los sonidos... y haría una de sus travesuras.

Justamente ahora me voy a un concierto con mi niño. Luego lo comento.

Hay lugares donde la gente aún levanta su dedo meñique y mueve las letas de sus nariz, algo chaplinesco en verdad :-)

Puedo verte tras de la chica de ropa ceñida. Ooooohhh, escena a colores.

Esos restaurantes descritos por ti, convocan verlos. Si escribes sobre ellos , voy a soñar.

Salutes Lukas.

10:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Málaga tiene estas cosas.

7:14 p. m.  

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