miércoles, noviembre 09, 2005

Sin título

Hoy no tengo nada que contar.

Llegará el momento en que no me interese ni la buena literatura, ni la música clásica, y menos la contemporánea, ni siquiera me gustará pasear, y eso será el fin de todo. Ya no puedo ver las puestas de sol, que solía ver en los dos meses pasados, con lo del cambio de hora a las siete ya es de noche y cuando salgo a la calle está oscuro, hace frío, y no hay ganas más que de llegar pronto a casa. El Segoviano se marchó a su tierra, será un pobre tirado pero no es tonto, sabe que noviembre es el Mes de Todo Está Muerto, los hoteles cierran, los restaurantes, se ponen a hacer obras por doquier, ¿qué otra ocupación hay en un pueblo que vive del turismo? El Madriles está todo borracho, habla y habla de que cuando consiga pasta, que le ajustará las cuentas a éste y aquél, no deja de escupir, se mea en cualquier esquina, y mientras Thomas toma el sol y yo decido largarme, ya no aguanto más este sol de otoño y este aburrimiento.

La luna está creciendo, o eso parece.

En Cuatro habrá un programa de cocina, lo que pasa es que está protagonizado por un cocinero que, me da a mí, que es un chulo madriles, y no me caerá bien. No soporto esa chulería madrileña, y este tipo de la calle, drogadicto, con sólo treinta y cuatro años, hecho polvo, me hace pensar en la época negra, cuando conocí a un menda llamado Víctor, de Madrid, todo pastillero, que en Madrid era ultrasur, o del Frente Atlético, la misma mierda nazi del deporte, que el deporte es una droga, que sí, Heras, ahora no digas que no te dopaste...

En ese tiempo iba a conciertos de música clásica, sí, en el Centro Cultural, pagaba mil pesetas, que ya era dinero, joder, cuando en el centro cultural de la Diputación, en Málaga, no me costaba la entrada más de doscientas pesetas. Ahora el viernes hay otro, un dúo de violoncello y piano (música de Prokofiev y Rachmaninov), que cuesta 7 €, los pagará el guiri de turno, yo no. Me niego a pagar más de mil pelas de las de antes, cuando en el centro cultural de Málaga sólo cuesta 1.50 €, y encima es mejor sala. Los dos últimos martes de este mes, en el Auditorio Nacional de Madrid, música de George Benjamin y otros afines a su estilo, música de cámara, en un auditorio, y sólo por 6 €, ¿y voy a pagar 7 por escuchar a unos moldavos o de donde sean? Vete a la mierda.

Hoy no tengo ganas de nada.

Escucho Oedipus Rex de Stravinsky, una ópera-oratorio, con libreto de Jean Cocteau sobre el drama original de Sófocles, y con traducción latina de Jean Daniélou, pues S. quiso darle a la historia la severidad que merecía, y como es ya habitual en su etapa neoclásica y llena de guiños a la tradición. La versión es de Thomas Moser, Jessy Norman, Michel Piccoli como narrador (él sí en francés), y el Coro y la Orq. Sinf. de la Radio Bávara dirigida por Colin Davis, en una grabación del sello muniqués Orfeo (1983). Me gusta este canto en latín, tan poco siglo XX, me gusta esta historia tremenda, me gusta lo que dice el ciego y adivino Tiresias, "¡el asesino del rey es un rey!" Es pura tragedia.

Lo real: veinte toneladas de estructura de hierro, desplomándose súbito. O las bombas de fósforo blanco, que traspasan la ropa sin quemarla y arrasan la piel.

2 Comments:

Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

De pronto hay un tiempo en el que pareciera que todo se ha acabado o que no tiene sustancia, mas no imagino la existencia con demasiados días sin música ni cine, libros, calles...

Creo que el bólido tiempo se lleva todo mas no a mí... ¿y tú?

6:52 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me ha gustado mucho tu blog, al que he llegado por azar hasta encallar en estas tus imágenes del desencanto urbano, tan similares a las que producen tantas ciudades afines para consumo de nuestras decadentes realidades gregarias...
saludos,
angel

9:24 p. m.  

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