martes, enero 17, 2006

Algunas películas




El cine ya no es lo que era para mí, hace tiempo que dejé de ser un cinéfilo de pro, como lo era en los años noventa, cuando podía viajar a otras ciudades para ver una peli que no daban en Málaga, y cuando ver cine en pantalla grande no era tan aventurado como ahora. Si viviera en Madrid permanente, otro gallo me cantaría, pero estando en el desierto, es difícil ver buen cine, hay muchas salas pero con mucha bazofia, y las películas en VO son contadas. En televisión, al no tener el Canal Satélite Digital, sólo me queda Canal 2 Andalucía para ver películas sin cortes, o algún que otro DVD, que no me gustan mucho. Lo último que pude ver en esa cadena ha sido: Mi hermosa lavandería de Stephen Frears, con guión de Hanif Kureishi, una película de estética muy años ochenta, a veces se escurre peligrosamente al terreno del videoclip, pero que muestra el ambiente underground londinense que tanto gustaba en ese tiempo, el de un barrio degradado y con unos personajes peculiares, la mayoría innmigrantes. Una lavandería cutre, que es reinventada por un chico punk (estupendo Daniel Day-Lewis), una historia entre él y el pakistaní, una música, algunas drogas sueltas... Todo muy estilizado, en la onda de entonces, algo que me gustaba y que ahora contemplo con una cierta tristeza, porque ese tiempo se fue, everyday is like sunday, y ya nada es lo mismo.

Anoche pusieron en el canal andaluz Marnie la ladrona de Alfred Hitchcock, película que hizo tras el éxito de Psicosis y de la aterradora Los Pájaros. Las que vinieron después ya no fueron lo mismo y mostraron su franca decadencia, tal vez porque con la actriz protagonista de las cintas de 1962 y 1964 no hubo nada que rascar, como se suele decir. Tippi Hedren, de la que estaba enamorado, le dio largas en el rodaje de Marnie, así que se le acabó la inspiración de las rubias fatales. De Psicosis, H. trae a ésta la manía compulsiva del robo, aunque con motivaciones diferentes; también una madre posesiva es elemento común a ambas (magistral esa secuencia del sueño, ¿o no?, cuando Marnie está en la cama y su madre silueteada en la oscuridad y ante la ventana de tormenta). La primera parte de esta larga cinta es fenomenal, mientras la cámara sigue a nuestra heroína frígida por sus pasillos del mal. La secuencia del robo en la caja fuerte de Ruttland es fantástica, con un toque de humor muy inglés. Pero cuando entra en escena la parte psicoanalítica, la trama se enreda y la tensión decae, mientras sube enteros la confusión y los tonos exaltados. De alguna forma había que explicar la personalidad torturada de Marnie, pero hacerlo teniendo tan al pie de la letra las teorías de Freud parece un poco tonto, aunque el final no deja de ser encantador, y por qué no decirlo, algo cursi. Nada que ver con la perfección de Vértigo, su obra maestra, o con Psicosis, que es puro delirio y maestría con la cámara, y hasta la música de Bernard Herrmann no se hace pesada. Es verdad que la fotografía es brillante, y que esa primera parte es muy buena, pero decae hacia la segunda parte, y Sean Connery no está a la altura de su partenaire femenina y su presencia casi chirría.

Mañana me voy a ver Los dos lados de la cama.

2 Comments:

Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Y pensar que muchos se aburren con 'Vértigo'. Es misterio y Eros se pasea en toda la peli, elegantemente. Sin estridencias.


Sobre lo cursi: diferentes percepciones, creo... para mí cursi, es el empalogoso llamado, la invocación dulzona a la que le falta su gota ácida, como en un pay de limón.

Gustar casi nada de los dulces...


*

La película que mencionas, verás, no la he visto.

*

Salute Lukas.

8:56 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola, otra vez, desde tu Madrid...Yo vivo al lado de todos los cines y casi nunca voy. Cerraron los Luna por mi culpa...En fin. Que hace mucho que no escribes sobre música, por lo que he leído. Lo echo de menos.

9:25 a. m.  

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