miércoles, enero 25, 2006

El desastre de África

El jardinero fiel de Fernando Meirelles (cuya película anterior, Ciudad de Dios, me perdí), es una película excepcional, de calado casi épico en su hora final y sobre todo en los minutos que preceden al final, y que hacen pensar en aquel Paciente inglés, aunque sólo sea por el protagonismo de ese actor estupendo que es Ralph Fiennes. A través de un montaje endemoniado, a una velocidad de vértigo, con constante y efectivo uso del flash-back, Meirelles nos cuenta una historia basada en la novela del mismo título de John Le Carré, que no he leído ni me interesa, ahora que he visto esta película trepidante, con actuaciones soberbias y con un sentido del ritmo y de la denuncia (hora final) que no se suele encontrar ya en el cine. Esta mezcla de historia de amor, la que tiene lugar hasta la misma muerte-retorno al hogar, entre un diplomático británico (Justin) y su mujer (Tessa Quayle / Rachel Weisz, tan hermosa como frágil); y de intriga, que tras la muerte de Tessa hará que Justin salga de su letargo de botánico, es lo que lleva al espectador a maravillarse de lo que las imágenes no llegan a contar del todo, del poso que queda ahí donde todo se pierde, en un continente quemado no sólo por el clima extremo sino por los intereses de multinacionales farmacéuticas (The World Is Our Clinic!), una tierra en donde los nativos son abandonados a su suerte, como se ve en dos ocasiones, perfectas simetrías de un mundo que agoniza ante la mirada impotente o cínica de los occidentales. La música de Alberto Iglesias es también un factor determinante a la hora de valorar un filme que es, tal vez, el último "épico" que se puede ver en nuestras carteleras. Como bien han dicho otras críticas, entrar en esta película es casi como viajar al continente negro, de tal manera la cámara inquieta no para de arrastrarse, por la tierra, por el aire, por todas las concavidades permitidas. Esto quizá también acarre el único defecto apreciable, el hecho de que no haya muchos momentos para la calma, para la reflexión pausada, para que el sentimiento dé su salida: aunque sí se producen escenas emocionadas al retorno de Justin a Inglaterra, cuando está en el jardín de la casa de Tessa y recuerda aquella luna de miel que comenzó casi cuando se conocieron; o bien, cuando el primo de ella se echa a llorar en la estación. Por no hablar de esa secuencia final en el lago, mientras en desarrollo paralelo ocurre en Inglaterra la denuncia necesaria. Esta combinación de historia privada, de dolor humano individualizado, y de hechos públicos, de denuncia de lo que ocurre ahí no muy lejos, es lo que hace de esta película un logro mayor en el panorama actual.
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Soy un lector apasionado. Soy un melómano curioso. Soy un cinéfilo comprometido.

3 Comments:

Blogger JacoboDeza said...

Leí el libro en el momento en que se publicó: seguí con interés las primeras 100 páginas pero poco a poco la intensidad iba decayendo de manera alarmante. Aun así, como siempre termino todo lo que inicio, llegué al final, pero no recomendaría la lectura más que a los comprometidos con el tema de que trata. Tenía dudas sobre ir a ver la película o no, ahora me has dado algún empujón extra. Lo acabaré de pensar...

5:37 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es una película hermosísima. Brillantemente realizada: con el esmero de las independientes, llena de delicadeza. Maravillosamente interpretada, especialmente por su protagonista masculino. Y es una denuncia, desesperada, en torno a un tema que no entiendo como no se ha tratado mil veces antes. La música ( con ese inolvidable Kothbiro de Ayub Ogada de tema central) es perfecta...En fin, que estoy contigo: debería ser obligatoria. Un apuente: vete a ver Crash, por favor. Y recupera Ciudad de Dios, aunque sea en DVD.
Besos desde Madrid, cerquita del Gumbo.

7:52 p. m.  
Blogger lukas said...

Bueno, de momento tengo que ver "Macht Point" y "La vida secreta de las palabras", que tengo pendientes, pero bueno, trataré de ver "Crash", si dices que es tan buena. También estrenan ahora la de Spielberg, que veré seguro, porque es el tipo de cine que me interesa, el que explora una realidad, y más si tiene que ver con algo como el terrorismo.

Por cierto, cerca del Gumbo, cerca del Gumbo..., a ver si nos vemos a mediados de febrero..........

11:00 a. m.  

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