miércoles, enero 11, 2006

Mi querido Madrid (III)

El sábado comienzan las rebajas, después del día de fiesta, así que le sugiero a M. que vayamos a Fuencarral, la famosa calle de las tiendas fashion, en el barrio de Chueca. Salimos a la plaza del mismo nombre, que está decorada de forma colorista, ella toma una foto y vamos dando un paseo hasta encontrar la calle, es la primera vez que vengo por aquí, y creo que ella también, pese a ser de Madrid. Ya, ya, aquí las tiendas no son precisamente de Todo a Cien, pero apenas asomamos la cabeza vemos un gentío que seguro que es lo típico, aunque no haya rebajas, en las fotos siempre salen así de concurridas las aceras. Así que hoy, el primer día de las rebajas de invierno, el panorama es hermoso: si vivimos en una sociedad de consumo, qué mayor coherencia que ésta. Las tiendas más trendy están todas aquí, pero hay que destacar la de Custo Barcelona, el diseñador de camisetas coloristas, el mago de los colores y el patchwork. Claro que para adquirir una de sus piezas hay que tener una buena cartera, claro... También está Desigual (pero con la S invertida), que ofrece camisetas y otra ropa poco convencional, que en rebajas cuestan lo que otra ropa no rebajada, pero el diseño hay que pagarlo, igual que la comida de autor. Estamos un rato en Blanco, y veo el desfile de modelos, gente muy joven en su mayoría, me fijo en algunas empleadas, una lleva una camiseta toda desgarrada por detrás, otra un tatuaje en la espalda bastante grande, otra cerca de los probadores parece una muñequita china, con sus medias color arcoiris... Me fijo en una chica muy pija, que viste en color camel, con falda demodée, zapatos con poco tacón de señorita años sesenta..., y verla aquí, en este ambiente multicolor y casual wear, es todo un punto. A lo mejor ha decidido cambiar de aires, me digo... Finalmente, salimos de la calle y vamos dando vueltas sin fin por las calles del barrio más posmoderno, pasamos por una plaza con aparcamiento subterráneo, y justo anoche me entero en Miradas 2 que lo ha diseñado una tipa especialmente pensando en la movida de Chueca, con fotos, frases (una de Dante) en las paredes, todo está pensado para que un subterráneo parezca un espacio más humano, lo cual no deja de ser revolucionario, si lo piensas un poco.

Al final no fuimos a Le Dragon el sábado por la noche, y no sé por tanto si nos perdimos algo que merece la pena, o cenar allí hubiese sido como estar en una pista de baile con comida china un poco más sosfisticada de lo que se suele. Pero en uno de nuestros paseos veo un chino cutre que se llama El Dragón, y para divertirme un poco le digo a M. que ahí está, y ella se queda mirando la carta de fuera, y dice "hala, pues no es tan caro como decías", y me río, pero aguanto hasta el final, pero ella piensa que no es éste el barrio que yo decía (el auténtico está en Colón), y luego le digo que mire la fachada, tan cutre como la de cualquier chino de barrio, y entonces se da cuenta de que le tomo el pelo...



El domingo por la tarde nos acercamos a la Filmo (pasamos la tarde del viernes, pero era un edificio fantasma, ese día estaba cerrada, nunca me había pasado), y entramos para ver una joya del kitsch, Forbidden Planet, una de ciencia-ficción que nos sirve, sobre todo, para echar unas cabezadas y descansar los pies, agotados todavía de las largas caminatas (pero pasear por Madrid es un placer). M. me dice que no pudo dormir a gusto porque el de delante daba unos estornudos que para qué. La película es de SF, pero me pierdo tantas cosas, tengo tantas lagunas, que apenas podría contar de qué va, aunque sí me fijé mucho en los modelitos que lleva la hija del científico loco que vive tranquilo en Altair IV hasta que llega la tripulación de Planetas Unidos y empiezan los problemas (se ve que para la época, finales de los 50, esos modelitos dieron mucho que hablar). El robot es muy gracioso, y la ambientación del planeta, casi da risa, pero me perdí lo de los Krell. En la sesión siguiente daban el clásico La noche del cazador, que sólo he visto en la tele, pero no nos podíamos quedar a otra, tenía que preparar mis cosas para irme esa noche. Bueno, sí que nos quedamos un rato en la cafetería, y qué a gusto que se estaba, porque, BIEN, ahora todo el cine Doré, incluida la cafetería ES UNA ESPACIO SIN HUMO, lo cual ha hecho que no vaya tanta gente a la cafetería (al cine van igual), pero que los que estemos podamos respirar como merecemos.

El domingo por la tarde, cuando estamos a la altura de Marqués de Cubas (¿qué pasó con el Hurly Burly, cerró?), comprobamos que la telaraña de ensueño ha desaparecido, el tiempo ha mejorado (el sábado hacía un frío de miedo), y todo tiene otro color. Me fijo en esa esquina que Antonio López plasmó en un famoso lienzo, y que he visto en el Museo Municipal de Arte Contemporáneo, en el Conde Duque.

Tampoco fuimos para ese menú especial por su 21 Aniversario en el Cenador del Prado, un lugar que queda pendiente. Quedan pendientes tantas cosas. Porque esta ciudad no se acaba nunca.

Los restaurantes de Madrid y el tabaco :: Guía muy útil

Tenedores con humo

4 Comments:

Blogger Coffee said...

Tengo un pariente n Malaga, y no tenia idea queera tan así, como la describes, un abrazo, nos vemos, chau

Saludos!!!

www.elbosquevetusto.blogspot.com

7:24 a. m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

:-)


Los subterràneos siempre me han gustado, hay muchos bellìsimos...

Percibo un misterio en cada subterráneo. Cuando he estado parada aguardando el tren, y si era domingo, los espacios usualmente copados, se transformaban en amplios pasajes silenciosos y extraños...

*




Y si sigues escribiendo algo que quizás hayas olvidado, sería muy grato.

Salutes Lukas.

9:14 p. m.  
Blogger lukas said...

El qué olvidé?

5:39 p. m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Si acaso algo se te pasó, sobre restaurantes y otras observaciones preciosas...

7:57 a. m.  

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