lunes, febrero 06, 2006

Escenas rescatadas

(de la belleza del mundo)

1. Un perro corriendo por la playa, persiguiendo una piedra que su dueño le arroja: cuando deposita la piedra a los pies de éste, no puede más con su alegría, y ladra dos veces; antes de que la piedra salga de la mano del dueño, ya está corriendo en la dirección en que la piedra irá, y al atraparla, regresa, pero esta vez a menor velocidad. Lo que le emociona, es el deseo de, el saber que la piedra irá de nuevo.

2. Dos lectoras, en tumbonas, arropadas con una manta, en un día invernal (ayer al mediodía). Veo el libro de una de ellas abierto sobre su regazo, y pienso en la novela famosa de Thomas Mann. Yo me alejo con el mío, sabiendo que echaré de menos esta feroz caricia del viento. Pensando que podría comprarme algún día, tal vez en otra vida (pero no hay más que ésta), una casa en una isla llena de viento.

3. Volver a ver Bagdad Café, la mítica película de los años 80, que permaneció tanto tiempo en salas de V.O. La canción central, I'm calling you, vuelve a evocar los tiempos mejores, el clima emocional de entonces; J. S. Bach en el desierto; una alemana rotunda dibujada por un hippie romántico; una negra dulcificada por la comprensión; la poesía de lo inhóspito.

4. Una de las danzas eslavas de Dvorak, la op. 72 nº 2 (Mazurca-- allegretto grazioso), con esa dulzura cantabile, en interpretación de la Orquesta de Cleveland bajo G. Szell (una grabación histórica de CBS). También las últimas sonatas de Beethoven tocadas por W. Kempff.

5. Elgar, el final de un mundo de belleza, su concierto para violoncello, en versión de Paul Tortelier y la Orq. Fca. de Londres, Sir Adrian Boult.

(y por las noches haremos lo de siempre, porque nos gusta y porque nos divierte)

6. La historia de amor que cuenta el tercer narrador de Los reinos de la casualidad de Marzal, ambientada en Praga (sí, esa ciudad tan musical, y tan mozartiana), protagonizada por un español (médico anestesista) y una alemana (licenciada en filología germánica, admiradora de Kafka hasta el punto de llevar una foto de él en su cartera, como un novio secreto). Huele a Kundera. Las demás narraciones de esta novela no me interesan mucho, ni menos sus personajes, muy cínicos y creídos. Y esta Carlota de la inmensa sexta parte ya me cae gorda, así que lo más seguro es que abandone. Marzal no puede dejar de lado al poeta que es, y mete metáforas rimbombantes por doquier, y comparaciones van y vienen, y no sabe el arte del diálogo, por lo que todo queda como monólogo insoportable, y todos los personajes, el mismo orgulloso y cínico narrador. Bob tenía razón.

7. La pasión lectora de Isabel Coixet, vista y escuchada la otra noche en una entrevista (De cerca). Estoy esperando de ella otra recomendación, como la de Hortelano, y esta noche iré a ver su película premiada, y espero que en Madrid sigan dando esa obra de teatro para letraheridos.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pasarás por el Gumbo a mediados de febrero? Tengo algo que podrías poner en el ocho...

3:43 p. m.  
Blogger lukas said...

Ummm, voy a Madrid para estar entre el 16 y el 19, ambos incluidos, pero como me gusta cambiar y conocer sitios nuevos, no he pensando en el Gumbo, aunque para el domingo no tengo nada reservado aún... ¿Hay algo especial por allí? ;-)

Y ya de paso, podríamos conocernos, puedes escribirme un e-mail...

5:13 p. m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Lukas, pienso en ese anciano de la pelícila 'Café y cigarrillos' cuando dice que se siente aislado del mundo como en 'He perdido la pista del mundo' de Mahler. Habla de tal manera que el mundo entra a sus palabras. O la belleza del mundo. Así sucede contigo, escribes y la belleza entra en ti y la compartes.


Allá en tu ciudad, en las ciudades de tu país, caminas y caminarás, compartiendo, y la gente que conozcas, cada hombre o cada mujer, bienaventurados son, ellos y tú que se conocen.

4:20 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home