martes, marzo 21, 2006

Siena

Me pregunta alguien que qué demonios hacía en Siena. Siena: 1999, comienzos de año (o puede que cerca de Semana Santa, ya no recuerdo bien). Viaje a la Toscana, bellísima región de Italia, llena de cipreses y dulces colinas. Fuimos a Siena para saber lo que es el viento. Tenías que agarrarte a las paredes, a esos hierros que quedaron de otro tiempo, de cuando los caballos y otros animales se ataban a las fachadas. Las calles empinadas, de piedra, la magnífica plaza irregular en donde hacen carreras de caballos. Las torres pequeñas, y la del Reloj, majestuosa en su modestia. Dentro, oficinas y casas modernas, pero la apariencia exterior, es de otro tiempo, un tiempo casi medieval. La Academia Chigiana de Música, en donde han enseñado los profesores más ilustres. Siena. Perdidos, por donde mejor sopla el viento que nos llevará. Yo no conozco otra ciudad más hermosa en su pequeña concentración. Bueno, Fiesole es también muy bonito. Ese día llovía a mares y el del autobús se quejaba de los estúpidos turistas, salir un día así...

Entonces sólo me faltó una cosa: conocer los mejores restaurantes, hosterías y tascas para comer y tomar buenos vinos. Yo sé que tengo que volver, al menos a la maravillosa Florencia.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

De repente pensé que sabía quién eras. Cuando hablaste de Siena. Ahora, he vuelto a no saber nada. La literatura como el viento, trae y lleva cosas. Hojas que se abrazan moviéndose en soledad, a pares, a cientos..si.
Maravillosa Siena y tantas ciudades calladas durante el otoño y durante el invierno. Definitivamente, muerte a los turistas.

10:39 a. m.  
Blogger juan carlos said...

estuve en Siena este marzo
sin vientos
pero con sol
hermoso el palio
y la taverna del capitano.
volverìa
jvelocimetro@gmail.com

10:36 p. m.  

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