miércoles, junio 28, 2006

Flujos de tiempo, IV


Esta es la primera edición que conseguí de esta novela que leo ahora, la que leo no es la de esta portada, sino otra de Vintage, 2004. Sea como sea (también está traducida al castellano), es una historia divertida pero en el fondo triste, sobre todo en el capítulo 157 (no se alarmen, el libro no es tan largo, es que Christopher numera basándose sólo en los números primos). Lo que al principio él origina como una investigación "inocente" sobre un chucho muerto, el caniche de una vecina, poco a poco se va enrevesando, y llega un momento en que hace un descubrimiento que cambiará de alguna forma muchos de sus esquemas, esos rígidos patrones por los que se desliza su frágil existencia. Lo que él separa en compartimentos estancos, la razón y las emociones, o la intuición, o el misterio y lo que no se explica por los números y las leyes naturales, llega un momento en que se mezcla, y también en su cabeza, y como le suele suceder, cuando esto pasa, grita, patalea y se cierra al exterior, pero no es así como una persona normal tendría que reaccionar. Porque la vida, la puta y dichosa existencia, se compone de todo eso embarullado, y quien pretenda vivir con sólo un hemisferio cerebral activo, ése se dará muchos golpes, y bien que le están.

P.D. España, vales menos que el peo una puta.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

A mí me encantó el libro. Tierno y cruel. Divertido.

5:12 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por cierto he leido ese libro hace algun tiempo , y es genial muy cruel , cuando el niño empieza a descubrir...

12:10 p. m.  

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