miércoles, julio 12, 2006

Gazpacho musical

El verano es el tiempo del todo vale, de la despreocupación, y en donde la escucha de canciones horteras es el pasatiempo favorito. He descubierto una nueva emisora, Onda Deportiva Nerja (100.1 FM), en donde ponen música pop de todos los tiempos, y en donde, sin presentación petarda alguna, se pasa de un tema de The Cure o Simply Red, a otros de No Me Pises Que Llevo Chanclas (Manolete el Borrachete), La Criatura, Kiko Veneno y un compadre, un grupo malagueño que habla de las maldades de calle Echegaray, y cosas de ese estilo. Cuando me canso de la Clásica, con ese tormento delicioso que es la Octava de Bruckner (en ese allegro con fuego final, y el crescendo maníaco), con ese vals decadente de la Segunda de Sibelius, me paso al jazz, aunque lo soporto por muy poco tiempo, entonces decido escuchar algo de música de cine, Trevor Jones dirige a la Orq. Sinf. de RTVE, con piezas de su repertorio, como Cristal oscuro, El último mohicano, Máximo riesgo o Por amor a Roxana, romanticismo y fiebre de acción. Y suena también algo de Bernard Herrmann, la banda sonora de una película que no he visto, Fahrenheit 451, y antes, temas nostálgicos de Henry Mancini, por la Cincinati Pop Orchestra. Y el cine, del que estoy ausente hace ya tanto, lo echo de menos, y pienso una vez más en las pelis que vi en Madrid en junio, Le bonheur de la Varda, y La buena estrella de Ricardo Franco, y otra de la que no quiero acordarme, con Audrey Hepburn en un papel necio. Y vuelve Schumann con el concierto para cello; y me deleita Pierre Guédron con sus canciones serias o satíricas; y siento que la espiral no va a terminar nunca, y es tan dulce el mareo, y vuelvo a leer Austerlitz de Sebald, y es muy deprimente. Ahí está Copland y la suite de Billy el Niño; y las Variaciones sobre un tema de Haydn de Brahms; y W. Kempff dominando el teclado de su época; y de nuevo Brahms el sentimental con sus Cuatro piezas op. 119. El domingo por la tarde es el tiempo de Mozart; esa versión del Tea for Two sí que me gusta, para conjunto de jazz; y la Pavana de Fauré con el coro original; y Hace calor, mucho calor..., y a mí lo que me gusta es vagabundear, y alguien se preguntaba, en la Edad de Oro, dónde está el país en que florecen los limoneros.

2 Comments:

Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Vagabundear, o ir en bicicleta por parques y playas...

Tu gazpacho sabe bien.

Los soundtracks: los hay memorables.

5:26 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Y que hay del que se toma fresquito en verano con un buen chorro de aceite de oliva?
Este ingrediente que nos caracteriza a los españoles....http://www.elolivorestaurante.com

11:28 a. m.  

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