martes, julio 04, 2006

Redecora tu vida (III)

El nuevo número de la revista Nuevo Estilo viene cargado de ideas para el verano, presentando casas apabullantes (como el chalé en Palma de Mallorca, cuyo propietario sueco lo construyó desde las ruinas, claro está que teniendo como punto de partida un enclave privilegiado), opciones para reformar sin obras, y tendencias como el shabby chic que viene a ser el desvencijado con glamour, como el de un cortijo en San Roque (Cádiz), propiedad de la dueña de Meridiana. Descubro una revista online sobre decoración, en donde hay más ideas para ponerse al día.
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La verdad es que el hecho de que Rob vuelva con Laura ("dile a Laura que la quiero", qué vomitivo), y encima tras la excusa tan trillada de una muerte familiar, es algo que me hace bajar un poco el entusiasmo en los últimos capítulos de la novela de Hornby, pero bueno, sigue teniendo algunos diálogos muy divertidos y observaciones agudas, como la vida misma. Pero ya sé que es un tipo con el que nunca haría migas, no sólo porque no existe, pero de existir, y sé que hay muchos como él, tampoco podría. Me olvido de lo que dije ayer, la música pop es tan banal que no la soporto, y sólo puedo escuchar clásica o contemporánea (la música antigua y barroca también me aburre mucho, y hasta Reinhard Göebel está pensando dejar el grupo que tenía). Tampoco soy de hacer listas y esas cosas, y no soy un friki de las series de TV. O sea, que cualquier parecido...
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Se me acerca un morito cuando estoy en un banco comiendo unas cortezas de trigo, y me dice con su español nulo, que busca trabajo (es temprano, y qué esfuerzos de interpretación, joder), le digo que yo no puedo ofrecerle nada, que pregunte en el hotel que hay al lado, o en los chiringuitos de la playa, un poco más abajo. Tiene los dientes podridos. Leí una columna no hace mucho, sobre esto mismo, los dientes podridos como signo de clase, o de falta de dinero, hablando en plata. Hay dos tipos de personas: las que tienen los dientes en condiciones, y las que no.
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Luego, ni dos minutos después, se me acerca una madrileña de mediana edad, bastante atractiva, acompañada de su hija adolescente, y me pregunta que dónde queda el mercadillo.

Hay dos tipos de gente: los que consumen, y los que se consumen en la búsqueda de dinero para poder consumir.

2 Comments:

Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Lo que disgusta se arroja sin más remordimiento que el anhelo de vivir a fondo.

8:43 a. m.  
Blogger Gregorio Luri said...

Yo más bien creo que hay dos tipos de gente: los que entran en esta clasificación y el resto.

8:54 a. m.  

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