jueves, noviembre 02, 2006

Hombre y lobo



Sirio, de Olaf Stapledon (Minotauro, 2003), es una obra extraña pues trata de la biografía de un perro con alta capacidad de inteligencia, pues fue diseñado por un fisiólogo especialmente. El hecho de que se criara desde el nacimiento en compañía de la hija menor del matrimonio Trelone, Plaxy, hará que ella se considere siempre la mitad de la entidad Sirio-Plaxy. El narrador es Robert, primero amante de la chica, y luego su marido. No hay más datos sobre su persona, y sobre ella da los justos que se ajusten a los acontecimientos que siempre se centran en el perro superovejero. Hay, hacia la mitad de la novela, un halo de misticismo (religiosidad es poco) que muestra cómo Sirio tiene una "visión" en la que por fin puede ver color (los perros son ciegos al color), pero de una clase espiritual, digamos. Este elemento servirá para rematar la obra de forma excelente. También está la música, con la que el perro tendrá siempre una relación de amor profundo, aunque antes ha de superar la desazón que le producen los sonidos humanos, para él discordantes. El hecho de cantar en la iglesia será otro momento cumbre en su vida intensa. Cuando estalla la guerra, la Segunda Mundial, Sirio se verá envuelto en su propia guerra con los aldeanos de Gales, en donde trabaja como granjero. De resultas de ella caerá en su particular frente de batalla, con la ayuda de Plaxy que no le sirve de mucho. Pero el lector sabe para entonces que algo de él no se ha ido, que se funde con el resplandor rojizo de un sol teñido de sangre...

Una novela muy interesante, aunque no sé si volvería a intentarlo con este autor medio filósofo, de él tengo Last and First Men.

Empiezo Las ciudades invisibles de Italo Calvino (Col. Millenium, nº 77, 1999). Una de las primeras obras posmodernas europeas. Una poética de la ciudad en el momento en que las ciudades reales se volvían uniformes, feas, poco soñables. Un ejercicio de estilo, con muchas sentencias dignas de elogio, en las conversaciones entre Marco Polo y Kublai Jan. Una obra que ha sido tan elogiada y comentada, que poco se puede añadir ya.

Sigo con la música de Jesús Rueda, esta vez con su música de cámara, tal vez no tan fascinante como la orquestal, pero igualmente intensa. La escucho del concierto del Festival de Alicante 2004, con la presencia de los mismos músicos que luego la grabarían en CD (Fundación Autor): Cuarteto Arditti, Ananda Sukarlan y Toni García Araque (piano y contrabajo, respectivamente). Si en el primer cuarteto de cuerda se nota aún el aprendizaje con Francisco Guerrero, con los glissandi al poder, que llegan a cansar un poco; en el segundo encontramos ya una voz propia, al lanzarse el reto de continuar la obra de Haydn Las últimas palabras de Cristo en la cruz. El tercer pasaje está imbuido de una calma magnífica. El tercero se titula Islas y es ya plenamente obra de madurez. Bitácora son "culebras sonoras" (como decía Luigi Pestalozza en las notas al programa), en donde el piano se diluye en el timbre de los otros cuatro instrumentos; también en Jardín mecánico se produce esa deformación tímbrica que le resulta tan querida, y en donde se nota su paso por la electroacústica.

Solar de Kaija Saariaho: la continuidad armónica. El grupo que la interpreta tiene un nombre que me encanta, Champ d'action. El sonido tan sutil de la finlandesa se pone de manifiesto mejor que nunca en este disco del sello Mode.

Me hace gracia la transición de las Märchenbilder de Schumann, para violoncello y piano, a una obra de Piazzolla, pero el presentador no se da cuenta y dice al final lo mismo que antes, la obra del alemán.

Lapsus.

Cipreses de Dvorak: el lirismo sin complejos, por el Cuarteto de Praga.

Sigo la evolución de los sueños, si es que se puede considerar así.

Sigo el rastro paranoico de mis semejantes, las teorías conspiratorias de gente que apenas conozco. Sé que hablan de mí, y no precisamente bien.

Me encierro, leo, duermo, sueño, pienso en la muerte, en todas las posibilidades que se pierden para siempre, en la brevedad de la vida, en el dolor que no me visite, en la próxima visita a Madrid.

5 Comments:

Blogger Sin_Organos said...

gracias por la reseña, libro original!!!


que el dolor no te visite

y a mi tampoco...:-)

lita

7:30 p. m.  
Blogger ignatiusmismo said...

Hola acabo de aterrizar y me siento muy cómodo. Me ha interesado toda la información del texto. Volveré. Gracias.

PD.- He escrito sobre las sombras, por si te apetece leerlo y darme tu opinión.

11:26 p. m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Qué alegría, ¡recuerdo haber visto el título de este libro en un catálogo librero!...así espero leer un libro que hayas comentado.

Estoy leyendo, precisamente "las ciudades invisibles". Es uno de los librois con los que viajaría al fin del mundo.


Música y lecturas...

Lukas, cuando vayas a Madrid, toma alguna foto, por favor...
sí, es una solicitud: una foto de lo que te interese vivamente.


grandes salutes.

8:17 a. m.  
Blogger lukas said...

Ignatius, pues visitaré tu blog cuando pueda, vale? Gracias por tu visita.

Chica de Lima..., hago fotos de Madrid, lo que pasa es que no tengo cámara digital y no puedo subirlas, bueno, mi amiga sí que tiene, las que subo son gracias a ella, así que lo intentaré... Saludos!

Siento no poder postear como antes, pero pienso en el blog cada día...

11:45 a. m.  
Blogger Sin_Organos said...

lukas,

me adhiero a la petición de rain de que de vez en cuando subas fotos de madrid, me gustaria ir una vez al año, pero a veces no llegan los dineros...echo de menos el prado, tanto como por el interior: el bosco, goya, velazquez, y otros, como por el exterior...que buenos están los bocadillos bajo esos inmensos árboles que el politico del pp se queria cargar...no sé como quedó el proyecto del paseo del prado, quizás tu lo sepas, o tu amiga

un abrazo desde barna

lita

8:19 p. m.  

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