lunes, noviembre 13, 2006

Sólo el olvido

Quizás uno no escuche música para entretenerse, o para saber algo más, o para sentir cómo pasan las horas, sino para olvidar, para detener el curso del tiempo, y la música sea lo más cercano a la muerte y a la extinción que sobreviene.

Música sobre una sola nota, como en las cuatro piezas de Scelsi, o en la Suite "KA" para piano. Purcell lo empezó todo, o fue mucho antes, pero esa música para un instante aún resuena en nuestros oídos, aunque luego venga en ondas de jazz. Música luego alrededor del silencio, lo que no se escucha, pero suena.

Una novela que es la historia más triste, la de tres jóvenes marcados por una institución que fue como los padres que nunca tuvieron, Hailsham. Y desde que salieron de allí, nada ha sido lo mismo, fue como la vieja expulsión del paraíso. Saben algunas cosas, otras tienen que averiguarla por el camino, y es todo muy triste, lo que descubren, lo que tal vez ya sabían por dentro, como le pasa a Tommy, el único que se rebeló, pero sólo por un tiempo. El crucial capítulo 22. Y luego, la resignación o el silencio, la cuarta donación y el acecho del fin. La historia se llama Never Let Me Go y la escribió Kazuo Ishiguro en 2005 (Faber & Faber, 2006).

Nunca me abandones.

Una canción, lo que puede hacer, cómo puede hacer llorar, cómo permanece en el tiempo.

Al estar caídos en el tiempo, no podemos hacer otra cosa que sufrir.



Saariaho, sigo en la escucha de toda la obra suya que tengo en CD. El díptico Du cristal / ... à la fumée, para orquesta sinfónica, la experiencia de San Diego y la Costa Oeste norteamericana. Si en la primera hay una estructura que se repite una y otra vez --simetrías rígidas (cristal), un sonido poderoso, abarcante (¡esa percusión!), con sonoridades extrañas también a la orquesta (electroacústica, reflejo), y con un violoncello solista hacia el final; en la se gunda obra (que se puede escuchar de forma independiente, otro día) es para flauta alto, violoncello y orquesta. Un sonido poderoso en la orquesta, en avalanchas, que es puntuado por los solistas, usando las técnicas más difíciles (tocar cerca del arco, en el vc.; flautando, tocar-hablar a la vez, staccato, en la flauta). Una obra maestra. Cendres está de alguna manera relacionada con esta última, es para fl., vc. y p. Ha individualizado a cada instrumento, que toca su propio material y a su manera; y luego hay momentos en que tratan de juntarse, y ahí, en esa aproximación, está la parte más interesante. Me gustan más el vc. y el p. que la flauta, aunque el colorido de ésta no deja de ser atractivo. Stilleben es una obra grabada en cinta, un collage en donde se reúne material muy heteróclito, desde ruidos, momentos vocales y otros de recitador, también instrumentos de la orquesta, etc.

Hay una tristeza en el ambiente, esos pobres chicos, se despide Madame, casi al borde de las lágrimas. Es un poco como cuando los de Blade Runner le piden cuentas también a sus creadores. Al tener un alma, uno se lamenta.

Era la notte, Anna Caterina Antonacci.

Y sin embargo, esta mañana me levanté bien, contento, y tarareé esa melodía tan conocida de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak.

1 Comments:

Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Alguna vez me preguntaron qué cómo se hacía para conmover a otro. No supe contestar (esas preguntas son tan difíciles para mí)
una posible respuesta, sería, decir:
ve a leer al perro cansado y lo sabrás.

5:40 p. m.  

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