miércoles, enero 03, 2007

Hay algo

Voy a un concierto, pero ya está casi terminado y ni siquiera sé quién toca. De repente acaba y empieza otro seguido, sin apenas pausa ni para los espectadores, es que este auditorio está muy solicitado y como no hay otro... Este segundo es de una chica pianista de la que nadie ha oído hablar. Hay un momento divino en que, sentado yo en primera fila, consigo ver, ¡magnífico contrapicado!, un fragmento de su interior, sus gasas que se arrastran por sus piernas; ella no sólo toca con las manos, sino también con los dedos de un pie, esto lo puedo ver de forma súbita y consigo excitarme un poco. Ella es delgada, guapa, eso no se puede negar. Pero al final la gente sale casi corriendo, como si se le escapara el último metro. Me voy fijando, mientras bajo por la vertiginosa escalera, si hay algún programa de mano, para enterarme de quiénes han tocado, y qué. Pero lo que encuentro no parece corresponderse con lo de esta noche. Tal vez algo de Boulez, tal vez de Messiaen, o un Mozart. Al final aparecen más papeles de la cuenta, y me doy cuenta que, sin quererlo, he formado una pequeña colección. Ahora tengo hasta los programas de lo que vendrá. Hay un ciclo de cine, un Drácula se insinúa en una portada, eso da miedo. Hay un hombre al que le cuesta mucho bajar, se apoya en un amigo que le lleva casi todo el peso.

Hay algo aquí que asusta, tal vez esa fuente en el hueco de la escalera, con su sonido siseante, y ese gris verdoso que chorrea hasta la misma puerta de entrada.

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