viernes, enero 26, 2007

Lo más salvaje (III)

Los días torcidos, las noches frías, los despertares letárgicos. Y al final de ese sueño aparece un corte de carretera y de repente un joven con pendientes y rostro agresivo se coloca en primer plano y no deja pasar al coche que viene, y luego son más jóvenes, con rostros parecidos, los que vienen y se detienen ahí en mitad de la carretera, es de noche y en la oscuridad no se ve mucho, pero creo notar que hay una pancarta que dice ASKATU!, y por aquel lado se quiere colar una furgoneta y de hecho pasa al otro lado, como si la gente que forma barrera fuera sólo una sombra fantasma, pero un chaval coge una piedra enorme que no sé de dónde ha podido salir y la lanza, y el cristal trasero de la furgoneta queda totalmente destrozado, y vienen más agitadores con más pancartas y entonces despierto. Pero no acaba ahí la cosa, en la mañana voy por la cuneta pero del lado que hay acera y del lado de enfrente veo un precioso gato rubio que está con la cabeza apenas tocando la línea peligrosa, la de belleza, de su boca sale apenas un hilo de sangre, el vómito de las noches de invierno. Y sigo mi camino, porque el frío es peligroso también si te detienes, y me digo qué salvaje en la ciudad salvaje, ella es violada y el otro no tiene mejor ocurrencia que poner vibráfono, celesta y viola. Morton Feldman y su String Quartet de 1979, casi ochenta minutos, no puedes esperar otra cosa en este tiempo frío. O modelos en un campo cromático. Haz de notar el cambio. Las cuerdas mudas, eso es algo. No se nota ahora, pero hacia el cincuenta y cuatro se repite por vigésima vez el modelo, pero esta vez parece que la ferocidad es un poco menos salvaje. El gato está muerto, ¿verdad?, eso parece. Nunca te fíes de las apariencias.

No sé si ya no hay presos políticos, hasta no hace mucho los hubo, los objetores de conciencia que se negaban a someterse. No sé si esta gente no desea en realidad la cadena perpetua. No lo sé, de verdad que no lo sé, todo es muy complejo. Somos simples y complejos a la vez. Nos renovamos cada cierto tiempo, digamos siete años. Nos reencarnamos en nosotros mismos. La identidad es algo que fluye de manera constante, sin darnos cuenta. Ese que te mira desde el espejo ya no eres tú, pero haces como que sí. De verdad, yo no sé si esta gente no desea en realidad la vuelta de la pena de muerte. De nuevo una pancarta, esta vez en un barrio antiguo, esta vez en Donostia: ASKATU!

Cuando en la ciudad sólo quedan cuatro gatos y un saco en donde meter la leña, los troncos para la chimenea, yo soy aquél que estuvo en Bosnia, o tal vez era mi primo el hijo del picoleto que sólo sabía fumar porros allí en la playa de Huelin, las fotos que su madre tenía nada más entrabas, el uniforme de marina, el otro de sargento, el Ejército Español bien alto, entonces tuvo una mala racha y quiso saltar desde el piso en donde se fumaba, pero sólo hubo un accidente y los mandos dijeron que había que ponerlo en tratamiento, fue sólo una temporada, luego con los años mejoró y ya no fumaba porros, estaba curado y fue a ese concierto en donde la catalana decía Ha llovido todo el tiempo. Me dio un poco de pena, verlo así tan animado, en realidad lo que deseaba era aplastarle la cabeza, su sucia cabeza de hijo de picoleto, cortársela como hacían en mi pueblo con las cabezas de los franquistas, de un buen tajo le cortaban la cabeza al franquista de mierda y veían cómo las manos y los pies se movían un ratillo todavía, los reflejos se supone, y la cabeza con su manantial hermoso, ahora estos santos quemados irán a parar al Playazo, que es una playa salvaje.

Hoy me siento rabioso por nada, extraño en mitad del desierto y el frío de enero mes maldito en que nací, o vine al mundo salvaje, aire acondicionado, vida condicionada por los jueces, me acuerdo de una canción que sonaba salvaje en mi puerca juventud

LA JUSTICIA

La justicia, la justicia, el orden y la ley...

¿Por qué vuestra ley necesita estar escrita?
¿Por qué obligais a no discutirla?
¿Por qué, por qué justicia, orden y ley?
¿Por qué, por qué justicia, orden y ley?

¿Por qué vuestra justicia necesita de la ley?
¿Por qué no sois capaces de convencer?
¿Por qué, por qué justicia, orden y ley?
¿Por qué, por qué justicia, orden y ley?

¿Por qué vuestro orden necesita de la fuerza?
¿Por qué golpeais y destrozais cuerpos y mentes?

Justicia, orden y ley
Justicia, orden y ley... ¡vaya pastel!
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Una sociedad asentada sobre el miedo.

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