martes, febrero 20, 2007

Todas las tardes (IV)

este té no me gusta nada pero es el que hay, es hornimans aunque de inglés tiene poco living in london está mejor y en la plaza hablan de Visuarios que es una web para ver vídeos sobre todo tipo de cosas y materias y la gente te enseña a cualquier cosa aunque todavía no a cortar jamón que no es nada fácil y ellos dicen que estamos en tiempos de igual a igual y es la nueva democracia de las masas que no necesitan maestros ni autoridad y en la radio del coche suena algo de rap y un profesor europeo dice en su monumental historia de europa que el rap es la única música novedosa de los últimos tiempos y en cambio el pop-rock ya no tiene nada que decir y lo que dice te lo tienes bien sabido yo no soy joven yo soy muy viejo, ¡mírate en mí que soy tu espejo! y en la TV sale un coche que si bebes no conduce y los barcos en galicia son muy peligrosos y los trenes por el norte de la india y las calles de Bagdad.

Pero si hasta tenemos a una novelista de diecisiete años, yo creía que a esa edad sólo hay poetas, pero estamos en los tiempos de los novelistas que levantas una piedra y te salen veintitrés.

La música sigue siendo la de Bach, los conciertos de Brandemburgo: el nº 2 usa esa trompeta tan chillona que Mozart no soportaba; en el nº 4 las dos flautas de pico y el violín hacen que el equilibrio tímbrico vuelva; y en el nº 5 hay un clave que se adueña de la situación sobre todo en ese largo pasaje a solo del primer movimiento, en el segundo me hace pensar en esa música de primera mañana que suena en Antes de amanecer, la película de los sueños rotos y la felicidad tan efímera. Bach es la dicha en la tierra. Y en el sueño de la mañana antes de amanecer los perros se pelean a muerte, y ver esa escena es peor que ver la TV.

Y la verdadera vida es la que no llevas, y eso te lo dice JJ y te lo dice Oscar Wilde y te lo dice mi prima que se quedó en la calle, en la puta calle. Y los niños ya no juegan en la calle porque hay mucha gente peligrosa y los perros se pelean a muerte. Y llueve sobre mojado, y la música es una triste melodía, y ya sé que te gusta José Luis Perales.

Este té no sabe a nada, el pastel de zanahoria está malo, la tarde se ha echado a perder, las nubes son pasajeras, las mujeres no hacen que la felicidad dure, la vida es de los otros, la gota de rocío, el haikú el hombre que pelea con su novia en la cafetería el antifaz la dicha efímera las películas de Hitchcock viven en los kioscos los libros no gustan de estas cosas sucias, la vida en un piso de 27 m2, agradable, confortable, lo malo es que no tienes mucha intimidad, pero a quién le importa eso, el amor líquido, los amores pasajeros, el teatro que será de nuevo teatro, el fair play de cada día.

La quinta sinfonía de Shostakóvich por la LSO dirigida por André Previn, RCA.

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