jueves, marzo 29, 2007

En un país multicolor

Delia nos muestra sus bragas compradas en el mercadillo de Les Encantes de Barcelona
ella nos muestra la mercancía que es su entrepierna
y en el final del día cuando la noche se convierte en verdaderamente noche
porque hasta las nueve no se pone oscuro
los años sesenta del pasado siglo
Jacobo y María de La noche cromática ponen obras radicales y bellas
el primer cuarteto de Penderecki
o la sinfonía nº 3 Collage de Gerhard
o el cuarteto de cuerda nº 8 de Shostakóvich aunque hubiera preferido otra versión más incisiva como...

no sé

sí que es conmovedora, cierto

escucho al pianista Solomon en el concierto nº 1 de Beethoven y en la sonata nº 27, op. 90 del mismo compositor, una sonata en sólo dos movimientos que muestra un intimismo elegante, lejos del dramatismo que estaba por venir

escuchar a los grandes músicos del pasado siglo es estar una temporada en campos de fresas para siempre
no ver más pornografía, me digo, mejor que se quede en el sótano de donde nunca tendría que haber salido
pero en el sueño hago malabarismos para excitarme
el deseo nunca muere y el amor es nada en comparación con la muerte esa salvaje oscuridad
porque hay mil artilugios con los que hallar un placer tan efímero

y el dolor de oído me impide conciliar el sueño como debería

siempre hay una ilusión

me duermo pensando qué hacía yo en 1960 cuando sólo era una oscuridad anterior
dónde estaba mi progenitor
emborrachándose después de cumplir el servicio militar en Melilla
yo también tengo mi colección de botellas en el sótano
Belardi crianza 2002 D. O. Navarra

Voy a escribir una canción para los gatos muertos de las carreteras esta mañana uno negro el asesino se fue sin quitarlo, luego retiraré su cuerpo
en 1960 estaba en el vacío que me espera

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2 Comments:

Blogger Umma1 said...

Cuántos conflictos, amigo, pone la vida.
Esto o aquello, si sí, o si no...
Y tantas sensaciones, ls el afuera y las urgentes de dentro.

Qué bueno que pase.

Saludos

5:57 a. m.  
Blogger RosaMaría said...

Es una mezcla rara lo que nos toca vivir. Menos mal que la música rescata de los sinsabores, aunque a veces también los recrea...
Quién sabe si el gato negro no se suicidó por no escucharla...

12:54 a. m.  

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