Puterío

los domingos en el mercadillo la gente marca estilo como la negra furcia que habla con el enano hoy va bastante discreta para lo que suele y luego la otra que sólo estaría bien en una peli porno pero que para nuestro regocijo se pasea libremente y con gran escote por estas alamedas sin árboles y la niña de la mano yo quiero ser esa niña vestida de naranja y más tarde el que se viste de oso y baila la canción lolailo y las chicas se divierten y quieren que la gente baile alrededor y también está el del acordeón con sus piernas tan flacas como cañaveras que es colocado en su puesto faltaría más

por la mañana temprano las dependientas se dirigen a sus pequeños comercios todas con un nuevo look para deslumbrar al cliente que tiene siempre la razón aunque se lo trata de engañar con este falso glamour de lunes por la mañana la zorra se baja del smart y compra tabaco y luego se mete con esfuerzo en el interior de la cosa tiene que tener cuidado para no dañarse las megagafas y el otro que la mira desde la tienda de ropa de saldo y el estanco vende sus estampillas y su tabaco para no engordar y en la tienda de iluminación se encienden las luces de la razón

paco clavel nos recuerda los hits del festival de san remo si hasta los bravos cantaron allí alguna vez no es casposo es sólo alegre

las leyendas urbanas sobre quién murió en su habitación y quién es el padre de la hija de la conejita de playboy que ya no está entre nosotros

las mismas grabaciones de siempre por ejemplo kempff tocando beethoven o tamas vasary chopin



gibraltar la disputa rocosa casi me quedo traspuesto

la fuerza electrizante de bernstein dirigiendo la cuarta de mahler con la NYPO el niño soprano no desentona y el movimiento tercero ruhevoll poco adagio es maravilloso

tira los altavoces no pueden con este huracán

una fuerza de luz

la sombra: takemitsu en la noche, olas ondas brice (bryce)