lunes, abril 30, 2007

Fulanas

Después de muchos años escuchando música descubro por fin qué significa todo esto: la música clásica y contemporánea es un refugio contra la prostitución del mundo.

Escucho el nacimiento del sonido, esa presencia de los viejos personajes que se encerraban en una cueva para proyectar sus miedos y sus desafíos, en lo abierto, la comunidad que ahora no existe porque todos se han refugiado con un solo juguete, el mundo EL MUNDO en un pañuelo, la música de Schnittke por ejemplo su sonata para violoncello y piano, o el susurro de Sciarrino, la dislocación de los tres instrumentos, el vértigo de la Cosa.

Y hay también un largo viaje alrededor de la felicidad, una larga historia del mundo, en pos del ideal que no es más que un viejo sueño.

Hay una música extraña, la del Art Ensemble of Chicago, o el piano vertiginoso de Cecil Taylor, en espera de acontecimientos, hay un escozor y un tanto desalmado viene la vieja escuela quiero decir la maestra terrible que lleva diez años muerta y Caballero dice vales menos que el peo una puta y todos los niños se saben bien la lección, ¡a rezar se ha dicho!



Y estas mujeres iraníes están pensando en irse a Occidente, tal vez Londres o Estados Unidos, en donde las mujeres no llevan velo y pueden vivir el amor libremente pero donde también acecha algo más, eso que Bellow recuerda, algo más como la vieja prostitución en donde tiene su asiento y las páginas de la edición de Madrid de El País se llenan de anuncios de prostitutas que quieren seducir a un posible caballero adinerado la modelo se anuncia simplemente con 400 €, el sexo también con una mujer de diseño, hay que saber disfrutar de lo bueno porque vida sólo hay una, eso se aprende pronto en las Tierras de Occidente, ahí las mujeres cobran por follar y el hombrecito que gana lo mínimo se guarda los 30 € para un servicio, ella es barata porque viene de zonas de mundo en vías de desarrollo pero las otras, las de lujo, cobran siempre más de 200 €, lo cual es signo de estatus, y si vas a cenar a esos restaurantes de diseño tienes que pagar a Tomás Alía, del chef nada se sabe ni importa mucho.

Recorro los stands para encontrar nada que es la materia del mundo y el poder de lo abstracto, y en donde divago sobre lo que pierdo, hay un momento en que sé que la voy a perder que en un tiempo todo eso dulce se volverá hiel, pero hay que mostrarse sereno, como si la eternidad fuera a durar más de mil años, y todo lo que me dice sea cierto, una vez al menos. Y recibo cartas en donde se me dice que soy perfecto y que su amor es incondicional.

Pero amor incondicional sólo es el de las madres.

Y una rosa es una rosa es una rosa.

Pienso en empezar un viaje, a pie, como se hacía en tiempos de los románticos, que iban doscientos kilómetros o más en busca de la flor azul, la Amada, en busca de Babilonia.

Y en Persia las mujeres quieren la libertad de elección, ese lema feminista de turbio recuerdo.

Y en Occidente abren una tienda de peluquería que se llama ADDICTION.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Y el "siempre" es una palabra hueca que se torna hermosa cuando se escribe unida a otras palabras, a otros fonemas y signos ilusorios...

10:17 p. m.  

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