miércoles, abril 11, 2007

Lentitud y decadencia

Uno se pregunta, cuando se acerca la noche, inmerso en alguna lectura moral, qué pasará cuando la edad se acerque, la edad última, cuando todos los huesos duelan, cuando por fin se acerque el momento.

Coetzee es un escritor extranjero, su verdad es extranjera, pero lo que dice lo dice bien cerca y todos lo entienden, es porque ha pasado de ser escritor estético y es ya escritor ético, piensa y piensa bien, las verdades a la cara, qué pasa cuando los años no perdonan y la soledad y la falta de descendencia, Paul Rayment el fotógrafo que ha pasado a otra vida, todo eso da vuelta en círculos, y no perdona, y a quién le importa si uno vive o no, al principio fue el movimiento y eso en el Reina Sofía lo saben bien porque han montado la exposición de arte cinético, lo que importa no es el ojo como dice el comisario sino el hecho de que los tiempos son hipercínicos, hipercinéticos, la velocidad el coche es el santo patrón.



Uno se pregunta qué vendrá luego qué nuevas peleas y qué trastornos de la edad tardía, cuando ya no quede más que una sombra y la hermana dictadora dicte las normas y los discos ya no suenen y las palomas lo invadan todo.

Ella se llama Tiziana, ESTOY DESESPERATA, he perdido mi perro golden retriever, Macho, doy un poco de dinero, no me des tu puto dinero dame mejor tu puto coño y así me divierto un rato, sé dónde mete la lengua el perro en este tiempo de abandono, como tú abandonaste a tu hija en la sala de casting para salir de fiesta por ahí

La galería de prostitución de la última página de El Mundo: la periodista de Wall Street, la que informa de los movimientos estadísticos de la Bolsa, la abejita dulce; o la calentorra presentadora francesa que no quiere desnudarse porque ya lo hace con la voz; o la presentadora egipcia que desea que las mujeres se quiten el velo y que entrevista a las prostitutas en directo; o la cantante rapera que está siempre al borde de la agresión; el hombre que se acabó; el niño superstar; la modelo que se acaba de no comer; Ron Jeremy el hombre cuanto más peludo...

Y el mundo es una porquería, ya lo sé, pero hay que atravesarlo y en el camino hay dolores y penas y algunos placeres muy pasajeros y es tan corto el amor y es tan largo el olvido...

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1 Comments:

Blogger RosaMaría said...

Interesante tu reflexión-protesta, pero siempre hay una pequeña luz de esperanza, aunque sea mucho lo corrupto.RosaMaría

12:49 a. m.  

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