viernes, abril 13, 2007

Teatro de vibraciones

Cuarenta voces con cuarenta instrumentos, par sobre par ninguno es mayor que el otro, cada uno es cada uno y cada uno UNO ES, ya llega el momento en que hay que desembarcar y el tiempo se acaba y la noche es blanca y el cielo se llena de púas y el día no alcanza.



Ahora seis voces, sobre seis motivos, setenta minutos, discurrir pausado, los días de la semana recitados con jugueteo, el niño que vuelve a casa con la maleta grande color café en la mano, no es nadie es una sombra, hay un Luzifer y un Osiris y al final Mary-Marie, y en el centro el erotismo oriental, me mandan por correo una sorpresa una taza donde tomar la sopa, es el comienzo del Mantra, en el asram ella me guía, relax an do it, ya llega la noche y hay que hacerlo, 24 Horas me sirve de Valium, el texto mecanografiado cuidadosamente, pasa las páginas, con la poca luz y su rostro en sombras casi no se ve, las otras horas pasan deprisa, hay una sonda, un suspiro, luego el arrebato, el aire está caliente.



Llamada desde el espacio exterior; Lovecraft al habla; mi amor te espero al final del arrabal, el viejo tango de 1926.

Te llevaste todos mis recuerdos en una maleta negra de piel, con su clave secreta, ahí estaba latiendo la pobre cosa, no hay nadie que sepa abrirla.

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