lunes, mayo 21, 2007

Fragilidad

una música frágil
anat fort y su piano melancólico
morton feldman y sus memorias triádicas
yo quisiera que todo volviera a la normalidad pero ya es imposible algo se ha roto y no lo solucionará ninguna inyección
una fuente y el niño que fui tendido junto a la acequia para escuchar la infancia
una voz la de mi madre llamando para la comida
el canto de un pájaro al atardecer
william alwyn y sus preludios tocados por john ogdon
esa niña maravillosa que me vende los discos en el rastro lleva su cartera colgada del costado y saca cambio para devolverme
la niña que nunca tuve
porque era demasiado frágil para el peso del mundo
y clifford curzon en el quinteto op. 44 de Brahms
y las sonatas nº 13 y nº 14 de Schubert por Ashkenazy
en mitad de la tarde que huele a rosas muertas
ahora sólo quedan los malos sueños, cuando hay sueños y puedo descansar porque el resto del tiempo me quedan las ideas obsesivas y el darle vueltas para nada
a lo que no hice
hubo un tiempo en que fui feliz, o me lo pareció
un tiempo sin responsablidades
y me tendía en el suelo en las largas tardes de verano con los gatos alrededor
y mi padre también se echaba la siesta
y estábamos todos al completo
las ausencias
las muertes sucesivas
el vacío que queda cuando no queda nada
los recuerdos son fantasmas
pero es lo único que tenemos, el hilo que aún nos une
a los que se van
no sé adónde van los que mueren
un viaje todas las noches alrededor de la felicidad, una música como lluvia lenta y qué bien huelen las higueras

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Qué maravilloso azul con negro, para este post tuyo que habla de la felicidad o la música dentro...

10:32 p. m.  

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