jueves, agosto 02, 2007

Follar o no follar

Estoy escuchando Punto Radio y de repente hablan de un estudio de esos a los que tan aficionados son los norteamericanos, y hablan de los motivos por los que practicar sexo, y las respuestas son divertidas, es lo que se le tiene que pedir a una lista de resultados, que al menos nos hagan lanzar alguna carcajada. Pues bien, la gente esgrime como razones posibles para hacer sexo (fíjense en el verbo, make sex, es algo que ya indica algo mecánico, nada espiritual por cierto), pues desde el puro aburrimiento hasta estar más cerca de Dios, pasando por razones realmente idiotas, como estar borracho, haber bebido demasiado, a mí nunca se me ocurriría hacerlo estando todo cocido, pero hay gustos para todo. Cuando uno está cocido, lo mejor es echarse a dormir en un rincón, no querer descubrir un rincón demasiado conocido, pero bueno...

Pero lo que más extrañaba a la presentadora (que sustituye al habitual Félix Madero) es eso de la razón espiritual, será porque las españolas sólo creen en la cartera del amigo o marido, nunca en la posibilidad de acercarse a lo divino. Las mujeres, dice la sexóloga o lo que sea que vino después, son diferentes, ellas no son tan materiales, que se lo digan a Madonna, ellas desean pasar por el filtro del sentimiento lo que es sólo un divertimento. Pero también hay mujeres hedonistas, bla bla bla. En realidad, lo que la mujer expresa es la suma extrañeza, de estar ahí junto a un ser de otra especie, y sin embargo coincidir en algo, aunque sólo sea unos gestos de irritación, un balbuceo, un chorro de algo pegajoso y posiblemente fatal, hay gente que también folla para transmitir una enfermedad terrible, achtung.

No hay relación sexual, las mujeres son bichos de otra especie, por lo tanto..., ¿te imaginas follando con un oso panda?

Luego cambié a La Terraza en Radio 1, pero estas modernidades me superan.

Luego a Radio Clásica, ¡todavía siguen Brunhilde y Sigfrid y las walkirias haciendo de las suyas!

Al fin encontré un programa adecuado, era en Canal Sur Radio, uno llamado El Varadero, en donde hablaban del Miedo, y contaban historias para no dormir en escenarios de leyenda: un hospital de Huelva, un cortijo, la Facultad de Bellas Artes de Sevilla en donde estuvo la Compañía de Jesús, gente diabólica de por sí... Las psicofonías consiguieron meterme miedo de veras. Una sábana no es protección eficaz, dijeron. El programa duraba hasta la media noche, pero a las once lo quité.

Tuve sueños extraños, mi padre me pedía agua, desde el otro lado, y encima, sueño con unas ranas repulsivas que acaban poniendo unos huevos como los de los cocodrilos. Me levanté tarde, abrumado por cosas que tendrían que quedarse del otro lado.

Etiquetas: