jueves, noviembre 22, 2007

La sátira es nuestra utopía

Escucho a Enrico Belli dialogar con Debussy y Crumb, la resonancia del universo, lo posmoderno es antiguo, los faunos sueñan al sol que es su alimento, las ninfas pasan por el viejo puente, una en especial me guiña un ojo o pienso que me saluda, tal vez viene de Rusia o de Ucrania en donde los mineros mueren bajo tierra, en el fondo del mar hay un tesoro, leo un poco de Fireworks de Angela Carter pero me decepciona y dejo el librito en el estante, esos recuerdos de Japón no me parecen gran cosa, en realidad es más un ensayo que un cuento, no se crea el clima adecuado y el lector no entra en el Mundo Perverso; y la bella hija del verdugo no consigue atraparnos con su inocente lujuria y las tardes breves se resuelven en una dentellada. Escucho las corrientes subterráneas, allí donde el agua no circula más y se detiene el tiempo cotidiano para que entre el Dreamtime, y Takemitsu nos envuelve con su manto de rocío, y hay un aroma a vieja ciudad podrida bajo el agua y releo unos capítulos del libro no acabado, y pienso que el fin de la pornografía está lejos.

Constelaciones, lluvia a las once de la noche, sonidos primigenios, un piano, ¿o acaso un latido animal?

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