martes, enero 08, 2008

Las cosas claras

Escucho un debate en Punto Radio, anoche, sobre si Sarkozy esto y lo otro, llaman casi todas mujeres ya que son jodidamente sentimentales, y ellas aman a este hombre que se exhibe, pero que según ellas, hace lo que realmente quiere, él que es una persona como otra cualquiera, no bonita te recuerdo que es Presidente de la República Francesa, recuerda Eva Orúe, con la que estoy de acuerdo. Sarkozy pasea su amor por todo el mundo, su amor de navidades, su amor con esa zorra de lujo cazatesoros, esa tipa que sigue al Hombre del Momento, ya no tenía bastante con las estrellas del rock o el megamillonario, ahora se liga al Tipo Simpático y resolutivo, el que se preocupa de salvar a los ciudadanos decentes de los países bananeros.

En España se tortura, lo dicen los informes anuales de Amnistía Internacional, se tortura en Cataluña y más en el País Vasco, sean etarras o rusas borrachas, se las deja con el pecho al aire, se les rompen las costillas, todo sea por nuestra bendita seguridad, te recuerdo que las fuerzas del orden no reparten caramelos, dice este hombre con nombre de policía.

En la tarde, fría cada vez más, escucho los últimos cuartetos de Beethoven por el Emerson, son lecturas un poco convencionales, pero la partitura es lo suficientemente buena como para sobresalir por encima de todos los conjuntos y sus manierismos. Beethoven sería la tristeza perfecta, de no ser porque ya hubo un Glenn Gould, que se perdió en el Gran Norte, allí donde se refugiaron (se perdieron) todos los solitarios, los que renunciaron al mundo. Y las sonatinas de Sibelius es la música para esa soledad, ese paisaje desolado, como irse a Georgia en estos momentos.



Un disco maravilloso, Joe Lovano, Michael Brecker y demás: reunión de espíritus, allí donde el hombre nada entiende, viajar más profundo, India.

Sueño con la buena terrorista, está en un cuarto de baño público, tal vez el de una estación de autobuses, siempre los más cutres, y ella no me mira, yo sé quién es, es la de los carteles que están por todos los lugares públicos, pero yo no digo nada, en realidad me gustaría irme con ella, a su submundo, a su zulo, y pensar allí en las cosas que no van, y seguir por fin el lema Atacar al Gobierno y al Estado en todos sus frentes.

Cuando despierto, estoy de nuevo en el mismo deprimente sitio, en la radio Livin' la vida Lucas, en la clásica El solitario en otoño de Mahler en una versión con barítono en lugar de contralto, y la carretera me espera, las vacas comen hierba, ajenas a todo esto.

Etiquetas:

1 Comments:

Blogger Madame X said...

No me gusta nada tu despectiva calificación de Carla Bruni. Huele a misoginia y eso me da mucho repelús. Prefiero pensar que no es el caso. Me sorprende que juzgues con tanta acritud y superficialidad la actitud de esta mujer, o cualquier otra, por lo que cuenta la prensa. Qué sabemos nadie a cerca de la intimidad de la gente. Es más, no me interesa nada. Que Sarkozy tenga o no tenga amante, que la exhiba o no la exhiba es un tema absolutamente trivial. Si hay que juzgarle será por cómo desempeña su cargo y punto. Lo demás son ganas de carnaza rosa.

En cuanto a lo de los informes de Amnistía Internacional, me parece un tema muy serio, ¿ves? Y es vergonzoso que este tipo de hechos ocurran en las dependencias de nuestras fuerzas de seguridad. Nada puede justificar semejante cosa.

Sobre tu sueño, poco que decirte. Eso es lo que tienen los sueños, que son libres... y así es como deben ser.

Espero que la música te ayude a curar las heridas.

... X

11:32 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home