miércoles, enero 09, 2008

Malditos autores

Escucho el sábado, en No es un día cualquiera de Radio 1 (a todo esto, Pepa Fernández es la mejor periodista de RNE en estos momentos) un debate sobre el famoso canon digital, con José María Íñigo como único detractor de esta medida, todos los demás están a favor, lo cual no me parece muy equilibrado, pero bueno. Luego llama la gente y todos están en contra del canon, es lo normal, sólo los muy metidos en esa mafia de la SGAE pueden estar contentos. José Ramón Pardo, Antonio Fraguas (Forges) y otro de la SGAE dan sus razones, las manidas razones. No es de recibo que yo compre un CD-R y lo use para guardar mis fotos o simples datos de trabajo, y tenga que dar un dinero a esta gente de la SGAE, malditos autores. Es como penalizar a todos los conductores de entrada, no vaya a que se salten un semáforo en rojo, por ejemplo. Ya, ya sé que no vale, no es eso, no es eso. La verdad es que la gente, indignada, dice que a partir de ahora se bajará toda la música y películas que les dé la gana, ya que hay que pagar de entrada. Pero la cosa es que también penalizan el pirateo (la copia privada es otra cosa, pero a la larga, todo lo que yo no pague en original, es pirateo). Pues no pienso comprar ningún CD, y menos de esa gente de la SGAE, que si Teddy Bautista, Ramoncín o Luz Casal. Los CD's no han bajado de precio, es más, cada vez cuestan más, entre 18 y 20 €, cuando hacer un CD es como antes sólo la portada de un vinilo. Un CD no vale casi nada, pero lo pagamos como si fuera una joya. Un CD no tendría por qué costar más de 7 €, y por eso casi siempre compro discos de Naxos, y alguno en oferta, y muy raramente me compro alguno caro, como un capricho. Lo mismo con los libros, por cierto. Para la mierda que hay, la verdad es que sólo los clásicos merecen la pena, y en bolsillo. Que me saquen los Ensayos de Montaigne a 58 € no me interesa, yo no soy un pijo tonto.


Mi querida Pepa Fernández: sin ella, qué sería de los fines de semana.

La narrativa ha llegado a su fin, el mejor ejemplo de su decadencia es la larga ristra de títulos estúpidos que hay en el mercado. No me interesa la narrativa, ni en literatura y menos en el cine (el cine es un cadáver, los pobres críticos tendrían que ir pensando seriamente en cambiar de oficio). Sólo hay doce o catorce argumentos, y lo que importa es la manera de contarlos. Pero para qué contar nada ya. Eso lo hacen bien las series de TV, cuando cojo un libro quiero que el autor me deje sus ensoñaciones, sus pensamientos, que me deje pensando, no quiero que me diviertan o que me enajenen. Maldito Forges, que dice que si alguien pone en un corcho una de sus viñetas, podrá ser perseguido. Autores que se creen dioses, son sólo payasos. Un autor no es nada. Puedo respetar a un filósofo como Sloterdijk, o como Trías, pero no a un mequetrefe, aunque haya ganado el Premio Nadal.

Recuerda Antonio Muñoz Molina (que vuelve a publicar en Babelia sus magníficos artículos) una frase del gran crítico Cyril Connolly: los que desprecian a los seres humanos no tendrían ya que preocuparse de escribir narrativa, sólo ensayos. A eso voy. Cioran es mi amor de siempre.

La verdad es que Carla Bruni no tiene tetas.

Y sin tetas no hay paraíso, Monsieur Sarkozy.

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4 Comments:

Blogger Madame X said...

¿Sabes? En el fondo eres un romántico radical. A veces me sublevan las cosas que escribes. Pero, al final, siempre consigues arrancarme una sonrisa.

Y a mí que me da que en tu fuero interno te pone la Bruni. (Aunque no tenga tetas)

Que tengas un bonito día.

... X

10:58 a. m.  
Blogger Agurdión said...

Le tengo a la SGAE una rabia que ya no encuentro ni argumentos. Primero, porque son una empresa privada, que van con su rollo de adalides de un bien público, lo cual es pura propaganda barata. En segundo lugar, porque no protegen cultura, ni artistas, ni rabos de gaita; sólo son una gestora de una actividad comercial, cuya finalidad primaria es el lucro económico. Y a mí esto me parece respetabilísimo, como me lo parece el gremio de los taxistas y de los productores de narajas. Pero ellos no protegen el arte, esto debe de quedar muy claro. La piratería, o incluso la copia privada, tal vez acaben con su negocio; pero no con la música, eso es otra cosa.

Sobre la Bruni... Pues, como Bukowski, me da que yo soy de piernas, no de tetas. A mí el Sarkozy me resulta un tipo gracioso. Es uno de estos machotes que se remangan y lo arreglan todo. Pero yo nunca votaría a un presidente así. Este tipo de personajes están bien como coña, igual que el Berlusconi, otro machote, campechano y expeditivo con las mujeres. Pero prefiero que no me gobierne un tipo así, uno de estos que creen que los premios en la vida son consecuencia de méritos propios, que creen en la metira del "hombre hecho a sí mismo". Al ejercer un cargo público, creo, no puede uno hacer ostentación de sus lujos. Uno puede zumbarse a quien quiera, por supuesto. Pero no puede uno alardear de sus satisfacciones coyunturales, no puede uno apropiarse de la fortuna. Ahora hay un tunero en la calle parado en un semáforo; va con su novia nueva, parece. Me hace gracia como golpea la parte de arriba del volante con la palma de la mano, al ritmo de la música, y como mira a su alrededor, sin ojos, desde lo alto de su castillo. Eso se llama vanidad, de toda la vida de dios.

12:26 p. m.  
Blogger Madame X said...

Totalmente de acuerdo con tu comentario respecto a la SGAE, Agurdión.

Yo tampoco votaría a Sarkozy, y ni siquiera me resulta gracioso. No le votaría porque ideológicamente estoy en sus antípodas. ¿Berlusconi?, me daba vergüenza ajena. Pero dicho esto, no entiendo la preocupación que pueden suscitar los affaires de faldas del Sr. Sarkozy. Lo que ya me parece más preocupante es que acostumbre a dejarse invitar por determinado magnate cuando se va de vacaciones. Un cargo público, máxime de esa responsabilidad, debería ser extremadamente escrupuloso con agasajos de esta índole. En el mundo de las finanzas, nadie se gasta una pasta en invitaciones si no es porque cree que va a ser una buena inversión.

Un saludo, chicos.

... X

2:19 p. m.  
Blogger lukas said...

Totalmente de acuerdo contigo, Agurdión, lo has dicho mejor que yo, en fin, enhorabuena... Qué suerte fue encontrarte.

Madame X, pues sí, romántico radical: una escena: yo en mi banco, en 2º BUP, ajeno a la clase de literatura, Rinconete y Cortadillo, etc. Pienso en las brumas del NOrte, en los malditos, en esos románticos que no tienen salvación. Y desde entonces...

Discrepo en lo que dices sobre no darle importancia (o no meterse) en el affair de Sarkozy: un cargo público, y tan importante como él, no puede hacer ostentación de su vida privada, como un freak mediático más. Que lo haga Dinio y Cía, pero en él no es de recibo. Y sobre las invitaciones de magnates, pues igual que Berlusconi y Aznar, uno del club de los VIP... Algo sucio subyace en todo eso.

Y sí, me gustaba la Bruni, aunque no tenga tetas, y de alguna forma me gusta su aura, ese aire de aristocracia artística, con ese piano familiar que nadie sabe tocar muy bien, ella en las rodillas de Daddy, Daddy Nostalgie, con una brevísima ropa interior, o en bragas simplemente, ella todo huesos, pero con esa boca que sabe besar tan bien, con esos labios turbadores... Pero claro, arrastrar ese complejo por el ancho mundo y liarse con un cretino egocéntrico como Sarkozy, hace que la detestes.

En fin, espero tu relato de la herida, no te olvides.

10:19 a. m.  

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