martes, marzo 04, 2008

Fóllame

Se llamaba Marta y sólo tenía quince años.
Enseguida se enamoró de su profesor de música y de francés, un tal Francisco Javier. Él era de la provincia de Jaén, ella de un sitio de Granada de cuyo nombre no quiere acordarse. La verdad es que de aquel profesor era muy fácil enamorarse, todas sus compañeras decían que estaba buenísimo. Y además, era un poco pasota y aprobaba a casi todo el mundo. La música era lo de menos. Marta pasaba de la flauta, de las corcheas y de Mozart, lo que ella tenía que tocar era otra cosa, mariposa. Las hormonas estaban invadiendo su cuerpo y ella estaba indefensa ante esa avalancha. El profesor iba y venía, se dejaba ver, siempre con aquella americana oscura, los zapatos de ante, el pelo un poco a su aire, sus labios tan finos...
Marta se acercaba, se acercaba por detrás, un día no pudo más y se lo dijo, al lado de la fuente, que estaba loquita por él, que quería tomar un café, los dos juntos, fuera de las clases.
Francisco Javier se lo olía, aquella niña le iba a dar problemas, estaba muy desarrollada para su edad, era más madura que sus compañeras, tenía unos pechos de esos puntiagudos que te hacen perder la concentración, hasta tenía un buen culo, y cuando ella se ponía aquella faldita, él no podía, no podía...
Un día, ella se lo soltó, le dijo profesor estoy colada por ti, ya no puedo más, quiero hacerlo, quiero estrenarme contigo, él no llegaba a los treinta, era su primer puesto fijo, le dijo que eso no podía ser, que iba a terminar con su carrera y su buen nombre.
Pero es que quiero hacerlo, quiero que me folles, profe, quiero que me hagas todas las cosas que has hecho con las otras, quiero perder esa dichosa cosa.
Fóllame porfavor.
Eso no puede ser, Marta, será mejor que te olvides de mí.
Ella quería una relación sexual completa, no sólo esos arrumacos en el sofá de su casa de Almuñécar, esos besos con lengua en la habitación, en donde él había follado con otras mujeres, mujeres adultas, con un coño no mucho más grande que el suyo.
O en su casa de Carchuna, irían allí, en el campo, entre los aguacates de su finca, allí las ranas y los grillos y un buen polvo, dí que sí profe.
Pero fóllame, no diré nada a mis padres, nadie se enterará.
¿Ni siquiera Gloria, esa chusmosa?
¿Quién, ésa? Bah.
Pero él se resistía.
Hasta que un día ya no pudo más y la abrió de par en par, no necesitaba lubricante de ningún tipo, el culo tampoco necesitaba mantequilla, ella estaba preparada para lo mejor, lo más duro, había visto películas, no era nada inocente. Él tenía una buena flauta, flauta de platino, de iridio, un oboe incluso, porque su sonido era más grave, más oscuro. Nasal, como ese francés que ella sabía ejecutar tan bien, cómo se la comió, ella solita, y cómo luego se dejó bañar por los fluidos después del réquiem, el placer y la gloria.
Francisco Javier ha sido llamado al juicio, al juicio por abusos a una menor, pero después del mal rato, ha sido absuelto por la juez, que prueba que las relaciones, la relación sexual completa, ha sido consentida por la menor, que no hay delito de coacción ni de abuso psicológico ni nada grave, y han pasado ya siete años de todo aquello, ella ya es mayor de edad, y reconoce todo lo que pasó, cómo lo acechó y se echó encima de su presa, y cómo follaron completamente desnudos y a su aire, y eso les gustó, a ella la de los besos con lengua que lo dejaban para el arrastre, a ella que se movía como una gata perezosa encima de su cuerpo-flauta.
Y la música era todo impresionismo, siluetas en un lago de flores rosadas, Debussy y Takemitsu y Eric Tanguy, pero ella no sabía nada de esta melodía secreta.
Ahora Marta es una mujer dichosa en brazos del azar y Francisco Javier, el triste profesor de música y de una lengua que sólo hablan unos cuantos, él languidece en su casa, solo, y lleno de nostalgia.

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5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ayer mismo, viendo en Youtube cómo torturaban a un gato, partiéndole la columna vertebral al estrellarlo contra una pared dentro de una caja, me paraba a pensar por qué detesto tanto el daño gratuito que se hace a un animal y me conmueve como no lo hace ninguna otra cosa. Es porque, desgraciadamente, como decía Terencio nada de lo humano me es ajeno: lo impregna todo, lo contamina todo, escancia su licor dulzón e hipócrita por todo lo que toca. Y todavía pretendemos convertir nuestras farsas en una verdad natural.

Viene esto a cuento de los conceptos de “infancia” o “minoría de edad”, que nuestras mentes bienpensantes pretenden imponer como definición objetiva, absoluta, para salvaguardar sus raquíticos sueños victorianos, hoy ya convertidos en pesadillas. La infancia no es un concepto biológico (y por tanto no lo es la “precocidad sexual”), sino cultural. Como es igualmente cultural el concepto de “adolescencia”: ¿cómo explicamos si no esta generación de eternos adolescentes con casi 40 años, viviendo con sus padres, consumiendo pornografía, videojuegos y excesos de fin de semana, a los que reconocemos algunos derechos pero negamos todas las obligaciones? Eternos adolescentes por la gracia de la Economía.

Así que nos encontramos con la paradoja de que el concepto de lo adulto se destruye pero se salvaguarda en un invernadero el de una infancia ficticia, creado a mayor gloria de las respetables hemorroides burguesas. ¡Qué razón tenía Ezra Pound cuando despreciaba asqueado la casa en la que vivían juntas tres generaciones! La mujer de 14 ó 15 años no podrá follar, pero en un par de añitos podrá tener jornadas maratonianas como teleoperadora en las que tendrá que aguantar los insultos, el jadeo de anónimos masturbadores al otro lado de la línea, a su casero jodiéndola cuando llegue a casa y a la niña de Rajoy a la que sus padres comprarán un loft y pondrán un negocio a sus 18 añitos.

Y mientras tanto, en nombre de la corrección política, hay tantas cosas de las que ser culpable sin saberlo…

Saludos, Lukas.

4:02 p. m.  
Blogger lukas said...

Desde luego, Marcel, cuánta razón tienes. Para lo primero que dices, leí hace poco que a uno del PP, un jovenzuelo descerebrado, de esos pijos sin conciencia, lo han echado del partido, de NUevas Generaciones, porque se lo ha visto en Youtube torturando a gatos, a lo mejor es del vídeo que tú has visto.

LO de la infancia y adolescencia, pero sobre todo el concepto "mayoría de edad" y el otro, "menor de edad", son bastante asquerosos en el sentido de que clasifican a las personas jurídicamente, pero no responden a ninguna biología y menos a la verdadera psicología. Una chica, que en otros lugares del planeta ya lleva años con familia y con duros trabajos, aquí es considerada una "niña" (¡una niña con 16 años y harta de follar y de vicios, a lo mejor!), y por lo tanto es intocable. Paradojas del sistema. Con la adolescencia se sigue el juego del capitalismo tardío, de yo me divierto y no soy responsable de nada. Pero claro, esto tampoco es cambiable, y si un político exige de nuevo disciplina en las aulas, esfuerzo, y profesores que sean autoridad, eso será visto como algo reaccionario y mandado por la Conferencia Episcopal. SE busca congraciarse con la eterna juventud, "vamos dejando pasar nuestra alegre juventud, tarara...", como decían La POlla REcords.

Esta mañana escuchaba la entrevista con Rajoy en Radio 1, se notaba que Lucas iba a por él, pero él se defiende muy bien, aunque todos le den ya por perdedor. Lo de la inmigración es un asunto muy serio y Zapatero se lo toma frívolamente. Pero a lo que iba, lo que me sorprende de Rajoy es que apueste por la pequeña política del ciudadano de a pie y su economía agobiada (eso no es cierto, "ciudadano de a pie" es casi falso, casi todos van sobre ruedas), cuando lo que vivimos ahora, dentro del panorama Comunidad Europea, es la hiperpolítica, algo por lo que apuesta decididamente ZP, y por eso es caballo ganador, y porque es el máximo representante de la correción política.

SAludos, Marcel.

10:26 a. m.  
Blogger Agurdión said...

Pues es un tema controvertido, porque siempre hay quien quiere entenderlo mal; siempre hay quien, facilonamente, ve en estos discursos una apología de la pederastia, una defensa de quienes la practican o, cuando menos, ciertas fantasías retorcidas en el fondo de su cabeza. Para que quede claro: considero la pederastia un hecho abominable y repuganante.

Ahora bien, el arte ha coqueteado históricamente con el amor juvenil, y lo siguen haciendo, por ejemplo, directores de cine reputadísimos. Por extravagante que parezca la historia del profesor, yo no dejo de encontrar en ella cierta poesía. A muchos, seguro, les faltaría tiempo para decir: "vaya degenerado". Sin embargo, muchos nos enamoramos a los 16 de alguien de 16, y sólo por eso deberíamos reconocer que no es ninguna deformación natural poder hallar cierta carga de erotismo en alguien de esa edad, más bien todo lo contrario.

Hasta este punto yo creo que todos podemos estar de acuerdo. Cómo se utilice ese sentimiento erótico es un tema que ya daría para mucho debate. Podría considerarse irresponsable cuando uno tiene un cargo, por ejemplo, docente. Pero una cosa es ser un irresponsable, y otra un enfermo mental.

Un saludo.

12:47 p. m.  
Blogger lukas said...

Desde luego que hay muchos atractivos en esta historia, que es real, no lo olvidemos.

Considero mucho más asqueroso el hecho de que mujercitas (o tías sin vergüenza) se líen con viejos, ¡eso no está mal visto!

En una novela de Ruth REndell, "Harm Done", se habla se desapariciones de jovencitas, la primera de 16, la segunda de 18, son edades críticas. Late la pederastia, pero claro, estas mujeres ya no son unas crías, saben lo que se hacen. REndell, considerada tesoro nacional en el REino UNido, está siempre buscando la actualidad, los temas candentes, por eso entrelaza estos hechos con otro no menos fuerte, la violencia doméstica. En el fondo lo que late es la fuerza del hombre sobre la mujer, y el juego de sometimiento que escenifica la mujer. No hay más que pensar en esa chica de Mijas, la última en desaparecer en el mundo real, publicitada al menos, y que en las fotos aparece con unas pintas sospechosas, pareciera que es la publicidad de alguna peli porno...

10:16 a. m.  
Blogger Madame X said...

Lukas, tengo la sensación que para ti el "pecado" siempre se viste de mujer: una niña harta de vicios, mujeres sin vergüenza, etc. Esta vez, puta no lo he leído, pero te ha faltado poco... hay algo en esos comentarios tuyos que no me gustan nada. De los hombres no hablas así.

Tu narración me ha encantado. Lo mismo que te digo una cosa, te digo la otra.

Lo que me parece terriblemente hipócrita es anular sexualmente al individuo en función de sus edades jurídicas. Aunque es un tema peliagudo, creo que el delito o la falta de delito se resuelve como muestra el ejemplo: valorando que haya habido consentimiento en todos los aspectos. Una chica (o un chico) de 15 ó 16 años puede ser perfectamente capaz de decidir si quiere o no mantener una relación sexual. No veo que sea una tragedia. Lo trágico es criminalizar el impulso sexual como si fuera una aberración. Entre los adolescentes mantienen comunicación sexual y a mí me parece de lo más natural.

X

5:51 p. m.  

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