miércoles, marzo 19, 2008

Vieja puta

Hay una expresión en inglés que me encanta, "old bitch", y que la dice mucho Mix Cellini refiriéndose a Gwendolen Chawcer: old bitch, vieja puta, nosotros diríamos mejor: "vieja bruja".

Bruja, más que bruja.

Hay un momento clave en la última parte de esta novela de Rendell, tal vez la mejor novela que se ha publicado en lo que va de siglo, aunque sea de género: es cuando Mix Cellini se encuentra ante la disyuntiva de matar, o no, a esa vieja, la casera que amenaza con contar a la policía todo lo que sospecha, y ya van varias cosas, sobre él. Cosas que han pasado en los últimos meses, cosas espeluznantes. Un asesinato, por ejemplo, pero esto ella no lo tiene claro. La vieja puta. Encima, Cellini cree ver de nuevo el fantasma de Christie, el famoso asesino de mujeres en los años 40. Cuando su propia mujer se puso en contra de él, no tuvo más remedio que acabar con ella, como había hecho antes con las otras seis. Ahora Cellini va a tener que hacer lo mismo... Cellini sabe cómo hacer para detener la lengua de una mujer, ya antes lo hizo. Si se cargó a Danila fue porque ella le provocó, en realidad ella se lo buscó. Uno se pregunta por qué no acabó con la bruja entonces, por qué la dejó viva.

Un conocido ha puesto un cartel en el balcón de su casa que dice: Millonario busca mujer para formar familia, abstenerse prostitutas y golfas gratuitas. Meter curriculum por la raja.

A lo mejor es verdad lo que decía Nietzsche* en uno de sus aforismos, joven es una caverna florida, vieja una gruta de la que sale un dragón. Joven se viste para ser adorada, vieja se maquilla para esconder los estragos de los vicios.

La vida se pasa, pasa rápidamente, alguien te susurra que queda mucho camino por recorrer, puedes ir hasta Shanghai en taxi, pero la vida es algo muy breve, la vida breve y los sonidos que seguirán su camino, te dejarán a un lado, vendrán nuevos ruidos, la espiral peligrosa, vendrán nuevas brujas a obstaculizarte el camino, porque así es la puta vida, un instrumento roto, una sola cuerda, ya gastada, la música en realidad es otro placebo más, como el famoso Prozac.



* Nietzsche :: Más allá del bien y del mal
Atención al aforismo 139 y a los refranes del 237.

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4 Comments:

Blogger Mery said...

Voy a volver a leerte, hay algo que se me escapa.
Un abrazo

10:43 p. m.  
Blogger Madame X said...

Pues sí, mira, la vida está llena de viejas putas... Aunque los que de verdad mandan y nos joden la vida a todos, son los viejos putos. ¿Por qué la amargura siempre tiene cara de mujer?

Estoy bastante harta del mismo estereotipo una y otra vez...

X

7:28 a. m.  
Blogger Agurdión said...

Caray, últimamente os veo un poco tirantes, Madame y Lukas... A ver si no salgo escaldado por meter las narices. Yo creo que a lo que dice Lukas no se le debe dar el trasfondo de los largos siglos de dominación masculina. Ya sé que no soy quien para decirle a los demás cuando deben ofenderse. Pero me da la impresión de que muchos y muchas (me incluyo) aborrecemos al sexo opuesto en algún momento de nuestra vida. Cuando sucede, se debe a que estamos frustrados por algún hecho personal y concreto. Entonces, levantamos estúpidas generalizaciones que nos dejan saciados; es debilidad, no fortaleza.
Un saludo.

2:33 p. m.  
Blogger Madame X said...

Agurdión, no estoy ofendida ni tirante con Lukas, pero digo las cosas tal como las siento. Y yo sí creo que los términos que usa a veces, puede que de forma incosnciente, tienen mucho que ver con esa visión machista sobre la mujer. Y no me gusta, la verdad, y por eso protesto. Eso no quita para que aprecie a Lukas y le siga siempre en lo que escribe, sobre todo porque es un tío inteligente y original.

Que tengáis un buen lunes. Un beso.

X

6:52 a. m.  

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