viernes, julio 04, 2008

Un mediocre

Heidegger tenía un rostro ordinario, no un rostro inteligente, dijo Reger, era totalmente un hombre poco inteligente, carente de toda fantasía, carente de toda sensibilidad, un rumiante filósofo superalemán, una vaca filosófica constantemente preñada, dijo Reger, que pastaba en la filosofía alemana y durante decenios dejó caer sobre ella en la Selva Negra sus coquetas boñigas. Heidegger era, por decirlo así, un filosófico estafador de novias, dijo Reger, que consiguió poner cabeza abajo a toda una generación de especialistas alemanes en ciencias filosóficas. Heidegger es un episodio repelente de la historia de la filosofía alemana, dijo Reger ayer, en el que participaron todos los alemanes dedicados a la ciencia y siguen participando aún.
(Maestros antiguos, op. cit., p. 58).

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1 Comments:

Blogger Glo said...

Reger probablemente no se equivocaba: pasar años aprendiendo griego, latín, alemán, francés, inglés, lógica, antropología, teología..., sólo para poder acceder a una enormidad de ensayos de difícil comprensión, y que, para colmo, han sido refutados; no tener siquiera la esperanza de poder llegar a la comprensión de todo el conocimiento científico actual; y todo para vivir discretamente de la docencia, y casi completamente incomprendido... Desde luego no parece algo propio de lo que entendemos por personas inteligentes.

12:54 p. m.  

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