lunes, septiembre 22, 2008

Hay una forma de parar el tiempo

Sucede que leo un artículo de Manuel Rodríguez Rivero en donde habla brevemente de un cuento de Tobias Wolff, algo de una bala en el cerebro, que entra a trescientos metros por segundo, y entonces, al rato, como suceden estas cosas, miro en la estantería, W, y veo que tengo un libro de Tobias Wolff, y se llama De regreso al mundo, que es una colección de diez relatos, y los empiezo a leer el mismo sábado por la tarde, y me empieza a gustar, me gusta mucho, y ya el domingo sé que es la mejor colección de cuentos que he leído en mucho tiempo, Wolff tiene una manera de contar los sucesos, las cosas mínimas, triviales, y a través de ellas mostrar una vida entera, una vida fallida, errores de cálculo, errores más graves, el trauma de haber estado en Vietnam, la lucha por meterse en la vida, un joven que sueña con ser escritor y presta atención a una conversación en la mesa de al lado, ¡una historia que se interrumpe, de la que nos sabremos el final!, como tampoco sabremos qué pasó en el desierto, de camino a Los Ángeles, como no sabremos el momento de nuestra muerte, cuándo llega, y por qué.

La radio, siempre algo nuevo, siempre lo mismo en realidad. Stockhausen, qué piano tan aburrido.

Ensayo sobre la ceguera, de Saramago, en la radio, qué voces tan monótonas, qué parábola tan insufrible.

No hay nada que me satisfaga.

No salgo de la habitación más que para comer. Pero no hago nada, dejo pasar el tiempo. Naderías. Algunas sinfonías de Beethoven, en viejas grabaciones. Todo esto aburre, cansa, no significa nada. No hay noticias, sólo el maldito deporte.

En Radio 3, la monserga africana de Lara López, ¡un jazz africano, un pianista que sangra por los nudillos, una música para bodas y funerales, Kalashnikoff!

Hay gente, pero está en otro mundo. Hay cenas, pero son para otros. La palabra "puta", la palabra "prostíbulo", se me aparece diez mil veces al día, no puedo dejar de decirla mentalmente, aunque sé que ya no significa nada, y sin embargo. "Hazte un porno", me dice alguien, a quien no puedo verle la cara, me muestra a Jena Jameson o algo así, es la actriz porno, la felatriz más famosa, la que gana más dinero, luego viene la negra que está con el de Verano Azul, tatuaje en la teta, una rosa es una rosa es una rosa, gente que repite siempre la misma frase, hay un caballo que al pasar por tu vida, la hierba no vuelve a crecer, gente con los ojos desorbitados, gente follando en una habitación que apesta a tabaco frío que echa para atrás, gente con la consola echando chispas, se inyecta algo, algo como matarratas, luego alucinaciones en la Tierra Media o en Interzona, hay un insecto en la cama que se abre la panza y tiene conguitos en vez de algo verdoso y podrido, hay una negra despatarrada que se mete algo naranja, tienes ojos de caballo, la yegua se tiende sobre el pasto, hay hombres que vigilan en las esquinas y fuman sin parar, con la colilla que tienen encienden el próximo va ganando el Barça al Sporting de Gijón 4 a 1, me acuesto, mi padre me muestra algo que hay a lo lejos, es el mar, alto y salvaje, hay un cordón policial, alguien se habrá suicidado, yo miro a la izquierda y veo a mi padre, allí arriba, inalcanzable, mi padre a los cuarenta y pocos, en su esplendor. Despierto con una sonrisa.

Gracias.