miércoles, octubre 15, 2008

Desconocido (II)

Así que decido leer algo de Le Clézio, siempre me sucede por estas fechas que me acerco al nuevo Premio Nobel como si fuera una obligación, pero luego sigo con más libros, para de alguna forma comprobar que los suecos no se han equivocado (aunque sean tan pedantes en su argumentación del por qué se lo han dado). Nunca se han equivocado, si nos ponemos así. Las quinielas decían que si Carlos Fuentes (al que le han dado un premio nuevo, el Don Quijote, como de consolación, el pobre), que si Murakami, ¡por favor, Murakami, pero si todavía lleva dodotis! En fin, ayer mismo sacan una entrevista a Carlos Fuentes en El Ojo Crítico, la verdad es que es una entrevista patética, porque Laura Barrachina no sabe entrevistar, pero bueno, nos enteramos algo de su última novela: este hombre chochea, la verdad. ¿Cómo quieren que le den el Nobel, si su escritura es de lo más tonta y convencional?

Le Clézio, Viaje a Rodrigues, Versal, 1987 (Gallimard, 1986). He aquí un libro extraño, en la onda de Cees Nooteboom, un libro de viaje que no es tal, porque lo que el narrador pretende es ir en busca de las raíces, no sabemos bien si de su abuelo el aventurero, el hombre supuestamente serio que se tiró treinta años buscando un tesoro que nunca encontró (¡bendito fracaso, se encontró a sí mismo!); o bien es una historia sobre la búsqueda de la humanidad primigenia, en esa isla de piedras negras, desierto paradisíaco en donde el hombre parece una excrecencia, lugar remoto en donde domina el viento, la vegetación extraña, huellas que no has de encontrar jamás. Viajamos a ese lugar maravilloso de la mano de este escritor magnético como pocos.

¿Qué es lo que hay que hacer ahora? Seguir leyendo todo lo de este hombre. ¿Nómada?, tal vez...

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