lunes, octubre 27, 2008

Mosquita muerta

Cállate ya, eres mi ruina. No sabes nada, no entiendes nada. Miro a mi alrededor y no veo más que putas. Esta vida no es más que dolor y sufrimiento, y la poca alegría es como la lluvia del sur, ¡dura tan poco! Pero a lo que vamos, ¿qué haces todavía ahí? No quieres comprometerte conmigo, no quieres nada serio (como las putas), sólo un poco de diversión unas cuantas veces al año. Ya no aguanto más este ritmo tonto. La sonata nº 8, op. 84 de Prokófiev por Tatiana Nikolaieva. Así tú, insistente, a veces un poco graciosa, a veces seria, pero nunca una obra maestra. Más bien diría que eres mediocre. No fuiste a la Universidad, no sabes entonces lo que es la vida del intelecto ni tampoco conoces las orgías de allí, los años felices, las locas carreras, el jazz, el cineclub universitario, las chicas que se mojan bajo la lluvia, las profesoras cachondas luego en la fiesta, todo eso lo desconoces. Querías trabajar pronto, y ahora mírate, ¿de qué te sirve tu puto trabajo? Desde que estoy contigo soy una piltrafa. No hemos hecho grandes viajes, que es lo que hace rejuvenecer a una pareja. Nunca trabajes, decían los situacionistas, y es verdad: todo lo demás es escoria. Ahora vete, no te quiero ver más. No hay nada que nos convenga, no tenemos nada en común. Lees morralla, la que se anuncia en los diarios gratuitos. No te gusta la música de verdad, sólo la morralla que aprendiste de tu madre, como mucho una zarzuela, Verdi, toda esa mierda banal. Nunca hemos ido al teatro, ¡es demasiado caro! Así que aparta. Ni siquiera el sexo te interesa ya, ¿entras en la menopausia? Es mejor una puta de 50 €. Al menos, el rato en que estamos juntos es de verdad: vale, es todo fingido, pero al menos, ¡hay sensación de vivir! Sólo me queda una opción: borrachera diaria. No hay otra.

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1 Comments:

Blogger Mike said...

Esto es duro y triste...

10:04 p. m.  

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