viernes, octubre 03, 2008

Rentrée

No hay cosa más hartante que septiembre, la vuelta de las supuestas vacaciones, volver a lo de siempre (que es volver a la nada, la rutina, la muerte en vida), y en el plano cultural, volver a los mismos autores, los mismos nombres en los suplementos, toda esa morralla de Alfaguara y Anagrama, Auster y Murakami y Amis y Javier Marías y los demás supuestos escritores serios frente a los que sólo quieren hacer pasar un buen rato, los autores de bestsellers. Y en Madrid o Barcelona, pero Madrid sobre todo, que si el Festival de Otoño, que si la nueva temporada lírica, que si las conferencias y el cine y los demás desfiles, qué hartante es todo eso, y la gente que lee en el metro pero cada vez menos porque cada vez son más los que van con sus auriculares, los aparatitos, llámalo música pero es sólo ruido, toda esa mierda bajo tierra. Me cansa todo ese bla bla bla cultureta, porque no hay nada más para leer, y hasta los clásicos y los malditos aburren, aburre lo mismo La Oreja de Van Gogh o Melendi que este estúpido de Bunbury que dice palabrotas y suelta eso de que un amigo o alguien le dijo "quítate de las entrevistas", y que no tiene reparos en decir que vive en una casa a todo lujo, hijoputa, ¿Javier Bardem es un ejemplo?, y este imbécil suelta metáforas, como si fuera un escritorzuelo en búsqueda espiritual, y YO NO SOY TONTO en el slogan del hipermercado, y el otro idiota de Fernández Mallo que pone la pose cultureta de chico raro, el chico que escribió La chica del pelo raro se cuelga en su casa y la gente se cree que representa al escritor del siglo XXI, pero nadie puede creerse esto, un tipo que sólo piensa en la televisión como medio que deja huella y cree que internet es sólo un caos ingobernable, anda y que te jodan en el infierno.

Rumanía, Cioran, hablo con Christian Iri, o como se llame, le hablo de la peli sobre esa chica que quiere abortar en la clandestinidad, no la ha visto, claro, él vive en la calle, en él veo la depresión de toda una nación, el pesimismo espantoso del que huyó Cioran, pero Francia no es mucho mejor, en Francia el lema es je suis fatigué.

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