viernes, febrero 06, 2009

Más vino

Aunque hace tiempo que sigo el blog de Carlos Maribona, ayer fue la primera vez que escuché la versión radiofónica (Punto Radio, 19 horas) de Salsa de chiles. Ayer estaban en el restaurante El Chaflán (siempre es de Madrid, en realidad este programa es para Madrid, pero gracias a que no hubo desconexión lo escuché, lo digo porque Punto Radio Málaga me da ganas de vomitar). El chef desde hace tiempo es Juan Pablo Felipe, uno de los más reputados de la capital. También se habló de vinos de la D. O. La Mancha, que habían estado tomando, y luego surgió un debate muy interesante acerca del vino en general, la crisis que atraviesa (estaba el presidente de esta D. O. y creo que un relaciones públicas o algo así). Se dijo que es una pena, una pequeña tragedia, que siendo España uno de los principales productores del mundo, esté en consumo al nivel de países que no producen, como los países centroeuropeos, por ejemplo. En Francia o Italia es inconcebible sentarse a la mesa sin una buena botella de vino. Se dijo que parte de esa culpa, si no toda, la tienen las mujeres, que cada vez más están en restaurantes pero que se niegan a beber vino (bueno, como mucho un blanco, o un jodido rosado). Las mujeres son más de cócteles o de bebidas de otra clase (joder, ahora resulta que van de whiskey, hay quue joderse). También se habló de whiskey, y J. P. Felipe habló de su experiencia de crear tapitas para combinar con whiskeys de alta gama en la última Madrid Fusión, como los que gusta de beber la puta adinerada de La mujer de ninguna parte de Javier García Sánchez). Yo, que aborrezco el whisky (¿os gusta mejor así escrito?), como en general las bebidas llamadas blancas, porque el vodka me sienta fatal, me gusta el ron, mucho ron, desde que leí de jovencito La isla del tesoro, no sé. A lo que iba, las mujeres en España no son de vino (aunque la pijita del programa, que sólo hablaba para pedir vino o celebrarlo, sea una excepción); en el Reino Unido y en Estados Unidos, el consumo de vino aumenta... gracias a las mujeres; antes en Estados Unidos, después del trabajo, se iban a tomar un cóctel, o las comidas se empezaban así, ahora se descorcha un buen vino. España, encima, con las nuevas leyes, que penalizan a los conductores que beben, tiene todas las de perder, los restaurantes no saben lo que hacer, tal vez por eso dicen que tráete tu botella, te cobramos sólo 6 € por el descorche; o te envolvemos lo que te quede y te lo llevas a casa, pero por favor, TOMA VINO COÑO. Pero no, se dice que los jóvenes del botellón no quieren vino, ellos mucho whisky, que para eso son educados en la cultura indie pop. Y el vino es un alimento, pero ellos sólo se "alimentan" de comida basura, por lo tanto el vino está de más (salvo en metrópolis en donde hay vinotecas y la gente joven se reúne, pero no deja de ser anecdótico). Así las cosas, el vino en España se exporta, lo beben los daneses, lo bebe Cindy Crawford y lo bebe la puta de Suiza, pero con tu churri te pides una cerveza y va que chuta. Porque ella no quiere vino, ¡el vino está caro, siempre por encima de 20 € en los buenos restaurantes! ¿Y qué quieres, tomar un menú degustación con una Cruzcampo? Pero no, no hay quien la convenza; Wen decía que sus amigos siempre tomaban vino, no cerveza, se reía, le parecía extraño, que yo sólo tomara cerveza, ¿y qué quieres, cachoguarra, que tome los malditos embutidos y los vinazos añejos de La Rebaná en pleno mes de agosto?

En fin, el programa acabó con el ránking de los mejores cocidos madrileños, ahora que es tiempo.

Y dos sugerencias, antes: Rodrigo de la Calle, un restaurante de Aranjuez del que ya he leído elogiosas críticas; y Miyama en Castellana 45, sucursal del famoso japonés de Flor Baja, cerca de Gran Vía. Me lo apunté todo. ¡Hasta el jueves que viene!

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